Barcelona

Carmen Mola, el fenómeno superventas de la novela negra, de los crímenes macabros y las escenas gore, ya tiene rostro. No es una mujer, una profesora universitaria, sino un trío de hombres, guionistas y escritores, que ha mantenido el secreto de su personaje ficticio durante varios años, regateando la vanidad del éxito y de los miles de ejemplares vendidos. Pero el botín más gordo que conceden las letras españolas, los 600.001 euros del Premio Planeta que en esta setenta edición se han casi doblado hasta el millón redondo, ha terminado por derribar el artificio. Un buen precio para quitarse la máscara.

Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Mercero son "tres escritores, tres guionistas, tres amigos", en sus propias palabras, que hace cuatro años, mientras trabajaban en la trama de una serie de televisión, se fueron de cañas y dijeron que por qué no probar a armar una novela como si fuese un guion. De ahí surgió La novia gitana (2018), la primera entrega de la trilogía de la inspectora Elena Blanco que han completado La Red Púrpura (2019) y La Nena (2020), editadas todas por Alfaguara. Ha sido un pelotazo noir que ahora en la competencia, con la misma firma, promete un escenario diferente pero igual de siniestro.

"Tenemos formación de guionistas, la tradición de trabajar en equipo, de intercambiar ideas a la hora de desarrollar una historia. Es muy chulo ver cómo una trama crece con lo que aporta cada uno", ha explicado Martínez sobre la forma de trabajar de los tres en la rueda de prensa posterior a la entrega del galardón, cuya ceremonia ha tenido lugar en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. Quizás embriagados por la situación, han sido parcos en sus explicaciones sobre la metodología. "No debemos contarlo porque si no lo hará todo el mundo", ha bromeado el más joven del trío.

Los cuatro premiados, durante la rueda de prensa. Kike Rincón Efe

Han mostrado menos reparos a la hora de explicar el origen del pseudónimo, aunque sin entrar en detalles espinosos como por qué tres hombres se camuflan bajo una autoría femenina falsa, cuando la historia de la literatura está plagada de ejemplos inversos por razones de censura y machismo. "No queríamos firmar como tres porque nos parecía que no quedaba bien. Buscamos un nombre que se pronunciara igual en todos los idiomas. Salió Carmen y el Mola no voy a decir que fuera un chiste, pero se acerca bastante. El nombre de Carmen, pues Mola", ha desvelado Jorge Díaz, que emerge como el rostro visible del trío.

"Después de esta salida pública esperemos crecer mucho más. No tenemos temor ninguno a que revelar nuestra identidad pueda influir negativamente", ha añadido el veterano sobre el futuro de la marca literaria de la Elena Ferrante española. "Nosotros somos importantes, pero Carmen Mola ha funcionado por las novelas", ha precisado Agustín Martínez.

El dilema de presentarse al Premio Planeta estaba entre el dinero y mantener el interrogante del pseudónimo. "Llevábamos cuatro años mintiendo a todo el mundo, en algún momento teníamos que decirlo. Estoy seguro de que he perdido amigos porque he escrito más que nunca en este tiempo, pero todo el mundo pensaba que no escribía. La posibilidad del Planeta era salir por todo lo alto, con un gran aparato eléctrico, si no ganábamos, pues no decíamos quiénes somos", ha detallado Díaz. Antonio Mercero, por su parte, ha confesado que "el anonimato tenía algo de abrasador" y que este galardón, en cierta medida, les libera.

Guionistas novelistas

A pesar de no ser nombres que pertenezcan a la primera línea de la industria literaria, los tres guionistas —de series como Hospital Central, Acacias 38, Crematorio o Farmacia de guardia— tienen publicadas varias novelas por su cuenta. Jorge Díaz (Alicante, 1962), ha escrito Los números del elefante (Planeta, 2009), una historia impregnada de melancolía sobre la emigración española de los años cincuenta, La justicia de los errantes (Plaza&Janés, 2013), policiaca sobre el viaje latinoamericano de los anarquistas españoles Francisco Ascaso y Buenaventura Durruti en los años veinte; Cartas a palacio (2014), y Tengo en mí todos los sueños del mundo (2016), ambientadas en la Gran Guerra. 

Antonio Mercero Santos (Madrid, 1969), que además es periodista, ha publicado varias novelas negras como El final del hombre y El caso de las japonesas muertas (ambas en Alfaguara), protagonizadas por el policía Carlos Luna, que pasará a llamarse Sofía Luna tras su operación de cambio de sexo. Los derechos de ambas han sido compradas para adaptarse a televisión —Mercero, hijo del cineasta homónimo, también está trabajando para llevar a la pequeña pantalla La novia gitana—. Este año ha publicado Pleamar (Alfaguara), otro adictivo thriller con el que inició una nueva serie policiaca.

Los Reyes entregan el Premio Planeta a los escritores Jorge Díaz, Antonio Mercero y Agustín Martínez. Kike Rincón Europa Press

El que menos se ha sumergido en solitario en el universo literario de los tres es Agustín Martínez (Lorca, 1975), autor de Monteperdido, en la que se inspira la serie La caza, de TVE, y La mala hierba (ambas en Plaza&Janés), que también pertenecen al género de la novela negra de tintes cinematográficos. 

La Bestia, la obra con la que han ganado el Premio Planeta a Paloma Sánchez-Garnica, la otra finalista, es una novela que tiene como protagonista al Madrid de 1834, una ciudad "sucia, con barro, sin aceras", asolada por una epidemia de cólera y una guerra carlista. "Es un libro lleno de asesinatos, de crímenes, de terror. Queríamos dar un salto y no hacer solo una novela policiaca, sino también histórica", ha desvelado Jorge Díaz.

El hilo argumental sigue a Lucía, una adolescente huérfana de 15 años que busca a su hermana pequeña, secuestrada por un asesino de niñas. "Es una historia de superación, con un aire dickensiano con toda la modestia", ha asegurado Antonio Mercero por el contexto temporal y social del argumento, que también tiene una lectura presentista: "La novela termina siendo una especie de espejo deformado de nuestra realidad. Las resonancias entre 1834 y lo que hemos vivido son sorprendentes y nos enseñan que puede haber una esperanza para resurgir de los desastres", ha concluido Agustín Martínez.

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