Juro que, la nueva canción de Rosalía, es un regreso de la artista catalana a un flamenco mucho más limpio, con palmas marcando el ritmo y un canto más profundo: al estilo de Los Chichos, le dedica la coplilla a un amor preso -pero desde el lado contrario, desde la mujer que espera a que el chaval cumpla condena-. “Han llevao’ a mi niño preso por más de cuatrocientos días; le tenía abrazao’ en la cama cuando llegó la Policía”, entona, sola en una habitación amplia de estética almodovariana -diáfana, setentera, de colorines, como en Todo sobre mi madre-.

“Ni un beso pude darle de despedida; y eso me arde. Juro que, juro que, juro que, el tiempo que tú estés dentro yo te esperaré”, lanza, con lágrimas en los ojos, dirigiéndose a su amor entre rejas -que aquí resulta ser Omar Ayuso, el actor de Élite-. “¡Viva Triana!”, se escucha de fondo. “Y en una carta le digo que el primer día de permiso tú lo vas a pasar conmigo. Bolso Gucci, diamante y marfil: que yo lo empeño todo, que todo te lo empeño para poderte sacar de ahí (…) Que si no sales tú, entro yo, atraco un banco esta noche, que me lleven pa’ prisión”.

Él la mira con devoción desde un cristal, volviéndose loco, con el teléfono en la mano. Tatuajes, heridas, sellos enormes en los dedos, estética del preso cool. Fuma y la vuelve a mirar mientras ella le dibuja corazones en el vaho.