Lory Money, el hombre que se bautiza como “el youtuber que llegó en patera”, es un senegalés que pasó de ser vendedor del ‘top manta’ a convertirse en la revolución de la red por sus vídeos -carne de excéntrica viralidad- que saben a hip hop y a ironía. Ha cantado sobre las penurias del mantero, la crueldad de las redadas policiales y su adaptación a Europa, ha enviado afilados mensajes al Pequeño Nicolás, a Ana Botella, Urdangarín y Pablo Iglesias sin perder nunca ese don que él llama “suaj”. Tiene verborrea para las chonis, para el Google Maps y para los discos del Fary. La música no es sólo su forma de expresión humorística, sino su trabajo, ya que en 2013 firmó un contrato con Universal.

Su última performance ha sido convertirse en Puigdemont. Un Puigdemont senegalés, claro, con peluca, gafas y botella de champán. El vídeo arranca en una carretera rodeada de pinos, con base musical inquietante. Unas grandes letras blancas en pantalla dejan claro quién manda: “Puigdemoney Independent”. Un coche desafía el asfalto. Estamos en Bruselas y son las 9 de la mañana porque la reivindicación de la independencia madruga. “Prr Prucés”, susurra. “Independent, independent, independent”. Y empieza el mitin: “Ma votao mucha gent / lo siento Rajoy, men / yo empecé el prusés / pa mis niggas Freixenet”.

Camina junto a un tigre. “Yo quiero un nuevo país / sin turistas haciendo pis / Franco rest in peace / Welcome refugees”. Resolución final: “España me ataca / pues toma pantumaca, madafaka. / Quiero país new / En el VIP siempre codorniu”. Poco más que decir: donde Lory Money dispara, no falla. En pocas horas, el vídeo alcanza las 180.000 reproducciones. Desde que llegó a España en 2006, ésta ha sido su tónica. Algunos de sus trabajos han llegado a alcanzar los 11 millones de reproducciones.

Se ha convertido en una voz autorizada. Incluso ha participado en las TED Talks -charlas que impartieron ilustres como Steve Jobs- contando cómo Internet le ha ayudado a crecer, elaborando un discurso motivacional para los más jóvenes y guiándoles para utilizar esta herramienta. No fue flor de un día: su 'Ola k ase' le trajo hasta aquí, pero sigue volcando su talento y dignidad en remar y no volver a hundirse. El rapero sabe que la memoria es fundamental, y recuerda constantemente de dónde viene y aquellos terribles ocho días que pasó a la deriva.