¿Quién es Banksy? Esta pregunta resuena desde el primer grafiti que dio a conocer al artista. La última posibilidad de desvelar su identidad ha sido que fuese el cantante de Massive Attack, Robert del Naja. Al rumor el vocalista respondió: “¡Banksy somos todos!”.

Sin embargo, no todos podemos ser Banksy, teniendo en cuenta que las mujeres en el grafiti son minoritarias. Desde que en los noventa en las calles de Bristol comenzasen a aparecer grafitis del icono del arte urbano la sociedad ha asumido que se trataba de un hombre y los medios de comunicación así lo han acreditado usando el género masculino al hablar de él y no de ella.

¿Podría ser Banksy una mujer? Cincuenta años después de su nacimiento, el grafiti ya forma parte del establishment y paulatinamente se ha introducido en los circuitos del arte. Pero en este avance hay un elemento que estos artistas se han dejado atrás: el mundo del grafiti es poco igualitario. Apenas hay mujeres que se dediquen a ello y cuando las hay forman parte de un entorno que no parece acogerles de buen grado.

Por un trozo de pared

Verónica es grafitera desde que tenía 16 años. Hoy sigue pintando y firma con el apodo: la tonta del bote. Empezó a salir con una amiga y la mochila cargada de botes. “Al ir dos chicas todo se hacía un poco más fácil”, cuenta Verónica. Dedicarse a este mundo no le ha resultado sencillo: “Yo me siento muy limitada. Cuando me apetece pintar no me puedo ir sola a un descampado de noche como mis amigos lo hacen, me siento muy expuesta, muy desprotegida, me da miedo ir”, afirma.

Banksy pintó en un colegio de Bristol, su ciudad natal, como regalo a los niños. Banksy.co.uk/

La pared cuesta. “Seas o no seas chica, hay unas leyes no escritas que tienes que ir asumiendo”. Pero si eres chica “todo se complica”, añade Verónica. “Ser mujer y grafitera es ser una rareza. Pero ser mujer es también un arma de doble filo, yo quiero que me valoren por mi trabajo, no por mi sexo. Sin embargo, cuando pinto en un grupo de 30 personas yo soy la única chica y eso llama la atención. No quiero que se acerquen a ver lo que hago y qué digan: ¡Una tía!”.

Tras casi dos décadas pintando no conoce a muchas mujeres que se dediquen a lo mismo. “Cuando estás en muro la gente de tu alrededor se convierte en tu familia del grafiti porque es algo que de por sí une mucho, pero cuando te encuentras con otra chica te sientes muy unida a ella, no puedes evitarlo. De alguna manera sois cómplices, puedes hablar con ella, decirle que te ha bajado la regla, que te duelen los pies y estás jodida”.

Hombres que pintaban mujeres

Adrián empezó en esto con 18 años, se iba a las afueras de su ciudad, de noche, con un colega que le enseñó lo básico. Hoy se llama Man O Matic y el grafiti es su actividad profesional. “Si yo hubiera sido mujer lo hubiera tenido más difícil”, afirma. Quizá Adrián nunca habría sido Man O Matic, ni “hubiera podido comer de esto”. ¿Por qué? “Cuando te inicias en el grafiti de adolescente la relación de las mujeres es más complicada porque no hay grupos de chicas, se tienen que relacionar con hombres y estas relaciones están llenas de connotaciones sexuales, lo que no pasa entre chicos”.

Las mujeres no suelen irse al extrarradio de las ciudades a pintar. Es raro porque se les dice que es raro, se les introducen una serie de miedos

Adrián y Verónica coinciden en opiniones (aunque no en el lugar ni en el tiempo), él afirma que “las mujeres no suelen irse al extrarradio de las ciudades a pintar. Es raro porque se les dice que es raro, se les introducen una serie de miedos”. Para el grafitero se trata de un problema educacional: “Seguimos viviendo en una sociedad patriarcal y machista. Hay mucha diferencia en los deportes, en la política… y lo mismo pasa con el grafiti. Las mujeres están en desigualdad de condiciones”. En la conversación con Verónica la coletilla que la grafitera repetía constantemente era: “Hay pocas mujeres en todo”.

Adrián cuenta que hay una presencia menor de mujeres pero “no hay diferencia de calidad, de hecho casi que hay más en algunas ocasiones, es más interesante porque encuentras otra visión diferente a lo que ya estamos acostumbrados”.

Mujeres en el arte

En 1971 Linda Nochlin se preguntaba: “¿Por qué no han existido grandes mujeres artistas?”. Hoy la socióloga Vanessa Costa le contesta: “Porque no las han dejado”. El techo de cristal no solamente existe en el arte, en la política o en el deporte, si no que es una cúpula universal.

Costa ha estudiado el desarrollo del grafiti en Barcelona desde hace quince años, en su investigación ha observado que al igual que en el mundo del arte “la discriminación de la mujer artista ocurre de una manera más sutil”. “Fíjate en el Metropolitan Museum de Nueva York a comienzos del siglo menos del 5% de los artistas eran mujeres, pero más del 85% de los desnudos eran femeninos”.

Grafiti de Banksy sobre la pobreza infantil. Banksy.co.uk/

“En el grafiti pasa algo parecido, se trata de un arte moderno y revolucionario que lo hacen chavales jóvenes y que en teoría debería ser más igualitario, pero se notan rasos de comportamientos sexistas", cuenta Costa. “No hay muchas mujeres involucradas en el tema, porque no son iguales. Los que tienen éxito son los que se están institucionalizando, los que van a las galerías, salen en los documentales o hacen libros pero en ningún caso son mujeres”.

La socióloga ha observado un comportamiento que le llama la atención en las mujeres grafiteras: “Cuando pintan no lo hacen en defensa de las mujeres, explotan más temas femeninos que feministas. El mayor ejemplo de esto es Miss Van que es de las que más éxito han tenido y justo ella estereotipa a la mujer en cuanto a su belleza, no presenta a una mujer que lucha”.

¿Es machista el grafiti?

Noaz, una de las grandes referencias del arte urbano en España, responde a la cuestión de si es machista el grafiti: “No, no es machista porque no impide a una persona pintar. El grafiti es fascista, porque tiene unas normas muy estructuradas, algo que presume de ser libre no lo es. Tiene reglas sobre que no puedes pintar en tal sitio, que si no llevas tantos años no puedes hacer tal… yo he visto a gente pelearse porque le han pintado su muro”.

"El grafiti no es machista, es fascista", apunta Noaz

El arista afirma que el grafiti “no está relacionado con las bellas artes ni con el diseño gráfico, es pintar muy tarde y hacer cosas muy arriesgadas. Las mujeres no tienen la posibilidad de hacer esas cosas, no les dejan hacer lo mismo que a un chico, en este sentido ellos tienen más posibilidades”. Pero también porque “las chicas se comportan más tranquilas, yo tengo tres hijas y veo que no juegan en los columpios a romperse las piernas como hacen los niños, son más listas y menos torpes”.

A la pregunta de si Banksy podría ser una mujer Noaz responde vehementemente que "el número de mujeres que pueden cumplir su papel son muy pocas, el porcentaje es bajísimo". Habrá que esperar a que se descubra y sorprenda a todo el mundo. 

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