El soul se queda mudo. Aretha franklin ha fallecido este jueves en su casa de Detroit a los 76 años rodeada de sus familiares y amigos según ha confirmado la prensa de EEUU. La cantante, una de las voces más influyentes de la historia de la música, sufría de un cáncer que la hizo retirarse de los escenarios el año pasado aunque todavía se la veía en algún acto público.

Franklin, que nació en pleno Memphis en 1942, deja consigo himnos para toda la vida como Respect, Think o Chain of fools, y una carrera en la que se convirtió en una auténtica pionera en la lucha por los derechos de las mujeres y los negros, causas por las que también se manifestaba en sus canciones. Aretha fue una revolucionara que a comienzos de los años 60, cuando el racismo estaba todavía presente en EEUU, se convirtió en una de las estrellas más brillantes de todo el firmamento de la música moderna. Fue, de hecho, la primera mujer en entrar en el salón de la fama del Rock and Roll.

Franklin, ganadora de 18 premios Emmy, tenía un timbre que con sólo una nota hacía que todo el mundo la reconociera y se girara para verla, algo que ayudó a que vendiera más de 75 millones de álbumes en todo el mundo durante su carrera. En 1967 se vendieron más de un millón de copias de su álbum I Never Loved a Man, y su versión del tema de Otis Readding, Respect fue número uno de las listas de éxitos en EEUU y Reino Unido.

Aretha mamó la música desde niña, ya que su madre era cantante de gospel, aunque esa influencia se esfumó pronto ya que les abandonó a los seis años y se fue, junto a su padre, a vivir a Detroit. Allí fue formándose como cantante y pianista. Con doce años comenzó a cantar en la iglesia donde trabajaba su padre y siendo una adolescente empieza a despuntar. Entre todas las discográficas que la cortejan se queda con Columbia Records, con los que grabó 10 álbumes, pero ella siempre se quejó de que la discográfica no sacaba todo lo que ella podía ofrecer a la música.

Tras finalizar su contrato con Columbia se fue Atlantic Records. Fue allí, gracias a la labor del productor Jerry Wexler, donde consiguió sus primeros éxitos y se convirtió en la estrella que todos conocemos hoy. Con ellos saco sus mejores temas, incluido ese Respect por el que ganó dos Grammy y con el que se hizo un hueco en la historia de la música. Tras unos años más difíciles, Franklin volvió con toda su fuerza gracias a la película The blues brothers, en la que se se escucharía otra de sus composiciones más veneradas: Think. Adicta a su profesión Aretha Franklin sólo se retiró cuando lo vio estrictamente necesario. Fue a los 75 años, cuando la salud y el cansancio le dieron el primer aviso. Prefirió dar un paso atrás antes de que su luz se apagara encima de los escenarios.