En la esquina del cuadrilátero, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, espera a que empiece el combate. Tiene los guantes listos y, curiosamente, va vestido. A Marvel le ha parecido una gran idea colocar al primer ministro de Canadá en la portada del número cinco de la saga Civil War, rodeado de superhéroes y un brazo tatuado, pero no que aparezca con el pecho descubierto y sudado.

El dibujante Ramón K. Pérez (Ontario, Canadá, 1973) lo viste con una camiseta con la hoja roja de arce, símbolo nacional, y ríe: está preparado para la hora de las tortas. Sabíamos que era el presidente ideal al que todos quieren parecerse, que su bondad es ilimitada y cuenta con la admiración de su país.

“Por encima de todo, las libertades civiles deben ser protegidas”, dice el primer ministro.

Lo sabíamos: no era humano, es un superhéroe. Maestro, instructor de snowboard, primer ministro desde hace un año, héroe de acción, ¿qué será lo siguiente con lo que nos sorprenderá el nuevo referente internacional? ¿Comprará la mansión Playboy de Hugh Hefner, a la venta por 100 millones de dólares (89,7 millones de euros)? La escena empleada por la editorial es un recuerdo al combate de boxeo que Trudeau mantuvo con un senador del partido conservador, en beneficio de una causa altruista. Ya se imaginan quién ganó, contra todo pronóstico.

“Por encima de todo, las libertades civiles deben ser protegidas”, dice el primer ministro, en su despacho, a Puck, Squash y Aurora, los integrantes del grupo Alpha Fight que acuden a él a pedirle consejo filosófico. El dirigente canadiense representa su propio papel y la coherencia de sus decisiones en la ficción. Es un ser perfecto, en la realidad y en la fantasía.

Trudeau se muestra en contra de los poderes para hacer un Minority Report y arrestar a los culpables de un crimen antes de que lo hayan cometido. Por eso defiende las libertades civiles, por eso pone el ejemplo de Tony Stark, el hombre detrás de la máscara de Iron Man. El presidente considera “métodos defectuosos” y un camino peligroso para la humanidad.

Escena final, el combate entre Tony Stark y Justin Trudeau. Marvel

¿Qué pensaría de esta valoración política la némesis de Justin Trudeau, Donald Trump? ¿Y el jefe de Marvel? Ike Perlmutter, máximo responsable de la compañía, ha donado un millón de dólares en concepto de “caridad” al líder republicano. Con el cameo, el dirigente pasa a la galería de los presidentes en cómic: Obama en Spiderman y Secret Invasion, y Bill Clinton, en La muerte de Superman. El difunto padre de Justin, Pierre Elliott Trudeau, ex primer ministro de Canadá, también hizo su aparición en 1979 en un cómic.

La entrega de Civil War se cierra con una pelea de boxeo entre Stark y el gobernante, que tumba al hombre de acero sobre la lona y le pide disculpas tras noquearlo... Y en el abrazo fraternal, Stark reconoce al político que "huele muy bien". Del humor al amor.