Barcelona

“Todos deberíamos ser feministas”. Lo que empezó en una charla de TEDx acabó en camisetas de Dior. Chimamanda Ngozi Adichie (Abba, Nigeria, 1977) acaba de cumplir 40 y se ha convertido en una de las novelistas más influyentes. Al menos, debería ser tenida en cuenta tanto por sus contribuciones literarias como por las sociales y políticas que aprendió de las lecturas del escritor nigeriano Chinua Achebe. Ahí entendió que personas como ella y su historia podrían formar parte de un libro.

“No creo que esas camisetas de Dior sean una mala idea. De hecho es fantástico que los jóvenes la impriman en las suyas”, parece que le molesta que se frivolice sobre la popularización de sus mensajes. Hoy está en Barcelona, y ha traído todo el esplendor que falta por este país en estos días. Es su primera visita a España y rezuma alegría sin complejos.

El feminismo no tiene por qué ser académico ni anticapitalista. No creo que el feminismo pierda fuerza si acaba en bocas de todos. Es bueno que el feminismo esté en todas partes

“El feminismo no tiene por qué ser académico ni anticapitalista. No creo que el feminismo pierda fuerza si acaba en bocas de todos. Para nada. Es bueno que el feminismo esté en todas partes. De hecho, mucha gente me escuchó gracias a que Beyoncé usó mi voz [tomó de su charla en TEDx algún fragmento para su canción Flawless] y logró llegar a mucha gente joven. De otra manera no habría pasado. Muchísimas chicas empezaron a usar un lenguaje para hablar de su situación. Con el lenguaje se puede decir “no” y cambiar las cosas. El feminismo no es una cuestión sólo de mujeres”.

Feminismo pop

Por eso reclama un feminismo más allá del ámbito académico, porque el feminismo no es una cuestión de argumentos, sino de experiencia. De ahí que defienda la popularización del feminismo en camisetas. El problema es el enriquecimiento de quienes comercializan esos mensajes. “El feminismo no vende. Dior podría haber impreso las camisetas con otras frases y habría vendido mucho más”, responde.

Chimamanda Ngozi Adichie pasó por el CCCB. efe

Quizá por ello no quiere considerarse “una activista”. “No me convence porque un activista moriría por la causa y yo no tengo intención de morir por ninguna causa”, explica. “La literatura es una plataforma para mí para abordar temas sociales, como el feminismo. La literatura es una voz, pero ojalá no tuviera que hablar de estas cuestiones. De hecho me enfada tener que escribir sobre feminismo”, ha dicho ante la prensa.

Chimamanda en su famosa charla TED.

Adichie, la quinta de seis hermanos, creció en Nsukka y fue educada en el catolicismo. A los 19 años se trasladó a los EEUU a estudiar Ciencias Políticas. Su primera novela fue La flor púrpura (2003). Luego vino Medio sol amarillo (2006), sobre los horrores de la guerra civil nigeriana, en los años sesenta. Achebe dijo de Chimamanda que era una autora dotada con el don de los antiguos narradores. “No tiene miedo”, sentenció. En 2009 publicó la colección de relatos titulada The thing Around Your Neck, y en 2013 lanzó Americanah, con el que consiguió el Premio del Círculo de Críticos Nacional del Libro por escrutar la Obamamanía, las relaciones interraciales, el encanto y el salvajismo de EEUU y el privilegio de los blancos.

Sexismo y racismo

Todos deberíamos ser feministas fue su primer ensayo (el discurso para TEDx). Literatura Random House ha editado este año Cómo educar en el feminismo, una lista de 15 sugerencias dedicadas a su amiga Ijeawele para educa a su hija y no dejar que a ella le definan únicamente como madre.

Su feminismo le ha jugado malas pasadas, como cuando aseguró en una entrevista que las mujeres transexuales nacen con los privilegios que el mundo concede a los hombres. Fue muy criticada por insinuar que las mujeres trans no son mujeres reales. O eso le entendió la izquierda norteamericana, que la atacó airadamente y de la que ella se defendió por no comulgar con su “ortodoxia lingüística”. En realidad, se refería a la experiencia más que a la definición, pero aquella vez su propia tribu salió a morderle.

El sexismo y el racismo existe en todo el mundo. Las mujeres occidentales piensan que están mejor y bien situadas que las mujeres negras

El sexismo y el racismo existe en todo el mundo. Las mujeres occidentales piensan que están mejor y bien situadas que las mujeres negras”, comenta para aclarar que todas deberían mirar en su propia casa para regenerar y avanzar. “Deberíamos analizar el poder económico y el político. ¿Quién lo tiene? Los hombres. No juzgamos a los hombres y a las mujeres por el mismo rasero. Decimos que un hombre debe ser fuerte, pero que una mujer mejor debe ser romántica”.

Una visión oscura

Cuando Adichie se pone a escribir y todo va bien es obsesiva. No se ducha, no contesta al teléfono, apenas responde a mensajes y no abre el correo electrónico. Sólo descansa para leer, sólo poesía. Cuando nada va bien, se acuesta en la cama y come chocolate. Cuando está de buen humor le gusta cocinar. Podría comer lentejas y ensaladas frescas para desayunar, comer y cenar.

Su visión de la literatura es oscura. Le atrae la melancolía, la tristeza y la nostalgia. Aunque siempre lo hace desde una ficción realista, inspirada en bocados de realidad. Para ella lo importante de la ficción es humanizar la historia, hacer una conexión emocional con el lector para que recuerde.

Es una escritora resistente. Biafra es una parte importante de su historia, sus abuelos murieron en campos de refugiados durante la guerra civil. Desde pequeña quiso entender qué pasó y en el colegio no se estudiaba, porque no se quería remover la memoria. “Creo que ha pasado en muchas partes del mundo, que han sufrido guerras civiles”. Para ella era una obligación absoluta explicar los hechos con precisión. Porque estaba haciendo literatura e historia.

Una autora universal

El colonialismo lo que impuso fue una dictadura religiosa”, ha explicado en referencia al catolicismo. “En EEUU si eres negro el éxito no forma parte de tu futuro”. Recuerda a un profesor que le sorprendió que el mejor escrito de la clase fuera escrito por una persona negra. El racismo es el tema principal de Americanah.

"Cualquier historia es universal cuando está bien contada. Todos compartimos emociones transculturales. Por eso existe la literatura universal. Ahora bien, parece que todo lo que esté escrito fuera del canon estadounidense y europeo es como si hiciera antropología. Crecí leyendo autores rusos, indios [no menciona a la literatura en castellano], y si uno sólo lee autores de este canon occidental es difícil pensar que existe una literatura universal. El canon occidental es una visión reduccionista de la literatura universal”, dijo mientras se despedía.