El 10 de mayo de 2022 es un día que los periodistas de la crónica social no olvidarán. El conocido Jesús Mariñas fallecía a los 79 años a causa de un cáncer de vejiga en el hospital Ramón y Cajal de Madrid. En ese momento, las muestras de cariño y de recuerdo no cesaron entre los compañeros, amigos y familiares que disfrutaron de su compañía. 

De aquel momento ahora se cumplen dos años y su recuerdo sigue más vivo que nunca. Sobre todo en la memoria de Elio Valderrama Prescott (56 años), su viudo y con el que pasó 32 años juntos. 

Nunca hicieron alarde de su relación, preferían llevar su romance con la mayor discreción posible. EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con el fotógrafo venezolano para saber cómo vivirá este señalado día y cómo se encuentra después de los problemas de salud que ha atravesando en los últimos meses. 

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Muy cercano y sincero como siempre, el fotoperiodista es tajante en sus declaraciones: "No necesito ningún aniversario. Me acuerdo de él todos los días. Los homenajes los das en vida, después, ¿para qué? Si no se entera". Así lleva pensando desde su fallecimiento y así se lo hace saber a los medios de comunicación. 

No es de los que relata cada paso que da, prefiere que esto se quede para su intimidad. Sin embargo, confiesa a este periódico cuál es su plan para este viernes. "Al año le hago misa, pero me voy yo solo. No necesito aparentar". 

Han pasado dos años, pero sigue muy presente en su recuerdo: "Estoy muy jodido. Le echo de menos constantemente, es muy jodido. Hasta que no te pasa no lo vives. Voy tirando". No es la primera vez que lo reconoce, pero en la casa que ambos compartían le pone siempre "su orujo, sus velas y sus flores". "Mientras yo viva eso lo tiene de forma permanente. Si me olvido de él sería el hijo de puta más grande de la vida, para mí significa mucho". 

Elio y Jesús Mariñas, en una fotografía cedida a EL ESPAÑOL.

Su día a día no dista mucho de lo que hacía con el periodista del corazón. Sigue viviendo en la misma casa y no está en sus planes cambiarse de domicilio. "La compré hace 25 años, ¿para qué me voy a ir? De aquí yo no me muevo", defiende en conversación telefónica a este periódico. Además de la parte más emocional y de recuerdos, reconoce que tiene todo lo que quiere a un paso. 

Los últimos meses no han sido fáciles para él. Después de sufrir un accidente de coche hace ya casi un año, estuvo meses acudiendo a rehabilitación. "Casi no salgo con vida", reconoció a EL ESPAÑOL en su momento. Desde entonces, sufre una lesión en la muñeca y el brazo. El pasado febrero, el venezolano tuvo que pasar por el quirófano para intentar solventar este problema. 

"Estoy muy tranquilo. Trato de llevarlo bien. Sigo yendo a rehabilitación todos los días. Me operaron en febrero y me tocó empezar de nuevo. He estado escayolado un mes y algo y ya después empecé con la rehabilitación. Ya me han dicho que nunca quedará bien de nuevo, también que estoy estupendo... pero no es así", reconoce algo preocupado. 

Muy activo en sus redes sociales, donde suele compartir todo tipo de contenido sobre su día a día y quedadas con amigos, Elio mantiene una tradición dos años después del fallecimiento del periodista: continúa siendo un fijo en su segundo hogar. Jesús Mariñas era un fijo en Casa Lucio, restaurante que solía frecuentar con sus amigos. En las últimas imágenes publicadas por el venezolano, se le puede ver disfrutando de una comida junto a Gustavo, quien fuese durante años chófer de María Teresa Campos. 

"Comida de primavera con amigos con los que disfruto", compartió junto a un carrusel de imágenes en las que se puede ver el plan que llevaron a cabo. "Lucio sintió especialmente su muerte. Le afectó porque Jesús llenaba el local cuando llegaba. Siempre ocupa el mismo lugar y nunca hacía falta que pidiera nada; ya sabían todos los camareros lo que quería", explicó una fuente cercana al restaurante a este periódico el pasado año.