Mónica Pont ya no vive con su pareja, el empresario del sector del vino Javier Moro: se ha mudado a un piso a las afueras de Madrid. EL ESPAÑOL
Las exclusivas fotos de Mónica Pont desalojando la casa de Javier Moro: sabemos qué pasó ese día y dónde vive ahora
Fue este pasado Jueves Santo cuando EL ESPAÑOL informó, en primicia, de la ruptura sentimental de la pareja. Ambos vivían en la calle Goya de Madrid.
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Muy poco ha durado la historia de amor de Mónica Pont (56 años) y Javier Moro (61). Apenas cuatro meses después de comenzar su idilio, la exmodelo y el empresario del sector vinícola han roto. Tal y como adelantó EL ESPAÑOL este pasado Jueves Santo, ambos han decidido tomar rumbos separados.
El desenlace, según desvela una fuente de toda solvencia a este medio, aconteció "hace unas semanas". Ella, que se había instalado, a principios de año, en un piso propiedad del empresario bodeguero, ha tenido que abandonar la vivienda y trasladarse a una nueva residencia, como confirman las fotografías exclusivas que ilustran este artículo.
Las instantáneas, conviene aclarar, fueron captadas, precisamente, hace alrededor de dos semanas, cuando se produjo el quiebre amoroso. Sola, con el rostro visiblemente afligido, y con la única ayuda del portero del edificio de la calle Goya, Pont desalojó la casa que compartió con el bodeguero desde el pasado enero.
Mónica Pont, en la céntrica calle Goya de Madrid, donde su pareja tiene una vivienda. EL ESPAÑOL.
Pont, que se mudó a España tras seis años en México para iniciar una nueva vida al lado de quien imaginó sería un gran amor, se ha visto obligada a comenzar de nuevo. El piso en el que ha convivido con Moro está situado en la calle Goya de Madrid. Una de las zonas más privilegiadas de la capital, a escasos metros del Parque de Retiro.
Las imágenes que muestra EL ESPAÑOL en exclusiva dan fe de cuál es el estado anímico de la actriz. Está abatida. Según confirman a este medio "no lo está pasando bien". Basta con ver las fotografías para percatarse del gesto serio, y de cansancio, con el que ha movido sus enseres hasta su nuevo piso.
Mónica Pont ha trasladado sus pertenencias en varias maletas, una bolsa extragrande de polipropileno en color rojo y un maletín de mano Louis Vuitton. Equipajes tan variados como resolutivos para su mudanza exprés. Pocos bultos le han bastado para llevarse sus cosas a su nuevo destino: un apartamento en una exclusiva urbanización en Aravaca, en la zona Noroeste del distrito Moncloa-Aravaca.
La exmodelo ha hecho acopio de varias cajas de vino del inmueble de su pareja. EL ESPAÑOL
Curiosamente, también se ha llevado consigo varias cajas de vinos de las bodegas de su empareja: El Zarzal y La Rebelía. Toda una seña de identidad de su hasta ahora novio. Porque la pasión de Javier Moro por los vinos le viene de cuna.
Cabe recordar que Moro es el presidente de las Bodegas Emilio Moro. La empresa que lleva su apellido pertenece a la tercera generación de la familia. Desde el año 1989 trabaja como director comercial de la compañía. A él se le atribuye el crecimiento y la expansión de la marca de vinos, presente en más de 70 países de todos los continentes.
Mónica Pont traslada sus pertenencias en su coche con la ayuda del portero del edificio donde ha estado viviendo hasta ahora. El ESPAÑOL
Las Bodegas Emilio Moro, fundada en 1987, tiene sede en Pesquera de Duero, un pequeño pueblo de la provincia de Valladolid ubicado en el corazón de la Ribera del Duero.
Es en esta zona, una de las regiones vinícolas más importantes y reconocidas de España, también conocida como La Milla de Oro, donde Javier Moro desarrolla gran parte de su actividad profesional.
La actriz, que ha permanecido un tiempo en el piso de su novio, ha dejado la propiedad y se ha mudado a otra vivienda. EL ESPAÑOL
Volviendo a Mónica, las fotos que muestra EL ESPAÑOL recogen su periplo desde el centro de Madrid hasta el lugar donde se instalará al lado de su hijo, Javier Sagrera (21), quien vive bajo su techo. Se trata de un bloque de viviendas con fachada de ladrillo visto que dispone de varias zonas comunes, como jardines y plaza de garaje.
Por suerte, Mónica Pont no ha tardado demasiado en mover sus pertenencias desde el centro de Madrid hasta la residencia que ha elegido para instalar su nuevo hogar junto a su vástago. Este diario te muestra las imágenes de su mudanza: ligera y rápida.
Mónica Pont charla con un empleado de la urbanización a la que se acaba de mudar. EL ESPAÑOL
Se ha llevado poco. Y ha tardado poco en llegar. En tan solo 15 minutos de trayecto en coche ha logrado trasladar toda su valija a la vivienda en Aravaca en la que ya está instalada. A su llegada a su actual residencia ha charlado durante unos minutos con un empleado de la urbanización.
Ataviada con vaqueros, un sencillo jersey y unas botas de invierno, Mónica Pont ha resuelto todas las gestiones relacionadas con su mudanza. En cuestión de minutos se ha puesto al día de algunos detalles relacionados con el inmueble al que se ha ido a vivir.
El nuevo piso de Mónica Pont se encuentra en la localidad de Aravaca, a las afueras de Madrid. EL ESPAÑOL
No cabe duda de que los últimos cuatro meses han sido verdaderamente intensos en la vida de Mónica Pont. Conoció a Javier Moro el pasado mes de diciembre y un mes después dejó atrás sus proyectos en el continente americano para iniciar una nueva vida al lado del empresario.
En enero se instaló con su entonces pareja en el piso que este tiene en propiedad en Madrid, y donde ambos han estado viviendo juntos hasta el momento de la ruptura. Y aunque ella siempre quiso llevar su affaire con discreción, lo cierto es que no ha podido evitar la notoriedad que ha alcanzado la relación. El impacto mediático de su breve noviazgo, sumado a los problemas familiares de Mónica, han pasado factura a la pareja.
Mónica Pont, a su llegada a su nuevo piso en Aravaca, a las afueras de Madrid. EL ESPAÑOL
"No es algo nuevo. La cosa no iba bien", han destacado a EL ESPAÑOL fuentes cercanas a Mónica Pont. Una vez más, a la exmodelo y actriz le toca afrontar sola su porvenir. Aún tiene sobre la mesa el conflicto con su hermana Eva, quien la acusa de desentenderse de los cuidados de su madre. Un asunto que ella piensa llevar a los tribunales si es necesario.
Pero antes toca poner un poco de orden en su vida. Tras poner punto final a su idilio ha cerrado una etapa. Pero otra nueva se abre camino. De momento no quiere pronunciarse sobre este batacazo en materia sentimental. EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con ella, pero, de momento, no ha respondido a las llamadas y a los mensajes. Aún necesita tiempo para recomponerse.
