El Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid reúne desde diciembre los restos de los 94 cadáveres datados entre 1624 y 1808, que fueron hallados en noviembre de 2017 en un edificio de la Sociedad Cervantina, ubicado en la madrileña calle de Atocha. 

Los restos óseos fueron encontrados durante la actuación arqueológica realizada en las obras de rehabilitación y construcción de un teatro por parte de la Sociedad Cervantina y, tras el hallazgo, la Comunidad de Madrid ordenó su exhumación y análisis por la Unidad de Antropología Física de la Universidad Autónoma de Madrid.

Entre los 2.219 restos óseos hallados, se identificaron 94 individuos: 18 menores, tres cuerpos bebés nonatos y 73 adultos, cuyo estudio ha permitido extraer interesantes conclusiones acerca de las causas de su fallecimiento y sus condiciones de vida.

Los restos podrían proceder del Hospital de los Desamparados, fundado en 1592 y que a principios del siglo XVII adquirió los suelos colindantes, en los que se construyó la iglesia y la sacristía del hospital. Se considera que el suelo de la iglesia se dedicó a la inhumación de personas desde 1624.

Los análisis han determinado que los restos pertenecían a un enterramiento secundario, procedente de una 'monda' de la contigua Iglesia de los Desamparados -una exhumación de restos realizada tras completarse el espacio de un enterramiento principal y depositada en un osario-.

Muertes violentas

Entre ellos destaca "una docena de cráneos con marcas de sable, realizadas de arriba a abajo, lo que indica muertes violentas producidas por cargas a caballo sobre individuos que protestan", ha explicado Juan José Cano, arqueólogo encargado de la excavación. Otras lesiones de las analizadas habrían sido producidas por armas blancas, como machetes, espadas, sables y hachas.

De ellos, "al menos tres cráneos pertenecen a mujeres, lo que descarta que las heridas fueran producidas en un enfrentamiento entre ejércitos y apuntan a un enfrentamiento civil, como un motín o algarada", ha indicado el arqueólogo.

Los especialistas creen que podría tratarse del Motín de Esquilache -la revuelta de marzo de 1766 contra el ministro de Carlos III debido a sus reformas y subidas de impuestos- o a las revueltas en la capital que sucedieron al Motín de Aranjuez.

Las heridas craneales de otros de los individuos podrían haber sido realizadas por objetos romos, como bastones o porras, e igualmente se ha identificado a una persona con una herida de metralla.

Deficiencias de higiene

Los restos de otros cinco individuos presentan "huellas muy claras de sífilis", que deja la enfermedad en su último estadio, por lo que podrían pertenecer a "prostitutas ya desahuciadas, a las que el Hospital acogía", ha señalado Cano.

El estudio de los restos ha permitido comprobar la existencia de patologías orales infecciosas y desgaste muy importantes de piezas, que se explican por la deficiente higiene bucal de la época, así como artrosis en las articulaciones que dan cuenta no solo de la edad, sino también del exigente trabajo físico.

El consejero de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid, Jaime de los Santos, ha señalado que la investigación de los restos "nos acerca más a la historia del Madrid de los siglos XVII y XVIII" y habla "de la forma de vida de aquellos madrileños".