El cantante Jaime Anglada y el rey Felipe VI son amigos desde hace más de dos décadas. GTRES
Cómo se conocieron Jaime Anglada y el rey Felipe VI: el origen de una discreta amistad que empezó hace 25 años
El cantante y compositor, que acaba de sufrir un accidente de tráfico, y el Jefe de Estado comparten dos pasiones en común: la música y el deporte de vela.
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El accidente de Jaime Anglada (52 años) ha dejado al país en shock. En la madrugada de este viernes, 8 de agosto, el cantante ha resultado herido de gravedad en un accidente de tráfico en Mallorca. La moto que conducía ha sido arrollada por un coche que ha huido del lugar del siniestro.
En estos momentos se encuentra ingresado en la UCI en el Hospital Universitario Son Espases. Permanece en estado grave, pero su vida no corre peligro.
Aunque su música siempre ha estado al margen del público de masas, Anglada es popular en nuestro país por su relación con numerosos rostros conocidos. Uno de ellos es el rey Felipe VI (57), del que es amigo íntimo y quien siente un gran afecto hacia él.
El rey Felipe VI durante el concierto de Jaime Anglada en Mallorca en julio de 2025. Gtres
Prueba de los lazos que unen al Jefe de Estado y al artista es que, hace apenas una semana, el Rey no se perdió el concierto que ofreció en el Real Club Náutico de Palma. Un recital que se celebró en el marco de actividades de la 43ª Copa del Rey Mapfre y en el que el monarca bailó de lo más animado al compás de sus melodías. Es algo que lleva haciendo décadas, casi desde que se conocieron.
Amantes de la vela
En un ambiente distendido y relajado, el Rey se mezcló con el público. Bailó, aplaudió e incluso tarareó algunas canciones. Y es que conoce bien los temas de Jaime Anglada, a cuyos espectáculos en directo ha acudido siempre que sus compromisos se lo permiten.
Poco se conocía sobre su amistad hasta la fecha, pero lo cierto es que la amistad entre Jaime Anglada y el rey Felipe VI nació hace ya más de dos décadas, en el escenario más veraniego posible: la Copa del Rey de Vela en Mallorca. Entre regatas, brisa marina y charlas en cubierta, compartieron equipo, velero y, sobre todo, una pasión común por el mar.
Lo que empezó como camaradería deportiva y una pasión en común por el deporte marítimo pronto se transformó en una relación personal, marcada por la complicidad y el trato cercano.
En la actualidad, esa conexión se ha convertido en tradición estival. Cada verano, sus respectivas familias coinciden en la isla. En más de una ocasión se ha podido ver al Rey disfrutando de los conciertos de Anglada, mezclado entre el público, sin flashes ni protocolo.
Amigo del Rey
Y es que llevan navegando juntos desde el año 2000. Apenas hay fotografías de ellos juntos, pero se han visto. Y cada uno de sus reencuentros ha sido jovial y entrañable.
Jaime Anglada saluda a la Familia Real en la recepción ofrecida en el palacio de Marivent, el pasado 4 de agosto. GTRES
La última vez que se vieron las caras fue el pasado 4 de agosto, en la recepción ofrecida por los Reyes en el palacio de Marivent. Allí, Jaime Anglada pudo charlar con los soberanos, así como con sus hijas, la princesa Leonor (19) y la infanta Sofía (18).
Siempre discreto, saludó a Felipe VI con un fuerte apretón de manos. Y entre sonrisas cómplices. La Reina, siempre tan expresiva, no ocultó el gesto de felicidad al recibirlo en la residencia de verano de la Familia Real.
En alta mar o sobre el escenario, la sintonía entre el rey Felipe VI y Jaime Anglada se mantiene intacta. Su vínculo que, lejos de enfriarse, se ha ido reforzando cada año, entre regatas, cenas informales y conversaciones que no necesitan testigos.
Los reyes Felipe y Letizia, en un concierto de Jaime Anglada en Palma de Mallorca en el año 2004. GTRES
Nacido en Palma de Mallorca el 13 de septiembre de 1972, Jaime Anglada es una de las figuras más representativas de la música de autor en las islas Baleares. Cantautor, compositor, actor y presentador, ha construido una carrera sólida, alejada de las multitudes y muy conectada con la identidad del archipiélago.
Músico desde la infancia
Comenzó sus primeros pinitos en la música con tan solo ocho años, cuando empezó a tocar el saxofón. Su especialidad es la guitarra, instrumento con el que escribió su primera canción a los 13 años.
A lo largo de su carrera ha compaginado diferentes trabajos con su vocación musical. Desde el año 2016 forma pareja musical con Carolina Cerezuela (45), con la que mantiene una relación profesional y de amistad muy estrecha.
Jaime Anglada, con Carolina Cerezuela, en una imagen de archivo. GTRES
Tan bien se llevan que alguno ha llegado a creer que son pareja sentimental. En absoluto. Son partners in crime de un dúo musical que lleva por nombre Anglada Cerezuela.
Juntos han actuado en numerosos escenarios, desde teatros a terrazas o discotecas. Han realizado giras conjuntas y han colaborado en proyectos benéficos y musicales. Amigos y colegas, se consideran “dos mitades perfectas que juntas forman un todo".
Casado y con dos hijos
En lo personal, el cantante está casado con Pilar Aguiló, farmacéutica y fundadora de Nutrición Activa, un comercio de fitoterapia y alimentación saludable en la calle Carrer de Velázquez de Palma que ha sido visitado por la reina Letizia (52).
Con ella tiene dos hijos, Jaime y Julia. Su vida transcurre de forma discreta en Palma. En la isla, donde tiene fijada su residencia, es donde ofrece más actuaciones en directo.
Jaime Anglada, con Carolina Cerezuela, en un concierto en Palma de Mallorca el pasado mes de enero. GTRES
Con sus hijos convertidos en adolescentes ha podido centrarse aún más en sus canciones. "Al principio me preocupé de mis hijos, de sus estudios… luego empecé a escribir canciones. Muchas de ellas, como Cridaré el teu nom y Cuida'm, las canta en catalán-mallorquín.
Esta última, por cierto, incluye versos tan hermosos como estos: Cuida'm perquè som de mar i cel (Cuídame porque somos de mar y cielo), Cuida'm perquè som de sol i vent (Cuídame porque somos de sol y viento), Cuida'm perquè som de pedra i fang (Cuídame porque somos de piedra y barro), Cuida'm perquè som muntanyes i torrents (Cuídame porque somos montañas y torrentes).
La letra, poética donde las haya, utiliza una sucesión de imágenes naturales para hablar sobre la preservación del vínculo, la fragilidad y la esencia compartida. El tono es íntimo y evocador, propio de su cosecha, y destaca el amor y la vulnerabilidad, -esa a la que ahora ha quedado tan expuesto tras su accidente-, como parte de la vida cotidiana.