Joan Manuel Serrat, a sus 74 años se encuentra en un gran momento profesional, y es que con más de 50 años sobre los escenarios se ha convertido en uno de los rostros más conocidos del panorama musical español.

En este verano el cantante se encuentra inmerso en una larga gira con espectáculos que recorren toda España y Argentina con más de 30 conciertos hasta el fin del verano. Sin embargo bien podría cambiar los escenarios por una talla en la playa gracias a la fortuna que ha conseguido granjearse con la larga trayectoria profesional que tiene a sus espaldas, y las acertadas inversiones en diversos negocios.

Diversos negocios, entre canción y canción

Joan Manuel Serrat en un concierto. Gtres.

A lo largo de los años Joan Manuel ha constituido varias compañías. La primera de ellas, fundada en marzo de 1983, es Taller 83 S.A. dedicada para las "actividades recreativas de entretenimiento", sobre todo productos fonográficos, audiovisuales y musicales. Fue el mismo año en que sacó a la luz Cada loco con su tema, un disco que incluso recibió el Premio Nacional para Empresas Fonográficas por parte del Ministerio de Cultura.

Esta es una de las compañías que más ingresos le proporciona (él figura como administrador único). En 2017 se conoció que tuvo unos ingresos de 1,2 millones de euros, una cifra que se ha mantenido con los años, e incluso con cantidades superiores (en 2015 hasta 5,3 millones de euros), y que demuestran una cierta estabilidad en lo que las ventas se refiere. 

Puede que fruto de esta estabilidad el cantante haya conseguido que su sociedad tenga un gran colchón. Concretamente, un patrimonio de 5,8 millones de euros que suponen un buen respaldo y una buena muestra del éxito musical que ha tenido a lo largo de los años. 

La segunda de las compañías en la que figura como administrador único (cargo que ocupa desde 2015, cuando estaba inmerso en la gira de celebración de sus 50 años de carrera, Antología Desordenada) es Comic Net S.A., constituida en 1988. El primer año que estuvo al frente de esta sociedad, en 2016, consiguió mantener el mismo nivel de ingresos que en los ejercicios anteriores y aumentar el beneficio de 350 a casi 9.000 euros en solo un año. 

En el año 2000 Joan Manuel se decidió a aventurarse en otra compañía: Bingurdo S.L., de nuevo como administrador único, dedicado a la gestión y administración de la propiedad inmobiliaria. 

Esta es la compañía que se encuentra en una peor situación, sobre todo porque hace años que no ha ingresado un euro y que lleva ejercicio registrando unas pérdidas que rondan los 12.000 euros. Sin embargo, lo que sí tiene es un patrimonio de más de 700.000 euros, una buena reserva con la que hacer frente a los posibles complicaciones o similares que puedan surgir. 

Candela Tiffón, la mujer de su vida

Joan Manuel Serrat mantuvo una primera relación con Mercedes Doménech, con quien incluso tuvo un hijo Manuel. Sin embargo, con el paso del tiempo el cantante vio que esa no era la mujer de su vida, su verdadero amor era Candela Tiffón, de sobrenombre María Luz y que terminó siendo 'Yuta'. 

El artista se casó con esta modelo publicitaria en 1978, y a pesar de los años que ha estado a su lado (también en la época álgida del cantante), siempre ha mantenido un perfil bajo y discreto. Juntos han tenido dos hijos: María (de profesión farmacéutica y periodista) y Candela (actriz). "Mis hijos me han dado mucho más de lo que me han pedido", esgrimía el propio cantante en una entrevista a Gente. 

Joan Manuel Serrat, su mujer y su hija. Gtres.

Juntos han conseguido formar una familia unida, tanto en los éxitos y en los buenos momentos como en las situaciones más duras, como cuando a Serrat le detectaron el cáncer con 70 años. 

Es justo su familia la que esta misma semana ha sido noticia, cuando su nieta, Luna Serrat, relató a través de varios stories cómo había sido víctima de acoso en un trayecto de AVE de Huelva a Madrid. La joven, de 22 años, explicó que durante una hora un señor americano que estaba sentado a su lado actuó de forma inapropiada, molestándola hasta el punto de tener que cambiarse de asiento.