El poeta Ahsraf Fayad, condenado por apostasía, ha conseguido que un tribunal saudí revoque su pena de muerte: a cambio, ha sido sentenciado a ocho años de cárcel y a recibir 800 latigazos, que le serán dados en 16 sesiones. Su abogado, Abd al Rahman al Laham, ha anunciado que apelará el fallo y ha reiterado que su cliente es inocente.

También el autor niega su delito, secundado por amigos y allegados que explican que se trata de una venganza de la Policía religiosa saudí por haber contado su vivencia como refugiado en su libro de poesía Instrucciones en el interior (2008). La persecución policial y posterior condena también podría deberse a que el poeta haya grabado en varias ocasiones a las autoridades llevando a cabo actos violentos -entre ellos, un agente asestándole latigazos a un ciudadano-. 

Antecedentes

Fue detenido por primera vez en agosto de 2013, en Abha (suroeste del país) por insultar a Dios y al Profeta, además de difundir un poemario que, según la acusación, "incitaba al ateísmo". En enero del año siguiente volvió a ser arrestado y el tribunal le condenó a 800 latigazos y cuatro años de prisión. Cuando su abogado apeló este fallo -hace tres días- otro juez le condenó a muerte. En este último proceso, Fayad no contó con representación legal: las autoridades le quitaron su identificación al detenerle y no tuvo la posibilidad de contactar con su abogado.

En el último proceso, Fayad no contó con representación legal porque las autoridades le quitaron su identificación 

Más irregularidades: sus amigos denuncian que, cuando la Policía religiosa se vio incapaz de demostrar sus acusaciones, optaron por increpar al poeta por llevar el pelo corto y fumar. Fueron los mismos agentes que, más tarde, declararon en el juicio que el autor había blasfemado en público. "Me arrepiento ante Dios altísimo y soy inocente de lo que se ha dicho de mi poemario: Instrucciones en el interior es un libro sobre mi persona, como refugiado palestino, y sobre asuntos culturales y filosóficos", aseguró el acusado. 

Más de 150 personas fueron ejecutadas en Arabia Saudí en 2015. Según Amnistía Internacional, es la cifra más elevada en el país desde 1995. 

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