Poeta y músico, Leonard Cohen siempre ha cubierto sus letras con un velo de lirismo, por momentos impenetrable. El amor se manifiesta en sus canciones a través de distintas formas, como algo profundamente sagrado y místico, o como algo simple y estrictamente carnal. Marianne Ihlen, musa de una de sus canciones, falleció la semana pasada. He aquí 10 canciones de amor, en todas sus formas y colores, de fondo.

Suzanne

For she's touched your perfect body with her mind”

En la vida de Cohen existió una Suzanne, sin embargo, la canción se maneja en dos planos distintos. Por un lado, está la descripción del encuentro entre el narrador y una mujer que le seduce y que lo arrastra por el camino del deseo. Por el otro, existe la réplica, en la que Suzanne desaparece para dar paso a Jesús. Las dos presencias, la de la mujer y la de lo divino, se despliegan como si fuesen el reflejo la una de la otra: manifiestan la insistencia de Cohen de situar el amor y la fe en un mismo pedestal.

The Faith

The blood, the soil, the faith / O love, aren't you tired yet?”

El título evoca abiertamente lo sagrado, y la letra posee una indudable carga religiosa, en la que Cohen habla de las escrituras y de un lugar sagrado (quizá, Jerusalén). Sin embargo, lo interesante del tema es cómo en vez de citar a dios, en vez de referirse abiertamente a la fe, o de poner un nombre concreto a la religión, Cohen se refiere constantemente al “amor”, en la evidencia más abierta que hay del lazo inquebrantable entre el amor y la creencia.

Light As the Beeze

Now you can drink it or you can nurse it, / It don't matter how you worship / As long as you're / Down on your knees”

De lo sagrado, a lo más profano. En esta canción, Cohen describe con un lirismo tan opaco como erótico, el encuentro de un hombre con una mujer. Aunque en ningún momento se explicite el contenido sexual, sin duda, la letra describe, con todo tipo de elementos húmedos y líquidos, cómo el hombre practica sexo oral a la mujer. Lo gracioso es que, incluso aquí, encontramos una tenue implicación divina, pues convierte el sexo en una experiencia mística.

Bird on the Wire

If I, if I have been unkind / I hope that you can just let it go by”

El canto a la libertad de Cohen, representado o encubierto en la figura del pájaro que da título al tema, tiene a su vez una lectura romántica: la idea de que pueda ser el amor el que lo libere. Sin embargo, hay también un poso de soledad, la insistencia del narrador a relatar su alejamiento de cualquiera que quiera acompañarle.

I'm Your Man

I've been running through these promises to you / That I made and I could not keep”

El hombre de este tema haría cualquier cosa por su amor, y seguramente no le serviría para ser correspondido. Una de las canciones más famosas de Leonard Cohen expone uno de sus temas favoritos: el de la devoción, que eclosiona, primero, de la manera más simple posible (“por favor, por favor”, canta Cohen”) y luego de forma totalmente desesperada (“desaparecería por ti”).

Seems So Long Ago, Nancy

"Nancy wore green stockings / And she slept with everyone"

He aquí otra canción inspirada en una historia real. En este caso, en el suicidio de una chica llamada Nancy. De nuevo, el amor aparece aquí de la manera más carnal y más profana. Situado en los sesenta, el relato que propone el tema describe primero a Nancy a partir de sus diversos escarceos sexuales, reflejo quizá de la época. El amor aquí se convierte en compasión, cuando el cantante y poeta se despide de la solitaria protagonista al son de “es feliz de que hayas venido”.

Chelsea Hotel #2

You fixed yourself, you said: Well never mind, / We are ugly but we have the music”

Quien dijo este “somos feos, pero tenemos la música” fue Janis Joplin. O, al menos, esto es lo que dice la leyenda, según la cual, esta pieza de nostalgia calmada reconstruye el encuentro (también sexual) entre Cohen y Joplin, en uno de los hoteles más concurridos de aquel Nueva York que fue cuna de artistas y epicentro de la experimentación. “No pienso en ti a menudo”, canta Cohen con aparente indiferencia al final de la canción.

Waiting for the Miracle

Let's be alone together / Let's see if we're that strong”

Una vez más, el amor tiene que ver con lo sagrado. Aquí, se convierte ni más ni menos que en un milagro, en una idea de perfección que, evidentemente, resulta inalcanzable. Al menos hasta que el narrador se de cuenta que aquello que tanto estuvo esperando lo tuvo antes a su alcance. El amor se presenta así como algo tan anhelado como inalcanzable: un resumen perfecto de cómo funcionan los mecanismos del deseo.

I Tried to Leave You

The baby's crying, so you do not go outside”

La deriva más pragmática del amor se muestra aquí con una desnudez apabullante. De letra breve y musicalidad callada, la pieza narra las vicisitudes del hombre, casado y con hijo, y sus dificultades a la hora de seguir adelante con la vida tal y como la conocía. El final es tan demoledor como profundamente irónico: “Buenas noches, querida, espero que estés contenta”, dice un resignado padre de familia.

Ain't No Cure for Love

I've got you like a habit / And I'll never get enough”

En su libro de entrevistas, Jeff Burger preguntó a Cohen si esta canción y I'm Your Man se referían a la fotógrafa Dominique Issermann, con quien el cantante mantuvo una relación. Apuntaba también que el tema devuelve a Cohen su aura de héroe romántico. El cantante saldó la respuesta con una vaguedad que no deja de ser bien cierta: “Todos saben qué significa esta canción, especialmente si se está enamorado”.

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