Isabel Presyler en una fotografía tomada en junio de 2024, en Madrid. Gtres
El día que Isabel Preysler se enamoró en Manila de un "playboy": así llegó a España y forjó la gran leyenda de su vida
Este pasado jueves, día 4, la socialité ha hecho público que narrará su vida en una obra literaria. Pero de ella ya se ha escrito y documentado mucho.
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"En mi autobiografía, Mi verdadera historia, recorro los diferentes capítulos de mi vida, desde mi infancia en Filipinas hasta casi la actualidad, y comparto, por primera vez, algunos de mis recuerdos más íntimos", ha asegurado, este pasado jueves, día 4, Isabel Preysler (72 años).
La reina de corazones ha hecho público, para sorpresa de todos, que ha escrito su autobiografía, sus memorias. Una obra, qué duda cabe, interesante en la que repasará su apasionada y apasionante vida. Lo hará en primera persona. Es la primera biografía autorizada.
Dice Preysler que pretende acabar con los "mitos" que la han acompañado. También procurará poner nitidez a la bruma de misterio que siempre la ha envuelto. Sostienen que hablará de todo y por su orden. No se dejará nada en el tintero ni omitirá ningún pasaje.
A sus 74 años, Isabel Preysler narrará su vida en un libro autobiográfico. Gtres
Y en ese de todo que abordará, EL ESPAÑOL puede confirmar que, por ejemplo, la madre de Tamara Falcó (43) relatará cómo y por qué y de qué forma terminó su historia de amor con el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. Entende Isabel que se han contado cosas inciertas.
Lo de Vargas Llosa, en realidad, es sólo la punta del iceberg. Hay una parcela en la existencia de Preysler que suscita interés: la que tiene que ver con su infancia y adolescencia, esa vida que Isabel niña vivió lejos de las cámaras y de la atención mediática.
Isabel Preysler con su hijo Julio José en brazos. Gtres
Cuando todavía no era famosa y no se había forjado la gran leyenda de su vida. Hablamos de una época, su estancia en su Manila natal, en Filipinas, de la que poco ha hablado Isabel, pero que ha quedado sobradamente documentada en una obra.
Se trata de Isabel Preysler: Reina de corazones, escrita por Paloma Barrientos en 1991 -y reeditada en 2024-, da buena cuenta de aquellos años de niñez, infancia y adolescencia de niña Isabel o Isabelita, como se la apoda en el mencionado libro.
Se cuenta en el libro que Isabel niña era una joven muy espabilada, con don de gentes. Cuando "dejó de ser una niña para convertirse en una atractiva jovencita, cambió la plantación de azúcar -el sustento de la familia- por las residencias veraniegas de sus amigas pudientes".
Cuando pegó ese estirón, le dijo a su padre: "Papi, he cumplido once años y no quiero que me volváis a llamar Chábeli -como se la llamaba en la intimidad, y años más tarde ella misma acuñó a su hija mayor-. Mi nombre es Isabel".
Un gesto significativo que Barrientos ve en su obra como el resultado de un "gran carácter y una fuerte personalidad". Preysler niña comenzó a despuntar e hizo sus pinitos como modelo en aquella Manila de entonces. Todos los chicos la miraban con arrobo.
Ya empezaba a levantar pasiones. "Los cachorros de la jet filipina suspiraban por su compañía, y aquel que tenía la inmensa suerte de ser elegido por niña Isabel no reparaba en gastos a la hora de satisfacer todos los caprichos de la bella porcelana", se narra en la obra.
Isabel Preysler y Miguel Boyer, en una imagen captada en 2011. Gtres
"Los flirts de Isabelita se sucedían. (...) Tanto cambio de pareja dejaba a mamá Betty -la madre de Isabel- estupefacta, aunque en el fondo estaba encantada del éxito social de su criatura". En aquellos días de despertar, mamá Betty se puso ojo avizor con su hija.
"Viendo que en esta vida todo tiene un límite, mamá Betty obligó a intervenir al cabeza de familia cuando nuestra estrella inició relaciones con un joven playboy de fatal reputación: Juni Kalaw", escribe e informa Paloma en su obra.
Añade la escritora: este playboy fue "el causante de que Isabelita tuviera que emigrar a España, a casa de los tránsfugas tía Tessy y tío Miguel Pérez Rubio. (Juni Kalaw) se quedó prendado de Isabel cuando ésta desfiló en un pase de modelos benéfico".
Tal y como se cuenta en Isabel Preysler: Reina de corazones, fue la irrupción de este hombre de "fatal reputación" en la vida de Isabel Preysler la única razón para que sus padres, se entiende que alarmados, mandaran a su hija lejos de Filipinas. Isabel tenía 18 años.
En un claro afán por que su hija se olvidara de aquel hombre que, a ojos de sus padres, sólo podía traerle problemas a su hija. Cuando los padres le comunicaron que se iría a España, Isabel lloró "amargamente". "Juni, me moriré de pena en España", le dijo Isabel a su amor.
"Mi vida, te telefonearé todos los días", le prometió él. Pero esas promesas sabido es que se desinflan con el paso del tiempo y de los años. Ese fervor que parecía genuino pronto encuentra recambio.
El playboy quedó en el pasado, e Isabel "descubrió en Madrid una vida llena de emociones nuevas". Lo que vino después forma parte de la historia de la crónica social española. Isabel pronto se olvidó de aquel primer amor.
Su ascensión social llegó pronto. Conoció a Julio Iglesias (81); también el plano nobiliario, con el marqués de Griñón; y se relacionó en las altas esferas políticas con Miguel Boyer, el ministro de Economía. En su última etapa, también probó suerte en el amor con Mario Vargas Llosa.