Mérida

Concha Velasco es un mito viviente, la voz y la señorial figura ya golpeada por la edad que sobre unas piedras de más de dos milenios actúa de puente entre las peripecias de los dioses y héroes grecorromanos y su vigencia actual; es el destello que hace estallar en palmas a todo el Teatro de Mérida, una diva que sigue brillando con papeles menos protagonistas, esta vez entonando historias de amor trágico, como la de Narciso y Eco; o de las consecuencias de los deseos más ambiciosos, como la del rey Midas.

Lo había anunciado Concha Velasco en la previa: esta era su última vez en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. "¡Voy a cumplir 80 años!", clamó como una desgracia, pero también como un regalo, el de la edad, que no afecta a su voz. La veterana actriz vallisoletana es el gran reclamo de Metamorfosis, una producción teatral basada en la obra de Mary Zimmerman sobre los mitos del poeta Ovidio, y que dirige con maestría, David Serrano.

Tal era la expectación por esta obra, por ver a Concha Velasco, eterna, una última vez, que el Festival vendió las entradas de las diez funciones programadas —unas 30.000— antes del estreno, lo que les obligó a ampliar el programa una velada más. Y si lo hicieran más días, seguro que en las ruinas romanas no se apagaban los aplausos. Concha Velasco, aunque lastrada físicamente, moviéndose con suma delicadeza por el escenario, es la figura conductora de los diez mitos que protagonizan dioses, héroes y humanos. Reluce como narradora, como sabia, como maestra que calma y sosiega los momentos de comedia y los transforma en antesala del drama.

Representación del mito de Narciso y Eco en Mérida. Jero Morales FTCM

El papel de la diva, su tercero en Mérida tras Hécuba y Hélade, es esencial, pero no menos fuerza y presencia tiene el resto del lujoso reparto, cuyo director ya se ha resignado a que será prácticamente imposible volver a reunir en su totalidad para representar Metarmorfosis en otro teatro: un sobresaliente Secun de la Rosa, una divertidísima Belén Cuesta, un enérgico y poderoso Adrián Lastra y un todoterreno Pepe Viyuela; y también notables actuaciones de Edu Soto, Pilar Castro, María Hervás, Ángela Cremonte y Pepe Ocio.

Los anuncios de retirada, más de una figura como Concha Velasco, siempre son un reclamo de público, y esa puede ser una de las razones del éxito de esta obra —ojo porque la veterana actriz, después de que al Festival le haya sido concedida la Medalla de Extremadura, ha dejado entreabierta la puerta a una hipotética página más de su epílogo profesional—, pero Metamorfosis también brilla por el trabajo del director David Serrano a la hora de contraponer situaciones hilarantes con momentos de profunda emoción y carga dramática.

Concha Velasco actúa de narradora en 'Metamorfosis'. Jero Morales FTCM

Por las dos horas de función ininterrumpida van circulando los mitos del rey Midas; Alcione y Ceix; Erisictón, Orfeo y Eurídice; Eco y Narciso; Pomona y Vertumno; Mirra, Eros y Psique; Faetón; y Baucis y Filemón. Algunos son narrados entre las carcajadas del público, acicalados con elementos modernistas y enmarcados en coyunturas presentes, y canciones desternillnates; otros son pura tensión que mezcla sentimientos como el amor, la venganza, la ambición, la locura o los celos. En total, el reparto da vida casi a un centenar de diferentes personajes, una obra camaleónica que rinde homenaje a Concha Velasco, quien abandona el Teatro Romano alabada por varios minutos de aplausos y con un último deseo: "Déjenme morir amando y así no moriré nunca".

Metamorfosis también es fruto de la cuidad producción en el diseño de iluminación de Juan Gómez Cornejo, la escenografía de Monica Boromello, la música original de Luis Miguel Cobo, el vestuario de Yaiza Pinillos y la coreografía de Carla Diego Luque.