Hace 20 años comenzó todo. En una casa en medio de Soto del Real y con un equipo de cámaras y reporteros nunca visto hasta entonces, daba comienzo el programa Gran Hermano. Un nuevo formato televisivo que tenía buena parte de experimento sociológico y que cambió para siempre la historia de la televisión española y la vida de las diez personas anónimas elegidas para participar. 

Dos decádas después Ania Iglesias (49 años), la vallisoletana finalista de la primera edición del reality, recuerda en una carta cómo fue su paso por el programa y cuánto ha cambiado desde entonces. 

El elenco de participantes que participaron en 'Gran Hermano 1'. Gtres

Buscaba la gloria, pero nunca creí que iba formar parte de una pagina para la historia de nuestro país.

20 años. Un folio en blanco delante de mis ojos, podría escribir tantas cosas que no se han dicho, tantas cosas que nunca se dirán, tantas cosas que ya se han contado de mil formas, pero a las que le falta la emoción de los que lo vivieron.

Llegamos para quedarnos. Hace 20 años, me sentí una elegida, tocada por un dedo divino, en forma de canal y productora, que decidió que yo entrase a formar parte de lo que se convertiría en el cambio de hacer, de ver y de sentir televisión.

La primera oportunidad donde unos chic@s anónimos, o algo conocidos en su barrio, se convertirían en 90 días con sus 90 noches en estrellas del Rock and Roll.

Ania Iglesias fue una de las finalistas de esa primera edición de 'GH'.

Nos hicieron, nos hicisteis, sentir que valíamos la pena. Nuestras tonterías, bromas, ingenio, desparpajo, inocencia... el amor vivido dentro de esas paredes os conquistó poderosamente.

Pero ni salvando las distancias, y dado que parece que nosotros tenemos experiencia en 'confinamientos', nada tiene que ver con lo que estamos viviendo hoy.

Y por buscar las muchas diferencias, la más importante era la voluntad. Destacaría también el modesto y honroso dinero que nos pagaban, a mayores del sustento que no teníamos que ir a comprar. Nombrar aquel pequeño jardín con vistas al monte, allí no había riesgo de virus, tan solo en alguna ocasión tuvo que venir algún médico, el cual estaba deseando vernos en 3D.

Cómo no mencionar que éramos libres de salir cuando quisiéramos, que nadie, absolutamente nadie, nos dijo jamás lo que podíamos o no podíamos hacer, simplemente nos dieron las llaves de una casa para 'okuparla' a gastos pagados, sin normas, siendo libres, quizá mas libres que nunca, ya que no teníamos que pensar en cómo salir adelante mientras estuviéramos bajo el abrigo de "aquella casa televisada".

Que millones de personas se sentaban delante del televisor con ilusión y alegría para esa esperada aparición de Mercedes Milá (69) y Fernando Acaso, para contar las aventuras y desventuras de aquellos 'atrevidos', que no valientes. Dejemos la valentía para los otros.

Ahora esperamos con miedo e incertidumbre, las apariciones del presidente Pedro Sánchez (48), donde nos anunciará cifras, fechas de salida, el cómo será nuestro mañana, ante una realidad que nadie conoce.

Vivimos con ansiedad cuándo recibiremos una desafortunada llamada anunciando el peor de los desenlaces de un ser querido.

Ania Iglesias recuerda con gran cariño su paso por 'GH'.

Ahora vivimos deseando ser todos nominados a 'salir' y, en aquel entonces, salir era la penalización que pagábamos por hacer algo que al publico no le gustaba.

Y si miro desde mis ojos, yo era el ejemplo de una joven buscando una oportunidad televisiva, para dar un giro a mi vida profesional. De las muchas oportunidades que me ofrecieron, elegí está porque, sin duda, aunque no podía presagiar el futuro, era la más honesta y bonita.

Aún recuerdo cómo me temblaban las piernas, y eso que yo aparento control. Recuerdo a mi padre que, sonriente, se lo pasó mejor que yo. Hijo de la más dura posguerra y, aunque ya no le tengo conmigo, me alegro de haberle dado aquella oportunidad acompañándome en el plató.

20 años después tengo grabada su mirada cuando me dejaba en la puerta de aquella casa, como ese padre que acompaña a su hija al altar para casarla, con la sensación de perder a su niña. Y es que estos 20 años, en contra de lo que dice la canción, sí han sido mucho.

En algunos momentos de bajón de mi vida, algún amigo me sacudía con la realidad, diciéndome: "Piensa que tú has vivido dos vidas, has vivido cosas que muchas personas ni llegando a centenarios jamás tendrán la oportunidad de vivir".

No soy Madonna (61), no soy una estrella del cine, parafraseando a Julia Roberts (52) en 'Nothing Hill': "Solo soy una chica normal que quiere que la quieran".

En mi caso busqué perseguir la gloria, pero nunca creí que iba formar parte de la memoria, escribiendo una página para la historia.

GRACIAS. 

[Más información: 'Gran Hermano' cumple 20 años: hablamos con Ismael Beiro, Ania Iglesias e Iván Armesto]

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