El mundo del ciclismo ha vuelto a despertarse horrorizado este miércoles. La culpa la tiene, una vez más, el dopaje. El enemigo más acérrimo de este deporte ha disparado de nuevo, como siempre sin piedad y a un gran campeón: Chris Froome, cuatro veces ganador del Tour de Francia y vigente triunfador en la última Vuelta a España.

A pesar de que el caso acaba de salir a la palestra, el positivo por salbutamol del británico en la ronda española devuelve al primer plano otras polémicas en las que se vieron involucradas algunas estrellas del ciclismo. Ninguna de ellas escapó a la gran magnitud: ni en cuanto a eco ni en cuanto a involucrados.

Caso Armstrong

Lance Armstrong tras ganar su séptimo y último Tour de Francia.

Posiblemente, el paso de héroe a villano más notorio de la historia en el mundo del deporte. Lance Armstrong consiguió convertirse en uno de los deportistas más sobresalientes de todos los tiempos gracias a sus siete victorias en el Tour de Francia. Sin embargo, el estadounidense nunca logró quitarse de encima la sombra del dopaje. Y, al final, este acabó engulléndole por completo.

En verano de 2012, la Agencia Antidopaje de su país (USADA) acusó formalmente a Armstrong y a uno de sus exequipos, el US Postal, de poner en práctica "el sistema más sofisticado, profesionalizado y exitoso de dopaje que el deporte jamás ha visto". Un informe de más de 1.000 folios, con declaraciones de 26 personas (entre ellas las de antiguos compañeros célebres de Armstrong como Floyd Landis, George Hincapie, Tyler Hamilton o Levi Leipheimer), desmontaba por completo la carrera del ciclista de Austin (Texas) desde que regresó al ciclismo en 1998, tras recuperarse de un cáncer testicular.

La Unión Ciclista Internacional (UCI) le sancionó de por vida y le desposeyó de todos los títulos que conquistó en la Grande Boucle. También perdió la medalla de bronce en contrarreloj que ganó en Sídney 2000. Otros personajes clave de la trama fueron, entre otros, Michele Ferrari, Luis García del Moral (ambos médicos) y el director de equipo Johan Bruyneel, también exciclista. Armstrong, que nunca había dejado de negar toda acusación de dopaje en su contra, acabó confesándolo todo de forma pública en una entrevista para la historia con Oprah Winfrey.

Caso Festina

Marco Pantani, ganador del Tour de 1998, en plena sentada por el caso Festina.

El Tour de Francia de 1998 se encontraba en vísperas de arrancar cuando saltó la noticia: el masajista del equipo Festina, Willy Voet, había sido interceptado en el control de aduanas entre Bélgica y Francia con 250 dosis de EPO, 100 de anabolizantes y docenas de cajas de testosterona. Las detenciones no se hicieron esperar, y de ellas no se libraron ciclistas como Richard Virenque o Alex Zülle, junto a todo el staff del Festina.

Otros equipos como la ONCE, el Casino, el TVM o el Française dex Jeux también se vieron involucrados en la trama. Todos los corredores del Festina quedaron excluidos de la ronda gala. La mayoría de los equipos españoles restantes (el Festina lo era) también, ya en plena carrera: ONCE, Banesto, Kelme y Vitalicio Seguros. Dos escuadras italianas, Riso Scotti y Saeco, abandonaron en solidaridad con los equipos registrados debido al caso y el trato de los gendarmes hacia el TVM. Cinco de sus ciclistas también abandonaron la prueba más adelante.

Nunca quedará esclarecido del todo quién dio el chivatazo a la Policía francesa, aunque se dijo que pudo ser cosa de algún equipo del país vecino. Aquel Tour sólo lo terminaron 96 de los 189 ciclistas que lo iniciaron y el escándalo que lo sacudió significó el punto de partida para la creación de la Agencia Mundial Antidopaje en 1999. La frase del director del equipo de la ONCE, Manolo Saiz, quedó para la posteridad: "Le hemos metido el dedito por el culo al Tour de Francia y nos está mirando las manos a ver quién ha sido".

Operación Puerto

Eufemiano Fuentes, gran investigado en la Operación Puerto. Reuters

A pesar de que esta operación contra el dopaje realizada en España también afectó a otros deportes, el ciclismo se llevó la palma. Sobre todo, por la estrecha vinculación con esta disciplina por parte del doctor Eufemiano Fuentes y, obviamente, de Manolo Saiz, entonces mánager del equipo Liberty Seguros (lo que antes fue la ONCE). Sólo hay que ver el número de ciclistas que aparecen en el sumario del caso: hasta 58 clientes de la red para mejorar el rendimiento deportivo a base de hormonas, medicamentos y transfusiones sanguíneas.

Los únicos corredores objeto de sanción deportiva fueron Jan Ullrich, Ivan Basso, Alejandro Valverde, Jörg Jaksche, Michele Scarponi y Giampaolo Caruso. Sin embargo, la Guardia Civil identificó a muchos otros ciclistas reconocidos: Roberto HerasMarco Pantani, Joseba Beloki, Alberto Contador, Tyler Hamilton, Santiago Botero... La gran mayoría de ellos eran españoles.

Las consecuencias fueron inevitables: nueva ley contra el dopaje en España, fuga de patrocinadores, exclusiones en grandes carreras, juicios, salida a la luz de nuevos casos como el de Armstrong... Otro golpe realmente duro para el ciclismo.

Caso Contador

Alberto Contador, en su último día como ciclista, con la bandera de España.

Como ya se ha contado, el ciclista madrileño apareció en el sumario de la Operación Puerto. Aunque fue exculpado por el juez, no pudo disputar el Tour de 2006. Además, la extraña conducta de Michael Rasmussen durante los entrenamientos previos a la ronda gala del año siguiente (no se le pudo localizar y eso vulnera la reglamentación antidopaje) provocó su expulsión de la carrera cuando iba líder destacado. Y, a su vez, la primera victoria de Contador en Francia.

Esa era toda la relación del corredor de Pinto con el dopaje (de pasada) hasta septiembre de 2010. Entonces, se hizo pública una muestra de orina de Contador contaminada con clembuterol. Era de junio de ese mismo año y había sido tomada en pleno Tour. Más tarde, se supo que dio positivo por la misma sustancia hasta tres veces más.

Contador declaró que los 50 picogramos de clembuterol encontrados se debían a una contaminación alimenticia por culpa de un solomillo de ternera. En un primer momento, se le sancionó un año y después se le absolvió. La suspensión definitiva se la aplicó el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) el 6 de febrero de 2012: dos años. No pudo competir hasta agosto de ese año y fue desposeído del Tour de 2010 y del Giro de Italia de 2011, entre otras pruebas.

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