Hasta hace unos años, Alice Campello (29 años) era una gran desconocida en España, pero no lo era tanto en su país natal, Italia. Su relación con el futbolista Álvaro Morata (31) la convirtió en un rostro habitual de la crónica social y su tesón para los negocios le ha catapultado al éxito. 

La empresaria se ha sentado ahora junto a Vicky Martín Berrocal (52), para conversar sobre su infancia, su historia de amor y su vida actual, en el pódcast A solas con... Campello nació en el seno de una de las familias con más poder de Italia gracias a que su padre, Andrea, es uno de los empresarios del sector de la automoción más importantes del país.

"Vengo de una familia muy unida. Mis padres llevan juntos desde los 17 años. Cuando creces de esa forma, intentas recrear lo que has visto en casa. Nunca me faltó de nada y eso ahora lo veo como un problema", comienza a explicar la italiana. 

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Alice Campello y Álvaro Morata, en una imagen de sus redes sociales. Instagram

Precisamente, Alice quiere evitar que sus cuatro hijos crezcan como lo hizo ella y se ha encargado de que eso no sea así desde el principio: "Mi madre me sobreprotegió mucho y estoy haciendo lo contrario con mis hijos. Quiero que reciban un 'no' y que peleen por un 'sí'". 

Su historia de amor con el futbolista del Atlético de Madrid comenzó en 2016, cuando él se encontraba jugando en la Juventus. "Vio unas fotos mías en Instagram, me dijo que había sentido algo diferente y habló con mucha gente que me conocía para ver si podía llegar a mí. Él no quería ser el típico futbolista que escribe por redes. Después de dos semanas le contesté. Desde el primer momento que nos vimos parecía que nos conociésemos de toda la vida", explica la empresaria sobre sus comienzos. 

Tan en serio iban que se mudaron a vivir juntos una semana después de conocerse. "Es como si no hubiese visto una chica en su vida. Hacía cosas de niño. Dicen que cuando los chicos se enamoran se ponen muy serios. Su objetivo principal en la vida es que yo esté tranquila y eso me parece muy bonito. Es la suerte de mi vida", reconoce. 

Han conseguido formar una familia numerosa gracias a los cuatro hijos que han tenido en estos ocho años de noviazgo. Uno de los peores momentos de su vida llegó el pasado año, cuando la italiana casi muere durante el parto de Bella. "He tenido minidepresiones después de los partos, he estado muy mal. No sé qué habría pasado si no le hubiese tenido a él peleando cada día por mi felicidad. Me ha levantado siempre y ha estado en los peores momentos. Es fundamental tener a alguien al lado que te entienda". 

Ahora tiene todo lo que quiere: una familia, empresas y salud. Pero hubo un momento en el que la vida se le apagó y cambió su vida. "Después del parto me sentía culpable de que las personas a mi alrededor estuviesen sufriendo por mí. Me siento tan agradecida y estoy tan enamorada... sobre todo por cómo me ha hecho sentir cuando he estado mal". En ningún momento se ha planteado cambiar su vida por nadie, ni siquiera por Álvaro: "Dejas de ser tú para vivir por otra persona, pero yo soy igual de importante que él. Necesito mi parte. Hacer por y para ti es lo importante".

No concibe una ruptura y, de llegar el momento, lo harían con serenidad. "En mi cabeza eso es imposible. Y si pasara, me quedaría con lo bonito. No le veo sin mí ni un segundo. Es mi familia. Es amor. Sé que nunca me hará daño y sabe que nunca le haré daño porque hay mucho amor y respeto". 

En 2018, Alice Campello fundó MasQMai, una empresa de cosmética que está siendo todo un éxito de ventas. "Los productos valen mucho la gente ve un antes y un después, pero también me he dedicado mucho a ello. Si hubiera sido porque la gente compra por mi nombre, me hubiera durado dos meses. No vendo una cosa que no me pongo", confiesa a Vicky Martín Berrocal.

Con otra de sus empresas, sí que le pasó algo así: "Antes tenía una firma de bolsos, pero acababa utilizando otros... ¿cómo voy a decirle a la gente que compre mi bolso cuando realmente me quiero poner otro?". 

Disfruta de la vida que tiene y la aprovecha al máximo, también sabe la suerte que tiene: "Nunca me hubiera podido parar a imaginar esta vida. No podemos permitirnos ni un día estar tristes. Álvaro siempre me dice que hay que devolver toda la suerte que hemos tenido. Somos afortunados y si podemos ayudar a alguien, mejor".