Rosario Bermudo, hija reconocida de Leoncio González de Gregorio y Martí, en una fotografía facilitada a EL ESPAÑOL.

Rosario Bermudo, hija reconocida de Leoncio González de Gregorio y Martí, en una fotografía facilitada a EL ESPAÑOL.

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Rosario Bermudo, hijastra de la 'duquesa roja', solicita un administrador judicial en el pleito por su gran herencia

La primogénita de Leoncio González de Gregorio, a través de su abogado, cree que la herencia que le corresponde ascendería a 5 millones de euros. 

21 noviembre, 2023 16:42

Fue el pasado 8 de noviembre cuando EL ESPAÑOL entrevistó, en exclusiva, a Rosario Bermudo (70 años), la hija reconocida de Leoncio González de Gregorio y Martí, marido, a su vez, de Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura, duquesa de Medina Sidonia, y bautizada en los medios de comunicación como duquesa roja.

Tras nueve años de infatigable lucha, el Tribunal Supremo sentenció que Rosario Bermudo es hija biológica de Leoncio. Por tanto, a Bermudo le corresponde no sólo el apellido paterno, sino también su parte correspondiente de su millonaria herencia

"Soy la primogénita de Leoncio González de Gregorio y Martí, tengo mis derechos. Ya no soy la última de la cola", manifestó Rosario en conversación con este medio, al tiempo que defendía que sólo buscaba justicia, y resarcir su honor y el de su madre. 

[Rosario Bermudo, hija del marido de la 'duquesa roja': "La herencia ayudará a mis hijos a pagar sus hipotecas"]

Leoncio González de Gregorio y Martí en una imagen de archivo.

Leoncio González de Gregorio y Martí en una imagen de archivo.

La de Écija ha dado un paso al frente a través de su abogado, Fernando Osuna, en medio de la guerra con sus hermanos. Tal como se traslada a EL ESPAÑOL, Bermudo ha solicitado, en su pleito por la herencia, que se nombre un administrador judicial. Así se ha trasladado a este periódico. Se trata de una contundente medida que busca, entre otras razones, la transparencia en el proceso.

Además, reza el escrito oficial, Bermudo "no descarta" pedir el embargo "de las explotaciones por eventos de su hermana Pilar". Teme esta mujer que se produzcan "irregularidades al tener que hacer nuevas cuentas, por haber alcanzado Rosario la filiación". 

Otra de las grandes novedades en esta nueva medida judicial de Rosario Bermudo tiene que ver con la cuantía a percibir en concepto de herencia. "La herencia de la ecijana puede subir hasta cinco millones de euros, si se consideran gananciales algunos bienes de la duquesa roja", rubrica Fernando Osuna en la suerte de comunicado al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.

En opinión de Fernando Osuna, "los hijos de la duquesa roja se aprovechan del enorme retraso de la justicia en el caso de su hermanastra. Rosario Bermudo sufre mucho y no entiende esta kafkiana situación. (...) La gran perjudicada por estas dilaciones judiciales piensa que la justicia está hecha para los ricos. (...) Rosario está desesperada por las trabas de sus hermanos. (...)". 

Rosario Bermudo en una imagen facilitada a EL ESPAÑOL.

Rosario Bermudo en una imagen facilitada a EL ESPAÑOL.

Expone Osuna, en nombre de Rosario Bermudo, que el marido de ésta "no puede andar. Ella está enferma y sin recursos económicos". Defiende el letrado que Bermudo, pese a su presunta posición de inferioridad, "ha ganado hasta ahora todas las instancias judiciales, pero sus futuros hermanos lo recurren todo de mala fe y están retrasando enormemente el caso". 

Conviene recordar en este punto que, ante la falta de acuerdo entre los hermanos en lo referente al ADN, los restos mortales de Leoncio González de Gregorio y Martí fueron exhumados. Una medida de la que hoy Fernando Osuna, abogado de Bermudo, opina así: "La exhumación (...) se podría haber evitado si los hermanos hubieran ido a la prueba de ADN. Como no quisieron colaborar, les llevó a ese acto de desenterrar a su padre". 

"Entiendo su dolor"

En su entrevista en EL ESPAÑOL, Rosario Bermudo aseguró, sobre su guerra familiar, lo que sigue: "Yo les diría que llevan razón en que estén dolidos porque el padre no ha querido nunca contarles la verdad. Lo comprendo, pero no es para que me odien a mí".

Bermudo no quiere guerras a estas alturas de su vida, sólo disfrutar de la paz y la tranquilidad de espíritu que esta sentencia le ha reportado.

Asegura que el dinero nunca le importó ni lo buscó, aunque no esconde que le va a venir muy bien para ayudar a sus hijos con sus hipotecas. Está decidida a cambiarse el apellido y a hacer valer sus derechos