El exjugador del Athletic Club de Bilbao Aitor Ocio (42 años) ha roto su noviazgo con Covadonga Riva (32), relaciones públicas, con la que ha mantenido una larga historia de amor de cinco años, según ha desvelado LOC.

El noviazgo entre ambos se complicó por sus problemas de agenda y por los miles de kilómetros que separaban su lugar de residencia: él, en Bilbao, donde cría a su hija, Naia, fruto de su relación con Laura Sánchez (37) y desde donde gestiona sus negocios; ella, sin embargo, reside en Madrid.

Fue un conjunto de circunstancias las que dificultaban los posibles planes de la pareja. El último de ellos tuvo lugar en Ibiza, hasta donde se desplazaron en verano para disfrutar de unos días de descanso juntos. Paseos en moto, cenas románticas en los mejores restaurantes, disfrutar del sol mediterráneo en las aguas cristalinas de la isla... 

Pero la relación no pudo ser y a punto de cumplir su sexto aniversario juntos, el exjugador del rojiblanco vuelve a instalarse en la lista de solteros de oro. Entre los atributos que muchas seguidoras y seguidores destacan en sus redes sociales, llama la atención su espectacular figura, con un cuerpo musculado conseguido gracias a largas horas de trabajo en el gimnasio.

Antes de Covadonga, el futbolista mantuvo una relación sentimental con Laura Sánchez, noviazgo que lo llevó a ser portada de las revistas del corazón y que fue su pistoletazo de salida para darse a conocer en el resto del país. La relación comenzó en abril de 2004, cuando la pareja se dejó ver por primera vez en la romería del Rocío de ese mismo año.

Solo dos años después, la maniquí y el deportista anunciaban que esperaban su primer hijo: Naia. Desde entonces los dos parecían ser la pareja perfecta: guapos, estilosos, cosechando grandes éxitos profesionales, siempre sonrientes... pero en marzo de 2009 todo esto termina, y se descubre que el alavés y la andaluza deciden separarse.

En la actualidad, y tras varios problemas a la hora de determinar cómo sería la custodia de Naia (con abogados de por medio, incluso), la expareja mantiene una relación cordial. 

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