El poeta estadounidense Henry W. Longfellow decía que "todo llega para el que sabe esperar". Una filosofía de vida que ha llevado por bandera la chef Begoña Rodrigo (44 años). La valenciana ha visto cumplir uno de sus sueños. La exconcursante y ganadora de la primera edición de Top Chef ha logrado entrar en la exclusiva shortlist de la prestigiosa Guía Michelin 2020. La cocinera ha conseguido una estrella en la guía roja con La Salita, un selecto restaurante ubicado en la Calle Séneca, cerca del estadio de Mestalla.

En la gala, la valencia estuvo acompañada por "el guiri", su exmarido. La pareja se separó hace dos años aunque todavía conviven y comparten un negocio en común. "Me separé hace dos años. Vivimos juntos. Nosotros somos muy hippies. Vino a la gala conmigo. Es mi socio en La Salita, trabaja conmigo en Nómada. Se encarga de echarme una mano en todo los temas de vino", ha confesado en exclusiva a JALEOS.

La cocinera, en la primera edición de 'Top Chef'. Antena 3

Con este reconocimiento la cocinera no espera tener el mismo impacto que tuvo con el exitoso programa de cocina porque va enfocado a "un público más selecto". Aunque por aquel entonces le sirvió para corregir errores y redirigirlos para que no ocurran.

Un reconocimiento que llega en el momento adecuado. "La gente cuando le tardan en llegar cosas es porque se espera o porque están trabajando para que se consigan. Nosotros hemos tenido una evolución en La Salita. Hemos ido aprendiendo hasta conseguir desde hace tres años la línea Michelin", ha confesado. 

Una dura infancia

Begoña Rodrigo nació en Valencia en 1975 en el seno de una familia acomodada. Su primer contactó con el arte culinario tardó en llegar. Confiesa que su pasión por la cocina "fue por necesidad porque tenía hambre. No tenía nada que ver con la cocina". De hecho, de pequeña era mala comedora y se alimentaba a base de Petit-suisse.

La chef vivió una infancia complicada por su padre. Sobre su progenitor nunca ha querido pronunciarse. Era un hombre con éxito, que trabajaba vendiendo instrumentos musicales, y fue concejal del ayuntamiento de Xirivella (Valencia). Además, en alguna entrevista la cocinera desveló que su progenitor maltrataba a sus dos hermanos, su madre y a ella. La valenciana ha llegado incluso a tener cierta animadversión al género masculino. 

Begoña Rodrigo, en un selfie. Redes

Cuando se separaron sus padres, la valenciana tuvo que ponerse a trabajar. "Teníamos una familia de bien hasta que se separaron mis padres. Cuando se separaron empezaron a venir las complicaciones". Con 14 años empezó a trabajar en la expenduría de pan con su madre. "Cuando eres tan joven y empiezas a ganar dinero te vicias en seguida a tener tu propio dinero y comprarte tus cosas", ha señalado.

También curso tres años de Ingeniería Industrial en la Universidad Politécnica de Valencia. "Me di cuenta que yo era una persona más creativa que estar detrás de un ordenador haciendo planos", confiesa.

Su estancia en el extranjero

En 1996 se marchó a Holanda, donde empezó a trabajar en el hotel Amsterdam Marriot. Allí empezó a experimentar en los fogones a nivel profesional.Tras varios meses en mantenimiento de habitaciones, pasó a las cocinas del complejo hotelero. Empezó con la preparación de desayunos y tras pasar por distintos cometidos llegó a ser jefa de partidas. Un cargo que desempeñó mientras trabajaba gratuitamente por las tardes en el restaurante gastronómico Quoy.



Tras varios años entre holandeses, Begoña Rodrigo decidió dar un giro y se trasladó a Utrech, donde trabajó en el restaurante Hotel Karel V y un año después decidió cambiar de aires y probar suerte en Londres. Allí trabajó durante dos años en el club Aquarium. Con un copado currículum, Begoña regresó a España. Antes de fundar su propio restaurante La Salita en 2004, trabajó en varios locales.

Begoña, entre fogones. Redes



En 2013, Begoña pasó de ser una prestigiosa chef de renombre en Valencia a proclamarse ganadora de la primera edición de Top Chef España. Un experiencia televisiva que le otorgó una mayor proyección empresarial. Gracias a su aparición en la pequeña pantalla, a la cocinera le surgieron un cúmulo de ofertas relacionaras con la cocina como masterclass y asesorías. A parte de la estrella que le ha sido otorgada, la chef fue nombrada Cocinera del Año de la Comunidad Valenciana en 2014.

Varios negocios de éxito

Begoña Rodrígo se ha convertido en una de las chef de referencia del mercado culinario. Es una de las grandes sibaritas de la Comunidad valenciana. Este año ha ampliado su cartera de negocios. Ha abierto el restaurante Nómada Urban Mood, un viaje hacia la libertad en la cocina, junto al céntrico Mercado de Colón. Este es su tercer local en el centro de Valencia.

La cocinera cuenta, además de la La Salita (en la calle Séneca, 12),  el local Nómada (Centro comercial Bonaire). También está previsto que inaugure en febrero El Huerto, una nueva oferta culinaria en el barrio de Ruzafa. El local está ubicado en una típica casa valenciana donde Begoña cocinará una propuesta donde primará el producto. El comensal podrá disfrutar de una cocina que define como "sabrosa, ligera, directa, intuitiva y divertida". Asegura que todos los que vayan por sus restaurantes se lo pasaran muy bien. 

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