Regenerar es iluminar donde los focos no llegan y mostrar lo que duerme sin miedo en las cloacas. Regenerar es dejar pasar hasta la cocina a pinches sin contrato indefinido con los intereses políticos, capaces de descubrir los platos sucios de la farsa y de hacer con ellos una obra de teatro. A Toni Cantó la experiencia como diputado de UPyD en el Congreso le ha llenado las alforjas de anécdotas que quedan fuera de plano.

Ha escrito una obra de teatro sobre todo lo que no vemos, ni nos enseñan, en los debates entre candidatos y se estrenará el próximo mayo en los Teatros del Canal. Debate -ese es el título del montaje- es eso, una negociación de dos “fontaneros” de los partidos más grandes del país (PP y PSOE) para que el encuentro entre sus líderes no sea el fin de sus partidos. Así es como se amarra el discurso entre los dos aspirantes a presidir el país.

Se han puesto de acuerdo en cuestiones como acabar con los controles independientes de anticorrupción

“El debate es impensable en nuestro país”, zanja Cantó, nueva referencia de Ciudadanos en la Comunidad valenciana. “Pactan lo que deben hablar y lo que no. De lo que hablo en la obra es de cómo los partidos grandes y viejos se lo han repartido todo y se han puesto de acuerdo en cuestiones como acabar con los controles independientes de anticorrupción, politizar la justicia o hacer que la Ley de transparencia sea inútil”, explica a este periódico el actor, que dirigirá por segunda vez y que teme lluvia de palos.

Toni Cantó junto a sus actores.

Ha hablado con técnicos y realizadores, ha tomado apuntes de su experiencia política y lo ha contado todo. “No ha habido autocensura, tampoco creo que exista un conflicto de intereses”. Es un político que ventila todo lo que no le gusta de la política en una obra de teatro; es un hombre de teatro que actúa en la política; es un dramaturgo que escribe como si lo hiciera para el programa de su partido.

Teatrillo barato

“Me apetece aprovechar el conocimiento que he adquirido porque simbólicamente un debate es muy interesante: contarlo es contar el navajeo político”, asegura. Habla del déficit democrático, de cómo las organizaciones grandes han hurtado al país de soluciones necesarias, del “teatrillo barato” que han montado para legitimar su presencia. “En lo fundamental siempre han estado de acuerdo. Han negociado cada uno de los temas a debatir, por eso no eran reales. Recuerdo el de Elena Valenciano y Arias Cañete. Es un toque al papel de los partidos y la necesidad de transparencia”, dice Cantó.

Son cosas que yo he podido oler en el Congreso de los diputados

Pepe Ocio y Philip Rogers encarnan a los dos “fontaneros” que amañan el debate y Marta Flich es la periodista que negocia la pieza. Será un montaje más tragicómico que melodramático, más irónico para mostrar como estos dos “pajarracos” no son políticamente correctos fuera de cámara. Por eso son dos personajes muy interesantes, porque son de los que “hablan contigo por teléfono y tan amigos y al colgar te clavan un puñal por la espalda”. Tipos similares a los que se asoman en House of Cards, “una serie de éxito gracias al interés que la ciudadanía ha recuperado por la política”.

Esta obra es un teatro documental, ligado a la realidad, basada en hechos reales: “Son cosas que yo he podido oler en el Congreso de los diputados”. Espera no haber sido demasiado intelectual o demasiado informativo, por eso se centró en lo personal, porque es una relación a tres bandas lo que les mueve. Ni el país ni el interés común.

Recuerda una anécdota esencial de Winston Churchill para entender el desahogo de sus frustraciones en política: un técnico parlamentario señala a la bancada contraria y le dice: “Ahí están nuestros enemigos”. Responde: “Esos son nuestros adversarios, los enemigos los tienes aquí detrás”.

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