No cabe duda de que 2023 no ha terminado nada bien para Irene Villa (45 años). Durante los últimos días del año la escritora y también conferenciante ha tenido que enfrentarse al complicado estado de salud de su padre, Luis Alfonso Villa, que ingresó de urgencia en la UCI del Hospital Central de La Defensa Gómez Ulla el pasado 22 de diciembre debido a una pancreatitis biliar aguda.

Tal y como la periodista aseguró a EL ESPAÑOL este pasado 25 de diciembre, su progenitor "empezó con problemas respiratorios y le bajaron a la UCI para entubarle. Sigue sedado desde entonces. Nos han dicho que es muy grave. Tanto mi familia como yo estamos esperando el milagro de la Navidad".

El milagro llegó en forma de mejoría y Luis Alfonso pudo, al menos, ser trasladado a planta. Un paso gigantesco en su evolución, pero todavía queda camino por recorrer. A escasas horas de despedir el año 2023, Irene Villa comparte, tan generosa y amable como es, novedades sobre el estado de salud de su padre a través de su cuenta de Instagram. 

[Hablamos con Irene Villa sobre el grave estado de salud de su padre: "Estoy esperando el milagro de la Navidad"]

"Seguimos peleando por curarnos en el Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla, al que tanto debemos. Vuestra energía unida al impecable trabajo de médicos y personal sanitario está siendo esencial en la superación de una enfermedad muy grave, también por las complicaciones que ha tenido nuestro padre", comienza el escrito que ha publicado la periodista en sus redes. 

Y añade: "Qué necesarios son los buenos deseos y que los demás empaticen con nuestro dolor. No os imagináis el valor que tienen vuestras palabras y vuestro cariño. También me sirve llorar. Se nos olvida que es algo sano fisiológica y emocionalmente. Libera hormonas y toxinas relacionadas con el estrés. Genera calma. Ayuda a que expresemos nuestros sentimientos. Nos hace bien". 

En este punto del relato, reflexiona Irene sobre lo irónica que es la vida. Ella, que creía estar viviendo un boyante 2023 marcado por su historia de amor con el coach David Serrato, se topa con que la salud le da un mandoble: "¿Quién me iba a decir que acabaría así uno de mis mejores años? Sin embargo: la única derrota es el desaliento". 

Villa conoce como nadie lo que es batallar con la salud, por eso saca músculo: "Es una carrera de fondo. No nos damos por vencidos. Hay días verdaderamente difíciles… pero seguimos. ¡Ánimo, papi! Ánimo a todos los que estéis atravesando un túnel de dolor: lo mejor está delante". 

Irene Villa junto a su padre, Luis Alfonso, en una imagen de sus redes.

Días atrás, Irene recordó que su padre se encuentra "en las mejores manos". Cabe recordar que en ese mismo hospital fue en el que, hace más de 30 años -tras el terrible atentado de ETA con el que perdió las dos piernas y tres dedos de una mano-, estuvo durante muchos meses hospitalizada. En este centro ayudaron a Irene a tratarle las heridas y del mismo pudo salir andando.

De este modo, Villa no pierde la esperanza. Fue durante su entreno de esquí en Sierra Nevada cuando le informaron del grave estado de salud en el que se encontraba su padre. Ahora, su único deseo de esta Navidad es que su padre consiga recuperarse y salir adelante.

Durante estos últimos meses, Irene se ha mostrado radiante y feliz ante las cámaras y las redes sociales y ha estado exprimiendo al máximo esa etapa tan bonita de su vida, y espera que este año termine igual de bien que empezó. Irene anunció el pasado mes de mayo su compromiso con el deportista y coach David Serrato, con el que subirá al altar en 2024. 

En cuanto a su vida privada, tiene tres hijos, Carlos Andrés (9), Pablo Gael (8) y Eric Adriano (7), fruto de su anterior matrimonio con Juan Pablo Lauro (41) -ahora futuro marido de Nuria Fergó (44)-, que se dieron el 'sí, quiero', en 2011. Siete años después se divorciaron.