Una espada de más de un metro de largo, cubierta de conchas y piedras fue hallada este fin de semana cerca de las costas del Carmelo, al norte de Israel. El buzo, Shlomi Katzin, practicaba buceo recreativo cerca de la costa cuando acertó a ver el arma en el lecho marino. El artefacto podría haber pertenecido a un caballero cruzado llegado a Tierra Santa hace 900 años, según informan EFE y Reuters

La zona en la que fue localizado servía en la Antigüedad como refugio para barcos durante las tormentas. Las calas naturales que manchan las costas de la localidad de Haifa eran el escondite perfecto para las naves, dejando a su paso los pecios y restos de barcos mercantes. "La espada, que se ha conservado en perfectas condiciones, es un hallazgo hermoso y raro y evidentemente perteneció a un caballero cruzado", señaló Nir Distelfeld, inspector de la Unidad de Prevención de Robos de la Autoridad de Antigüedades de Israel. 

El arqueólogo Yaakov Sharvit posa con la espada de un metro de longitud. Reuters

La buena vista del buzo permitió su identificación rápida. Cuando se sacó del mar estaba cubierta de organismos marinos, aunque se seguía identificando la forma de su filo y empuñadura, con una longitud de un metro entre sus dos extremos. Este tipo de armas eran fundidas en hierro, mientras que las empuñaduras se realizaban en madera o se recubrían de cuero para mejorar su agarre. La espada ya ha sido trasladada a un laboratorio especializado donde será limpiada y restaurada. 

Junto con el arma también se localizaron otros objetos, incluyendo anclas de metal y fragmentos de cerámica. Es probable que estas piezas emergiesen por los movimientos de la arena en el fondo del mar. Una vez que hayan sido debidamente tratados se expondrán por primera al público

Recubierta de organismos marinos y conchas, así fue hallada la espada por un buzo este fin de semana Reuters

Unos 150 kilómetros al norte de la ciudad de Haifa, se localizaron hace unos meses dos fosas comunes con los restos de al menos 25 individuos que sufrieron una muerte violenta a causa de armas medievales. Las dataciones con radiocarbono, una moneda de la época de las cruzadas y unas hebillas de cinturón de tipología franca indicaron que los cuerpos correspondían a un único y trágico evento que tuvo lugar a mediados del siglo XIII.

Las fuentes escritas relatan que la fortaleza, capturada por los cristianos en 1110, fue atacada y destruida primero por los mamelucos en 1253 y después por los mongoles (1260). Ambos hallazgos dan buena cuenta de la cantidad de restos arqueológicos pertenecientes a la guerra en Tierra Santa, esperando a ser recuperados. 

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