Juan Carlos I junto a su mujer, su hijo Felipe VI, Letizia y sus nietas Leonor y Sofía, en Palma, en 2018.

Juan Carlos I junto a su mujer, su hijo Felipe VI, Letizia y sus nietas Leonor y Sofía, en Palma, en 2018. Gtres

Famosos 'RECONCILIACIÓN'

Juan Carlos, sobre sus nietas Leonor y Sofía: "Me hubiera encantado poder entablar una relación personal con ellas"

Este miércoles, día 3, ha llegado a España el libro autobiográfico del Emérito, 'Reconciliación'. En la obra, el padre de Felipe VI se sincera sobre su familia.

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Este miércoles, 3 de diciembre de 2025, han llegado a las librerías españolas las memorias del emérito Juan Carlos (87 años), Reconciliación. Una obra autobiográfica, publicada con anterioridad en Francia el pasado 5 de noviembre, que ha generado todo un revuelo mediático.

Más allá del plano institucional que atañe al que fue Jefe de Estado durante 39 años, este libro, escrito por Laurence Debray, hace un retrato de Juan Carlos como marido, padre y abuelo. Sostiene el Emérito que extraña su país, desde que se instaló en Abu Dabi en el verano de 2020.

No es ningún secreto que el padre de Felipe VI (57) sueña con retornar a su casa, a su patria. El marido de la reina Sofía (87) da prioridad en su obra a la familia, a la que, por otro lado, dedica estas memorias. Amén de a sus hijos, Juan Carlos admite echar de menos a sus nietos.

Juan Carlos I y Sofía junto a la heredera al trono, Leonor, en 2018.

Juan Carlos I y Sofía junto a la heredera al trono, Leonor, en 2018. Gtres

En concreto, teniendo en cuenta que el resto de sus nietos han viajado a Emiratos Árabes Unidos en distintas ocasiones en estos cinco años, y que Felipe Juan Froilán (27) reside en el Golfo Pérsico, Juan Carlos hace referencia a la heredera al trono, Leonor (20), y a la infanta Sofía (19).

En un punto de la obra, el abuelo -que no el Emérito- habla de la Princesa y la Infanta: "Por desgracia, nunca he tenido la oportunidad de pasear solo por Madrid con mis nietas. Mi mujer nunca ha podido recibirlas a solas en Palma, como suele hacer con el resto de sus primos".

"...Sé que Letizia y Felipe educan maravillosamente a sus hijas, pero me entristecía no poder entablar una relación personal con ellas, contadles historias, compartir comidas en restaurantes, hacer viajes, llevarlas a ver algún partido, tal y como he hecho con mis otros nietos".

"Me hubiera encantado entablar una relación especial con ellas. Aunque sigo siendo un lobo solitario, siempre cumplí de corazón con mi papel de cabeza de familia: reunía a mis hijos con su abuela para la comida del domingo, a mis hermanas y sus familias para Navidad", agrega.

"Y me ponía a disposición de mis primos, mis sobrinos y mis ahijados. Siempre les preguntaba: '¿Qué puedo hacer por vosotros?'. Sé que una mano amiga, un apoyo o simplemente una opinión pueden marcar la diferencia, en especial para una persona joven que empieza", reflexiona.

Juan Carlos junto a Felipe VI y sus nietas Leonor y Sofía en 2018.

Juan Carlos junto a Felipe VI y sus nietas Leonor y Sofía en 2018. Gtres

"Nada me hace más feliz que ser útil. En mi papel de Rey, de hermano, de abuelo, tío o amigo, considero que es mi deber estar al servicio de los demás. Me preocupo por saber cómo están todos, hago llamadas rápidas e improvisadas".

"Contar con una red cálida y dinámica de familiares y amigos hizo menos árida mi vida en la Zarzuela", abunda Juan Carlos I.

En otro renglón, al final de la obra, en el capítulo Mi vida cotidiana en la isla de Nurai, Juan Carlos expone: "Lamento amargamente que mi mujer no haya viajado para verme. Sospecho que no quiere disgustar a su hijo, con el que siempre he tenido una relación muy estrecha".

Froilán y su vida en Abu Dabi

Hoy, pese a la distancia, hay una persona que le alegra los días y se los "ilumina": Froilán. "Hoy tengo la suerte de contar con la presencia del mayor de mis nietos, Felipe, de quien soy padrino. Este apuesto joven de veinticuatro años llegó a Abu Dabi en febrero de 2023".

"El divorcio de sus padres, y cierta falta de autoridad paterna, le llevaron a una vida desenfrenada. Fue a internados americanos para su educación secundaria, de los que regresó perfectamente bilingüe. De vuelta a Madrid, descuidó sus estudios de empresariales en la universidad", relata.

Juan Carlos I junto a su nieto Froilán y Hamad bin Isa Al Khalifa of Bahrain.

Juan Carlos I junto a su nieto Froilán y Hamad bin Isa Al Khalifa of Bahrain. Gtres

"Era la comidilla de la ciudad por su comportamiento poco ejemplar. Iba de fiesta en fiesta, de discoteca en discoteca, metiéndose en peleas y mezclándose con la gente equivocada. Estaba abandonado a su suerte. ¡Qué desastre! Me entristecía mucho", añade.

"Como cualquier abuelo, sufrí al verlo empantanado de esa manera en una etapa de crisis por la que pasan muchos adolescentes. Era un blanco fácil para los amigos de las habladurías. Lo perseguían los paparazzi, que informaban sobre su deriva".

"Mi hijo le citó en palacio para sermonearle. Le propuse entonces que se trasladara a Abu Dabi, donde podría ayudarle a encontrar trabajo y un piso. No aceptó de inmediato. Se tomó un tiempo para reflexionar y pasó las navidades en España antes de atreverse a dar el paso".

Concluye Juan Carlos: "(...) Me conmueve su preocupación. (...) Ahora es él quien se preocupa por mí. Los papeles se invierten. Su compañía me regocija y su amabilidad me conmueve. A pesar de las vicisitudes de la Corona, seguimos siendo una familia".