El cómico Louis C. K. ha confesado que las cinco mujeres que le han acusado ante el New York Times, apelando a su "mala conducta sexual", han dicho la verdad: "Esas historias son verdaderas. En ese momento, me dije a mí mismo que lo que hice estuvo bien, porque nunca le mostré a una mujer mi pene sin preguntar primero, y eso es cierto, pero lo que aprendí más tarde en la vida, demasiado tarde, es que cuando tienes poder sobre otra persona, pedirle que mire tu pene no es preguntárselo. Es una situación difícil para ellas. El poder que tenía sobre esas mujeres es que me admiraban, y yo ejercía ese poder de manera irresponsable", ha sostenido. 

"Estoy arrepentido de mis acciones y he tratado de aprender de ellas. También he huido de ellas. Ahora soy consciente, realmente, del impacto que tenían. Ayer aprendí en qué medida hice a estas mujeres que me admiraban sentirse mal consigo mismas y cómo las convertí en personas temerosas, cautelosas para que otros hombres no las pusieran en la misma situación". Y sigue: "También me aproveché del hecho de que fui muy admirado en la comunidad, y eso les impidió compartir su historia y les trajo dificultades cuando lo intentaron, porque las personas que me admiran lo querían saberlo". 

El cómico asegura que "no me perdono a mí mismo" y que tiene que reconciliarse con quién es, lo cual "no es nada en comparación con las tareas que les dejé". "Ojalá hubiese reaccionado a su admiración por mí siendo un buen ejemplo para ellas como hombre y dándoles orientación como humorista, porque también admiraba su trabajo (...) Con esto le he traído dolor a mi familia, mis amigos, mis hijos y su madre. He pasado mi larga y afortunada carrera hablando y diciendo todo lo que quiero. Ahora daré un paso atrás y tomaré mucho tiempo para escuchar".