De los premios Nobel de la Paz y de Literatura todo el mundo opina, en parte porque son las dos disciplinas que parecen más accesibles de entre las que merecen un galardón. El de Literatura a Bob Dylan este año ha despertado reacciones a favor, en contra y otras ambiguas (los fans de Bob Dylan pueden alegrarse por el premio y al mismo tiempo pensar que Philip Roth quizá es mejor candidato).

La reacción que más se hace esperar es la de Bob Dylan, que no responde a las llamadas de los suecos. Mario Vargas Llosa (Nobel de Literatura en 2010) contaba que esperó 14 minutos antes de celebrar su premio: sabía que a Moravia alguien le había gastado una broma telefónica haciéndose pasar por un miembro de la Academia sueca. A Patrick Modiano (Nobel de Literatura en 2014) le avisó su hija mientras él paseaba por los Jardines de Luxemburgo.

Mario Vargas Llosa contaba que esperó 14 minutos antes de celebrar su premio: sabía que a Moravia alguien le había gastado una broma telefónica haciéndose pasar por un miembro de la Academia sueca

El premio Nobel de Literatura 2016 prosigue su gira The Never Ending Tour, ininterrumpida desde 1988, hasta el próximo 23 de noviembre, en Fort Lauderdale, Florida. Le da tiempo para acudir, en caso de que acepte, el galardón en Estocolmo el 10 de diciembre. Sara Danius, Secretaria Permanente de la Academia, ha dicho que no estaba preocupada por el misterioso silencio de Dylan, que no responde a las llamadas de la academia ni ha hecho mención al premio en sus conciertos.

Decir 'no' a la Academia

The Guardian recogía unas declaraciones de Danius: “Si no quiere venir que no venga. En cualquier caso será una gran fiesta y el honor le corresponde a él”. Esta noche, sin embargo, durante unas horas en la página web de Dylan aparecía el membrete de “Premio Nobel de Literatura 2016” en el anuncio de la próxima publicación de las letras de sus canciones.

En 1966 Bob Dylan se pasó al eléctrico, lo llamaron Judas y fue abucheado por sus fans, que se sentían traicionados. Después se pasó al country y hasta cantó frente al papa tras renegar del judaísmo para convertirse al cristianismo. La trayectoria del de Minnesota es la de un inconformista con un gran sentido del humor. Alguien que hizo de la ironía y del desdén su seña de identidad, después de abandonar la esperanza folk.

¿Se puede decir que no a la Academia Sueca? Sólo hay tres casos en la historia de los premiados y dos son de literatura

¿Se puede decir que no a la Academia Sueca? Sólo hay tres casos en la historia de los premiados y dos son de literatura: Boris Pasternak (1958), a quien la URSS presionó para que lo rechazara después de haberlo aceptado, Jean-Paul Sartre (1964), que mandó una carta a la Academia explicando los motivos del rechazo demasiado tarde, el 16 de octubre, después de leer en Le Figaro littéraire que el comité sueco se decantaba por él, y al que persigue la leyenda de haber reclamado el dinero que acompaña al galardón diez años después del rechazo.

Y Le Duc Tho, premio Nobel de la Paz, que entrega el comité Nobel noruego, compartido con Henry Kissinger en 1973, los dos jefes de las negociaciones para el cese del fuego en la guerra de Vietnam. Las conversaciones se iniciaron en París en 1969 y el cese se firmó el 27 de enero de ese año. Le Duc adujo que la situación en Vietnam no le permitía aceptar el premio y la Academia se comprometió a retenerlo hasta el 1 de octubre del año siguiente.

Salir en la lista 

A pesar de que los tres dijeron que no, los tres aparecen en la lista oficial de premiados de la institución. Además, Hitler forzó a rechazar los Nobel de Química y de Medicina a Richard Kuhn (1938), Adolf Butenandt (1939) y Gerhard Domagk (1939). Aunque se les permitió obtener la medalla y el diploma.

En los estatutos de los premios se prevé la posibilidad del rechazo del galardón o del no ingreso del cheque “de la manera estipulada por el comité”, antes del 1 de octubre del año siguiente: el dinero pasa a los fondos reservados de la Fundación Nobel. Por otro lado, el reglamento -que desde 1974 impide otorgar los premios de manera póstuma- recoge que: “Es obligatorio para el ganador, siempre y cuando sea posible, dar un discurso sobre un tema relevante relacionado con el trabajo por el que se le ha concedido el premio. La lectura tendrá lugar antes o no menos de seis meses después de la Ceremonia de entrega en Estocolmo o, en el caso del Nobel de la Paz, en Oslo”.

Hitler forzó a rechazar los Nobel de Química y de Medicina a Richard Kuhn (1938), Adolf Butenandt (1939) y Gerhard Domagk (1939)

Pero como ya descubrió Sartre en 1964, las decisiones de la Academia sueca son irrevocables, independientemente de que se acepte el dinero o no. Danius tiene razón: la ceremonia se hará, los premiados están elegidos, el rey asistirá. Con o sin Dylan, habrá fiesta. Lo quiera o no ya es el premio Nobel de Literatura 2016 y eso ni el tiempo puede cambiarlo.

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