Ocho horas con Bernie Sanders. Y no es un personaje de Miguel Delibes. El 10 diciembre de 2010, el senador se subió al estrado y sometió al Congreso de los EEUU a una prueba extrema: escuchar un discurso contra la codicia de las grandes empresas y el declive de la clase media. “Esta crisis ha sido provocada por la codicia, la temeridad y las fechorías de Wall Street. Esos tipos, con su egoísmo han desencadenado la crisis económica más grave desde la Gran Depresión”, dijo el día que se convirtió en celebridad fuera de la cámara tras pedir más impuestos a las grandes fortunas, mayor cobertura por desempleo y creación de empleos.

No convenció a nadie en ocho horas, pero se convirtió, a los 69 años, en la voz de la calle. El discurso se publicó un año más tarde y su autor donó sus derechos a organizaciones de caridad sin fines de lucro en Vermont. Seis años más tarde es el principal rival de Hillary Clinton por hacerse con el control del bando demócrata y en España la editorial Malpaso publica aquel andanada contra los ricos: “Es una economía obscenamente corrupta concebida por las personas más ricas de este país para beneficiarse a sí mismas a costa del resto de la población”.

Sanders critica los efectos de esa economía corrupta, dice que cientos de miles de norteamericanos quieren un cambio y exige al gobierno que trabaje para todos los americanos. “No sólo para las personas más ricas de este país”. No extraña que Pablo Iglesias reconozca que los discursos del abuelo le pongan los “pelos de punta”. “En los últimos dos años, 15 personas han incrementado su fortuna en 170 millones de dólares, mientras que la cifra de americanos que viven en condiciones de pobreza roza los 45 millones. Eso, a mi entender, no es justicia”, dijo.

Si concedéis rebajas fiscales a las personas más ricas del país, el déficit aumentará

Asegura que se encuentra por todo el país a millonarios que le dicen: “No lo hagáis. Si concedéis rebajas fiscales a las personas más ricas del país, el déficit aumentará y nuestros hijos se verán obligados a pagar más impuestos para saldar la deuda nacional”. Ni Bill Gates (Microsoft) ni Warren Buffett (Berkshire) necesitan exenciones fiscales, cuenta.

“El 80% de los ingresos generados en los últimos años ha ido a parar al 1% de la población. Los más ricos son cada vez más ricos, la clase media se contrae. Millones de americanos se descuelgan de la clase media y caen en la pobreza”. Para Sanders es una cuestión de codicia. Nunca tienen suficiente, “profesan con ferocidad” su codicia, “como si de una religión se tratara”.

Irresponsables e ilegales

Describe a los más ricos enfermos, absorbidos por una adición que les hace necesitar cada vez más y más. La oralidad del discurso se mantiene, a pesar de haber sido corregido la transcripción de la intervención. “En otras palabras, las instituciones financieras que, con su actitud irresponsable y su codicia, provocaron esta gran crisis, no tuvieron ningún problema”. Imprudentes, codiciosos, irresponsables y “conducta ilegal”. Sanders carga su fusil y dispara, a veces con sal gorda, como cuando compara la adicción a la codicia de los ricachones con “las personas que se enganchan a la heroína”. “No pueden parar. Destruyen sus vidas. Necesitan consumir cada vez más”, dice.

Bernie consume sus ocho horas, explica que no es necesario conceder exenciones tributarias a los millonarios y a los billonarios y así aumentar la deuda nacional. Reclama un levantamiento del pueblo norteamericano contra la medida, para presentar una mejor “que refleje las necesidades de las familias trabajadoras y de la clase media de nuestro país y, lo más importante para mí, de los niños de nuestro país”.

Bernie Sanders, durante uno de sus discursos. Reuters

A los ojos de Bernie todos son niños. También Spike Lee (EEUU, 1957), que cayó rendido a sus pies ese invierno de hace seis años, y que seis años después le ha preparado un vídeo promocionando su candidatura frente a Clinton. El cineasta lo ha titulado Wake up (Despierta) y hace alusión a la “revolución política” que llegará con el veterano político (hasta el momento, el único candidato a la presidencia de los EEUU no religioso).

Los de la ceja

Lee hace pasar a las caras famosas que apuestan por la marcha socialista del país, algo parecido a la campaña de la cultura en apoyo a la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero. Los de la ceja de Bernie son Harry Belafonte, músico, actor y activista; Shaun King, escritor, articulista y activista; Erika Andiola y César Vargas, activistas migrantes de la comunidad hispana.

La actriz Tessa Thompson, que dice: “Desde la crisis de 2008 hemos visto la erosión de los derechos de la clase media negra. No sólo hemos perdido nuestros trabajos. Hemos perdido los derechos que habíamos conseguido. Tenemos que luchar para que se paguen 15 dólares la hora o por una vivienda asequible. Las políticas del próximo presidente tiene que elegir entre pobreza o prosperidad”. A continuación, aparece Susan Sarandon, que remata rotunda: “La educación no es un privilegio es un derecho”.

Las apariciones continúan: Linda Sarsour, una enérgica activista contra la islamofobia; el actor escocés Alan Cumming, que grita Escocia “no es ni de cerca tan rico como EEUU y todos tienen educación gratuita y sanidad gratuita… ¿por qué no tenemos eso en América?”. Las actrices Gaby Hoffmann y Rosario Dawson; el filósofo Cornel West, autor, crítico y activista y miembro de Socialistas Democráticos de América.

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