Twitter es el vocero de los ofendidos, de los que claman contra las grandes injusticias que sufren; la jungla de los quejidos y los like fáciles, sin mover más que un dedo, a las cruzadas sociales de los tuiteros. Hay otro tipo de usuarios, muy pocos, como James Rhodes, que utiliza esta red social para expresar lo feliz que es, lo mucho que le gusta España y su gente, las paellas y la merienda.

Pero el pianista británico está furioso y ha inundado su perfil de Twitter en las últimas horas con mensajes de incredulidad por haber sido censurado. El 4 de septiembre, Rhodes compartió en su perfil de Facebook un vídeo en el que interpretaba al piano un tema del compositor alemán Johan Sebastian Bach, fallecido en 1750 y cuyos derechos son desde hace mucho tiempo de dominio público. Sin embargo, para su asombro, la red social de Mark Zuckerberg le censuró el vídeo después de que Sony Music Entertainment se presentase como la propietaria de 47 segundos de dicho vídeo.

Rhodes denunció esta censura en su cuenta de Twitter: "Estoy más que furioso. @SonyMusicGlobal ha rechazado mi recurso. Grabé un tema corto de Bach, dijeron que eran los propietarios de 47 segundos y lo eliminaron. Reclamé. Y han rechazado mi apleación. ¿Qué cojones? Esto no es normal".

La retahíla de tuits del pianista británico no se terminó ahí, sino que fue subiendo de tono después de recibir recibir respuesta a su petición de explicación: "Sony ha dicho que no se comprometerá a explicar nada por las redes sociales y Sony Classical no ofrecerá ninguna respuesta ya que es un tema que se aleja de sus competencias, la música clásica". Esta contestación terminó de enfurecer a Rhodes, que definió la situación como "el síntoma de que todo está mal en la industria musical", y cargó duramente contra los responsables de la empresa llamándoles "maníacos, despóticos y gilipollas corporativos. Que os jodan", sentenció.

¿Pero de dónde viene la fricción si la música de Bach ya no tiene derechos? La explicación más obvia es que el algoritmo de Facebook encargado de combatir los plagios haya confundido la interpretación de la pieza del compositor alemán por parte de Rhodes con un artista propiedad de Sony. Una anécdota tecnológica que ha desembocado en otra pataleta, en cierta medida justificada, vía redes sociales.

Eso sí, entre medias de este conflicto, el pianista británico, enamorado de España, lanzó otra de esas poesías tuiteras que le han convertido en uno de los personajes del momento: "El primer día en casa en Madrid después de estar lejos siempre parece una abundancia de riquezas. Me siento tan afortunado de vivir aquí".