La Universidad del Sur de California ha realizado un estudio en el que ha analizado las 100 mejores películas de cada año desde 2007, y en él se ha topado con que el año pasado únicamente 31’8% de los personajes principales eran mujeres, casi la misma proporción que se ha ido viendo en los últimos 11 años.

En el análisis se puede observar cómo la industria no ha hecho “ningún progreso” ni cambio respecto a la importancia de la figura femenina en la pantalla durante esta última década, cómo se mantiene la exclusión de las mujeres de color para los papeles protagonista, y demostrándose una vez más que los hombres ocupan más del doble de roles que las mujeres en las películas del año pasado, según apunta la investigación.

En 2017 sólo cuatro mujeres de color fueron protagonistas frente al 70’7% de personajes blancos que fueron seleccionados como protagónicos. "Hay una cacofonía de voces que claman por el cambio, pero Hollywood no ha cambiado sus prácticas de contratación", declara Stacy L Smith, responsable del informe para The Guardian. "Estamos viendo tendencias muy estables y muy poco movimiento en la narración de historias".

Reivindicaciones al poder

Este informe ha sido publicado tras un año de convulsiones y movimientos feministas en la industria. Time’s Up y#MeToo llegaron tocando fuerte a la puerta destapando el maltrato a mujeres que se escondía en Hollywood y la mayoría callaba -por vergüenza y un poco de obligación-. También el movimiento de #OscarsSoWhite que buscaba reivindicar el dominio de los blancos heterosexuales delante y detrás de la pantalla desestabilizó un poco el suelo de la industria, pero la USC ha demostrado que los productores no han cambiado su pensamiento ni respuesta.

Frances McDormand dio un discurso en la gala de los Oscar de este año en el que invitó a que todos, como compañeros, agregaran en las clausulas de sus contratos la necesidad de que dentro del elenco y del equipo de sus películas existiera un cierto nivel de diversidad: "Inclusion rider". Y se cumpliera.

En dicho estudio también hubo cabida un apartado que se reservó para analizar la continua exclusión de mujeres, personas de color, actores LGTB y mujeres y hombres con discapacidades. Examinando un total de 48. 757 personas en 1.000 largometrajes de 2017, el resultado que se vertió fue: únicamente el 30’6% de mujeres eran las protagonistas de los filmes y el 13% de las mejores películas habían tenido modelos de sexo equilibrado.

Tocando el tema de las razas, de las 100 mejores películas, 43 no tenían personajes femeninos, 65 no había presencia de mujeres asiáticas y en 64 eran inexistentes los personajes latinos. El porcentaje de personajes blancos sí que ha decaído levemente desde 2007, pero las personas de color aún están bastante por debajo, sólo el 4’8% de personajes son asiáticos, el 6,2% son hispanos y el 12’1% son de color.

Con respecto a la edad, únicamente cinco tenían más de 45 años o más y habían logrado conseguir un papel protagónico, en el último año. Smith mandó estudiar también la sexualidad de más de 4.400 personajes de las películas del 2017, encontrando que solo el 31 (0’7%) eran lesbianas, homosexuales o bisexuales. Siendo roles predominantemente blancos y masculinos.

En la variedad está el gusto

De las 400 películas más importantes que se han presentado entre los años 2014 a 2017, únicamente un personaje transgénero se ha colado en la cartelera. La comedia en la que Reese Witherspoon fue la protagonista en 2015, Hot Pursuit interpretó un minúsculo personajes de prostituta trans, el cual fue carne de polémica y criticado por ser un estereotipo ofensivo. Ningún personaje transexual apareció en las pantallas del cine el año pasado.

El estudio también ha revelado que el 2’5% de entre todos los personajes de las 100 mejores películas del año pasado tenía una discapacidad. Y que los personajes femeninos tenían más del doble de probabilidades que los personajes masculinos de mostrarse en ropa interior, siguiendo la línea de los años pasados.

Como se ha revelado en estudios anteriores, este sólo ha corroborado que la falta de inclusión en la industria se debe a la exclusión que también se presenta detrás de las cámaras. Entre los 1.223 directores que han estudiado en los últimos 11 años, exclusivamente 4,3% eran mujeres, 5,2% era de color y el 31% era asiáticos. Sólo cuatro de esos directores eran mujeres de color, tres eran mujeres asiáticas y solamente una era latina.

Los datos que ha recabado la directora de la investigación no son muy alentadores, pero ella mantiene la esperanza: “Realmente creo que el cambio está en el horizonte ... Este ha sido un momento explosivo de interrupción”, declara. Añadiendo que el mundo de la televisión ha hecho un mejor trabajo referido al tema de la diversidad: “El cine realmente se está quedando atrás en muchos aspectos. Creo que es un cálculo que estos ejecutivos deben tener ", concluye Stacy L Smith para The Guardian.