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    Una propiedad de 3,6 hectáreas

    Renée Zellweger ha percibido una sustanciosa cantidad económica por la venta de su hacienda sita en Topanga (California). La propiedad se extiende a lo largo de más de 3,6 hectáreas (9 acres) y se ha desprendido de ella por 5,17 millones de euros (6 millones de dólares).
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    Más de 1000 metros cuadrados de casa

    De toda la propiedad, la vivienda ocupa 1.345 metros cuadrados que se distribuyen en cuatro dormitorios, cuatro baños y una gran sala con vistas a los atractivos exteriores. Otras estancias que completan la casa son una sala de estar con chimenea, un comedor, una sala familiar, una sala multimedia y una oficina.
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    Cocina rústica

    La cocina está diseñada como un espacio abierto que incluye una gran isla donde poder disfrutar con los invitados mientras se prepara la comida. En esta estancia la madera tiene especial protagonismo y es el elemento que conecta el suelo con el techo, donde se dejan las vigas vistas a modo decorativo.
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    Interiorismo pensado al detalle

    Las estancias están repletas de detalles especiales entre los que se incluyen arcos venecianos enlucidos y auténticos azulejos españoles, así como chimeneas de leña y librerías de mampostería. Todos los elementos están perfectamente integrados creando un gran equilibrio decorativo.
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    Rincones íntimos

    Dentro de la casa se crean acogedores espacios para disfrutar de aficiones como la música o el cine. En la imagen una pequeña salita presidida por un mueble de madera fabricado a medida en el que se dispone una televisión. A uno de los lados, el marco inigualable del paisaje de California.
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    Decoración integrada en la naturaleza

    En toda la estancia predomina un estilo decorativo rústico en el que tienen gran presencia los materiales naturales como la piedra y la madera. Los grandes ventanales integran la vivienda en el espacio exterior y los textiles en tonalidades claras aportan calidez al hogar.
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    En plena naturaleza

    La propiedad está rodeada de naturaleza, lo que dota de gran privacidad a los futuros inquilinos. En el patio exterior se sitúa un porche frente a la gran piscina desde la que se puede ver un cañón, prados y bosques.
María Villar