Es tu antireguetonero de confianza, un expectorante de prejuicios musicales. Carlos Vives ejerce de caballo de Troya allá en Colombia, donde le canta las verdades del barquero al compadre Maluma y su pandilla -como que no quiere que sus hijas bailen "esas letras machistas"- y propone un regreso al romanticismo: sin perreos, por favor, o dejándolos para más tarde, para ese ring secreto que es la cama, allí donde los caballeros deberían perder la memoria.

Después de gritarle al mundo quién era su "consentía" y de encaramarnos un verano entero a su bicicleta -con denuncia por plagio incluida-, el artista regresa con 'Vives', un disco que es como él mismo: tiene arrugas en los ojos de sonreír y huele a raíces, a tierra fresca. Le canta a su pueblo, a su gente: quiere que dejen de soñar con irse de allí, quiere contarles que Hollywood es una patraña. Él no sabe vivir como una estrella. Es, dice, una cuestión de educación. Lleva dentro un campesino con un acordeón, y le gusta escucharlo tocar todos los días.

Entrevista Carlos Vives

Me preguntas por qué parece siempre que estoy tan feliz. Así soy, es como mi naturaleza, el lugar de donde vengo… yo siento que allá la gente somos así. Y también por la música que escogí hacer. Todo me ayuda. Fui actor y canté baladas en telenovelas, sí. No me gusta Hollywood, por mi propia educación. Nunca pensé que Hollywood fuese una meta o algo que… incluso queriendo trabajar como actor, y habiendo trabajado como actor muchos años… no me interesaba. Era mi educación, ¿sabes? No estaba pensando como en irme de Colombia. Como que era muy feliz trabajando donde trabajaba y con las oportunidades que tenía en mi país, no puse mis sueños en otra parte.

Harvey Weinstein y la sucesión de denuncias por abuso sexual...: sí, cuando yo empecé en el teatro y en la televisión era muy joven, ¿sabes?, y sufrí a uno. Tuve por ahí a alguien que se me acercó a buscar algo… ¿no? Recuerdo alguna que otra experiencia, pero nada que se volviera una cosa como crítica. No conozco casos tan fuertes como los que se han destapado en EEUU y en otras partes, pero bueno, eso siempre ha estado ahí.

Me dices que parece que llevo una vida muy diferente a la de otras estrellas como Juanes o Shakira. Bueno, yo a veces digo por ahí que la vida del artista es complicada, porque es un mundo lleno de compromisos… nunca me he creído mucho lo del estrellato, tal vez por el mercado en el que me muevo y porque mi público es más sencillo, yo he tenido una vida más sencilla, o he luchado porque mi vida no pierda la sencillez. No sé. No sé cuánto pueda durar esto, ¿verdad?, y quiero vivir la vida como la vive todo el mundo, quiero disfrutar de lo que disfruta la gente. No soy crítico de la vida de ningún artista, ni mucho menos, pero sí me gusta a mí coger la cosa sencilla y no preocuparme mucho.

Ay, te acuerdas de cuando en un programa de radio cogieron una canción de Shakira y una mía y las compararon. Dijeron que yo era más “campesino” y ella más “internacional”. Yo creo que toda la música, incluso la música que está en la industria, tiene un origen rural, un origen campesino. Toda, toda, si uno ve la música más brillante en Austria, vas a llegar al fondo y vas a encontrar a un campesino con un acordeón, tenlo seguro. La música es una. La bicicleta sólo me ha dado cosas buenas. Llega a los niños y a los viejos y eso es una señal maravillosa. Bueno, la denuncia por plagio. Ahí está. Yo digo que la justicia haga su trabajo. Todo llega a su lugar. De todos modos, ha sido algo humillante para mí, porque al final siempre aflora el tema y es… un poco humillante, porque no, no había necesidad.

Nuestro secreto es un antireguetón. ¿Que cómo se hace esto? (Risas) Este… bueno, yo vengo de la escuela romántica y siempre digo que soy criado por el bolero. Y en eso tiene que ver mucho tu familia y ese lenguaje que te dan, eso te marca de por vida. En el reguetón hay temáticas que van en contra de ser romántico. Machistas, sí. Y creo que podemos usar hasta términos peores, porque realmente son temas pobres. Es una manera muy pobre de tocar ciertos temas, de tocar temas que ya la poesía lo ha hecho de manera brillante, todo lo que tiene que ver con lo íntimo, con lo erótico… ni siquiera llegan allá. Es muy pobre. Para mí es sencillo hacer una canción romántica y convertirla en antireguetón. Lo canto ahí: “Qué pasó, qué pasó, que no es otro reguetón, a nadie voy a contarle nuestro secreto de amor”.

Uno se acuerda de lo que le decían los viejos: los caballeros pierden la memoria, los caballeros no están hablando de las cosas íntimas. Ésa es mi escuela. Eso es contracultura, y no oigo que se hable mucho de eso: esos géneros sexualmente explícitos, vulgares… son así y así se hicieron en otros idiomas y nosotros lo hacemos en español. Igual que los rockeros lo hacían en otra época y nosotros copiábamos y pasábamos al español muchas de esas canciones del rock… hoy igual, esos hip hop y esos trap los cogemos y hacemos versiones en español y esos géneros son eso, están diseñados para ser sexualmente explícitos. Es el lenguaje de ese género.

Carlos Vives. Sony Music.

¿Si se puede combatir…? Yo por ejemplo, ese tipo de canciones no se la daría a mis hijas. A mí me preguntan y… mi hija Elena, de 9 años, no canta eso. No va a cantar que tienen relaciones con 5, o con 6 o con 7. Son canciones para cuando uno está madurado, pero a un niño no debemos darle eso. No sé. Mis hijos no escuchan eso porque ellos están en la casa y tienen una educación musical. Mi Elena toca clases de piano, y tiene literatura, y tiene una educación cultural. De las nuevas corrientes hay cosas que ellos pueden oír y otras que no son para ellos. Porque no están bien dichas, porque no están bien escritas, porque no son cosas que se merece una niña de esa edad. Y si hay mujeres que las quieren cantar… pues habrán madurado, han tenido la oportunidad, se han nutrido y ahora escogen eso. Pero a un niño hay que guiarlo, hay que cuidarlo, hay que quererlo.

Claro que creo que la música tiene responsabilidad social. Para mí es importantísimo. Siempre se habló de lo que era comercial y lo que era cultural. Lo comercial tiene mucho más compromiso porque si es comercial llega a más gente, tiene más penetración y tienes mucho más compromiso con la comunidad y con la sociedad, con las identidades… ¿Que cuál es mi compromiso? Pues yo hace casi 30 años escogí ser un artista de mi localidad y cantarle a mi localidad. Contar sus historias como joven de mi época y codificar nuevas formas para hacer nuestra música pero sin perder la identidad, y lanzar mensajes positivos sobre valorar la tierra y dejar de soñar con irnos, disfrutar del lugar donde estamos… ese ha sido mi compromiso disco tras disco.

Hoy mi disco nuevo es igual y está parado en una localidad que cada vez tengo más claro que se conecta con el mundo. Yo antes decía “quiero ser de aquí, de aquí, de aquí”, y el ser “de aquí” me enseñó que al final tenía un pariente por acá y otro que conectaba por allá, y me sumergía en ese vallenato humilde y de pronto aparecía en el Missisipi o en el Mar Caribe o en Canarias o en la Nueva Andalucía o en Galicia o en África, ¿sabes? Mi pequeño pueblito me enseñó que era universal y que me unía al mundo. Hoy lo tengo más claro que nunca musicalmente.

Lo sigo haciendo: meto un mensaje sobre los niños olvidados y sobre lo que pasa en Colombia. Si tengo mi público grande, quiero que sepan lo que está pasando. O La mujer en la ventana, que es una historia que vi en Santa Marta, de donde yo vengo: siendo una historia que se ha repetido durante mucho tiempo y nos hemos quejado mucho, me ha marcado mucho y la metí en mi álbum nuevo.

“No podía entender cuando la vi en la ventana, era esa mujer, todo su rostro sangraba / no podía creer, un animal acechaba, quise responder y le grité a la distancia. / No, no, no. A una mujer no se toca / en la religión sólo se sigue y se adora. / No, no, no, señor, no dañe usted lo más bello / ella es una bendición, todo un regalo del cielo”, canto ahí. “No podría olvidar con el dolor que llorabas...”. Es una historia en la que una mujer se asomó a su ventana destrozada y pasó un periodista por ahí y tomó una foto. Esa foto se viralizó, llegó por todas partes y pensé en hacer una canción, para aprovechar lo simbólica que se había vuelto esa historia. Necesito que esto nos ayude a crear conciencia sobre el horror de los feminicidios.

¡Claro que soy feminista! Desde que mi mamá me dio la teta. Siempre he sido un activista, sí. Este… puedo ser más activista, pero al final mi vida depende de la mujer: en lo anímico, en lo práctico, tengo a mis hijas, a mi mamá, a mi esposa… dependo del cariño de las mujeres en mi carrera. Y como mi escuela es ser romántico, creo que he tenido un activismo ahí natural, digamos.

¿Que qué hacemos con Trump? (Risas). Fíjate que yo canté esa canción que se llama Todos somos México, porque me molestaba mucho que en EEUU se mirase mal a la comunidad mexicana. Estaba un poco despreciada, un poco subvalorada, siendo algo maravilloso para nosotros, para toda Latinoamérica. Es una cultura muy rica, muy hermosa, y estamos muy identificados históricamente con ellos. Entonces extrañé ese mensaje del presidente de un país tan importante… unos años atrás me gané un Grammy y se lo dediqué a Obama porque ese día en ese programa habló tan lindo de los mexicanos… ay. Nos hizo llorar en el Auditorio de la entrega de premios Grammy. Habló tan hermoso de los mexicanos que nos dio mucha esperanza a los latinos en EEUU, fue increíble. Salí de ahí, me dieron un Grammy y yo dije: ¡Pa Obama, este Grammy es pa ti! Estábamos locos con lo que dijo. Todo para ahora ver este contraste de cosas, este trato a una cultura tan hermosa y a un pueblo tan sufrido y tan herido.

Mis antepasados son catalanes, sí. Vives-Ferrer fue la huella que encontramos. Creo que estaban como en Sitges, de ahí salieron a Cartagena, en Cartagena tuvieron problemas políticas y se regaron por todo el Caribe, Barranquilla, la tierra de Shakira… por todo allá. ¿El tema de la independencia? Bueno, es complicado porque es una historia muy antigua que tiene muchos matices. Uno porque se enamoró de España con todo, con su diversidad y su hermosura.

Es tan hermoso todo lo que han hecho juntos como país… pero claro, cuando uno conoce toda España se da cuenta de que ¡son tan diferentes en todas partes! Lo comparo mucho con Colombia, porque allá nos pasa exactamente igual. Este… somos tan diferentes por regiones. El Caribe es un país, Antioquia, de donde es Juanes, de donde es Maluma, es otro país; el Pacífico es otro mundo, el sur es otra historia, los llanos orientales son otra historia… somos como varios países, pasa igual. Viajo por España y tienen lenguas originales en todas partes, tienen historias… y eso es muy hermoso, pero también es hermoso lo que han hecho juntos.