El presidente de la Federación de Gremios de Editores de España y de la Asociación de Cámaras del Libro de España, Daniel Fernández, ha sido contundente: “Es evidente que el sector editorial español ha publicado demasiado”, ha contestado a la pregunta de este periódico ante los datos de facturación de 2017 que acaba de hacer públicos. Entre todos los números destaca la línea dedicada a la producción editorial de novelas, con una conclusión: vuelve la burbuja editorial.

En 2014, se publicaron 10.039 títulos y en 2017, 12.825. La industria ha dado por salvada la crisis financiera y el cataclismo económico civil y ha vuelto a encender la maquinaria de reproducción. De hecho, fue en 2017 cuando se dispara el incremento en más de 1.500 títulos. Y esto también se refleja en la producción de ejemplares: de 42.190 ejemplares (2014) pasan a producir 48.055 (2017). Los datos muestran que la industria había tratado de retener la máquina en los peores años, pero en 2017 han vuelto a pisar el acelerador.

¿Está justificado el acelerón? En absoluto. Han publicado casi un 14% de títulos de novelas que el año pasado y sólo han crecido en facturación por ventas del 0,7%. El género de la novela logró recaudar 366 millones de euros, en 2014, y 451 millones de euros, en 2017. El incremento en recaudación no es tan llamativo como el incremento de títulos publicados.

En contra

Ángel María Ávila, director ejecutivo y secretario de la FGGEE, niega la apreciación de su presidente. No cree que la industria editorial haya publicado más de lo que debía. Según su visión que se haya disparado la producción de títulos no significa que se esté volviendo a hinchar una burbuja que no pueden asumir las librerías.

“No existe tal inflación en literatura, porque se produce lo que el mercado demanda”, dice, aunque los datos demuestren claramente lo contrario (un 14% más de títulos, sólo un 0,7% más de ventas). “Cuando un editor apuesta por un título apuesta porque cree en él. No es inflación, es diversidad. Prefiero que sea el mercado y no el Gobierno o la religión quien decida cuánto es suficiente. Nunca habrá suficientes libros”, ha asegurado Ávila, que desmiente que el 40% de los libros publicados vuelvan a los almacenes. Dice que no llega al 20%.

Un 25% acumuladas de pérdidas

La facturación global del sector fue de 2,3 millones de euros, es decir, un 0,1% más que el año pasado. “Sin tener en cuenta la facturación por libros y contenidos educativos, el crecimiento del sector editorial en 2017 alcanzaría el 2%”, añaden desde la Federación. Son cifras muy alejadas de todo lo perdido cuando la industria estaba a pleno rendimiento, que cifran en un 25% más de lo que se factura en estos momentos.

Sin embargo, Fernández responsabiliza del incremento de títulos y ejemplares puestos en circulación en las librerías españolas, a las pequeñas editoriales y a ediciones “locales”. Según los datos recogidos por el Observatorio del Libro han sido precisamente las grandes editoriales (más de 1.000 títulos al año) las que han vuelto a apostar por el modelo cuyos datos descubre que en España no tiene más recorrido comercial. En 2017 los grandes grupos publicaron un 20,8% más que en 2016 (casi 4.000 títulos más). Estas empresas son 90 (frente a las 2.316 editoriales pequeñas), pero son responsables del 28,3% de los títulos que se encuentran en las librerías.

Desde la FGGEE señalan a la falta de inversión de las administraciones en la compra de libros para las bibliotecas públicas. “Así como por los efectos de la piratería”. En el avance del Informe de Comercio Interior del Libro descubren que se vendieron 157,88 millones de ejemplares, un 0,4% más que en 2016. Y se editaron 87.262 ejemplares… un 7,1% más. Fernández reclama el Plan de Fomento a la Lectura que había firmado el sector con el anterior Gobierno y reconoce que el ministro José Guirao le ha garantizado la ejecución del plan.