El futbolista ya tiene aeropuerto, y ha llegado con sorpresa. El jugador del Real Madrid ha inaugurado las instalaciones que conectan Funchal (Madeira) con el resto del mundo, pero no ha sido el protagonista. Allí estaba, junto al deportista, el presidente de la República de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, el primer ministro, Antonio Costa, y el presidente del Gobierno regional de Madeira, Miguel Alburquerque. Y un busto del propio Ronaldo, que se ha convertido en el centro de todas las risas, y que guarda estrechas similitudes con su figura del Museo de Cera de Madrid.

Ronaldo ha dicho que está “feliz y honrado” por el homenaje que le ha rendido su tierra natal, aunque reconoce las críticas que ha recibido el renombre del aeropuerto. En la foto que pasará a la historia se ve al presidente de la República y al primer ministro descubriendo la bandera, de la que emergió el bronce del astro… Ojos diminutos, frente gigante y cuello de piloto de Fórmula 1, además de un gesto que hace de la pieza un chiste del propio busto. El escultor ha fracasado incluso en el flequillo, cosa inevitable si hablamos del peinado de Ronaldo. Y la pregunta inevitable: ¿de qué se ríe?

El futbolista no tiene suerte con sus reproducciones, como prueba la estatua del Museo de Cera, al que ni su peluquero ha logrado sacarle un parecido razonable. Sin embargo, el atractivo de Ronaldo es tal que su atractivo turístico puede convertirse en un atractivo reclamo. Hay otros ejemplos de fracasos artísticos que han terminado reventando la caja de los beneficios: el Ecce Homo de Borja rescató la economía del pequeño Ayuntamiento aragonés.

Las autoridades, Cristiano Ronaldo y su escultura. Efe

El futbolista ha explicado, junto al busto-chiste, que es consciente de la responsabilidad que acarrea que un aeropuerto lleve su nombre y tratará de “seguir dignificando a Portugal y especialmente a Madeira”. Mientras el Ronaldo real hablaba de dignidad y deberes, la cabeza de bronce del falso Ronaldo mantenía su sonrisa sarcástica, como si no creyera nada de lo que allí estaba pasando.

Cristiano junto a Cristiano de cera, en Madrid. Efe

El escultor del busto, Emanuel Santos, ha dicho sobre su creación que todo surgió por iniciativa propia. Más similitudes con la creación de la vecina de Borja, Cecilia. Una vez tuvo la escultura hecha, la presentó a la dirección del aeropuerto. Y la dirección dijo que sí. "He tardado 15 días en hacerlo", ha reconocido el artista, que no ha tenido la oportunidad de hablar todavía con él.