La Fundación Arte y Cultura sin Fronteras ha organizado una subasta online de arte para recaudar fondos y ayudar a la población de Beirut, la capital de Líbano, donde el pasado mes de agosto se registró una gran explosión en la que murieron al menos cien personas y provocó daños materiales en un radio de varios kilómetros.

La subasta, que ha arrancado este miércoles 11 de noviembre y se prolongará hasta el próximo 11 de diciembre, está destinada a recaudar dinero para organizaciones benéficas que están brindando apoyo sobre el terreno, como Al Ghina, Beit El Baraka, Lebanon Needs, Nusaned, Medonations, Beit El Diafi. [Aquí puede consultar las obras a la venta]

Un grupo de destacados y premiados artistas internacionales han donado personalmente exquisitas obras de arte en los últimos meses para contribuir en esta causa. Se trata de producciones de gran valor de medios mixtos, fotográficas, escultóricas y basadas en la pintura, de conocidos nombres como Kico Camacho, Francesca Marti, James Nizar, Ghazi Baker, Anamaria Chediak, Maricruz Sainz de Aja, Tomas Baleztena y Paulina Parra.

El galardonado artista británico, Adrian Fisher, recientemente premiado con un MBE por la orden real de Reino Unido, ha donado una dramática serie de obras a la subasta. Son pinturas geométricas en tonos azules que presentan una explosión abstracta, ruedas concéntricas de movimiento y acción en espiral en un estallido de movimiento.

Estas pinturas, disponibles para su compra en la subasta, fueron impresas en seda pura de morera y transformadas en un hermoso pañuelo de colección, para ser usado alrededor del cuello, atado a una bolsa, incluso enmarcado. Los pañuelos son ligeros y se producen en una edición limitada: sólo se crearán 120 piezas. La bufanda viene en una caja de regalo que también incluirá una impresión fotográfica de la pintura original que Adrian creó exclusivamente para la subasta de arte ACWB. Un artículo para coleccionistas.

El martes 4 de agosto, Beirut, la capital del Líbano quedó devastada por explosiones masivas en el puerto de la ciudad. Al menos 100 personas murieron y miles de resultaron heridas. La onda expansiva causó daños en las calles en un radio de varios kilómetros. Antes de esta tragedia, el Líbano ya estaba se encontraba en una delicada situación por culpa de la corrupción política, disturbios sociales y una economía en crisis.

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