Los creadores de una de las series españolas más innovadoras y con mejor guión pensaron quizás que no sería verosímil que un Ministerio patrio, por muy fantástico que sea, estuviera al margen de casos de corrupción. Puede que ese sea el motivo por el que han colado una alusión a vuelapluma a Luis Bárcenas en el décimo capítulo de la última temporada que se emitió el lunes por la noche. Los tuiteros, siempre atentos, la cazaron al vuelo.

El capítulo ya puede verse online, por lo que no hay excusa para perderse la escena, que empieza sobre la marca del minuto 0.30. Sin ánimo de destripar el argumento, los efectivos del Ministerio están buscando a un asesino en serie capaz de viajar en el tiempo como ellos.

Descubren entonces que se ha hecho rico con apuestas y loterías aprovechando su conocimiento de antemano de los resultados. "Cómo en Regreso al futuro", comenta el personaje de Cayetana Guillén Cuervo, una alusión que no pillan los personajes que provienen de un pasado en el que no se había estrenado la película de Robert Zemeckis. 

Es entonces cuando el jefe del Ministerio alude a que tuvieron un problema similar con un tesorero. "Nos extrañaba que viajase tanto a Suiza..." comenta, antes de dejar en el aire la frase con la mirada perdida y cambiar de tema.

La alusión a Bárcenas es palmaria: después de que en verano de 2013 El Mundo revelase las cuentas en Suiza del por aquél entonces tesorero del PP, el argumento de su defensa fue el de sostener que viajaba frecuentemente para practicar sus dos pasiones, el esquí y el montañismo.

¿Tuvo el Ministerio del Tiempo su propio tesorero corrupto? ¿No se trataría, en esta realidad alternativa, del propio Bárcenas que, en lugar de en prisión, estaría ahora fugado por los recovecos de las puertas del tiempo? Las posibilidades para los fans de la serie son infinitas.

La paradoja temporal

De nuevo sin incidir en el argumento, otro elemento muy comentado ha sido la paradoja temporal que cierra el capítulo y que ha resultado difícil de asimilar para los espectadores.

El propio guionista Javier Olivares ha ofrecido esta explicación a través de Twitter, que puede equivaler a un curso rápido de física cuántica.

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