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    Gusto y diseño

    Nada más entrar en la casa se percibe que sus dueños son amantes de la estética y las líneas modernas. Los 100 metros cuadrados de cada planta de este dúplex están decorados con lo esencial; pocos muebles pero bien distribuidos que dan calidez y exquisitez al mismo tiempo al hogar. Un hogar tan especial como sus hasta ahora inquilinos, Irina, Bradley y la pequeña Lea de Seine.

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    Detalles de madera y mucha luz

    El actor se enamoró de ella (y de Irina) nada más verla en el año 2017. Por eso no dudó en pagar el costoso alquiler de 44.000 euros mensuales que costaba, aunque finalmente decidió comprarla directamente por 12 millones de euros. En este amplio comedor con matices en madera natural y lacada, y artículos decorativos de diseño antiguo que se mezclan con los más innovadores consiguen una presentación de alto nivel. La luz que entra por los grandes ventanales hace el resto.

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    La fusión de lo rústico y lo moderno

    El único que disfrutará ahora de estas privilegiadas vistas al entorno del West Village (una zona neoyorquina solo apta para estrellas de cine y grandes adinerados) será Bradley Cooper. Tras la marcha de Irina y su hija de esta casa, el actor es el único dueño del fabuloso apartamento que posee estancias tan propensas para las fiestas y reuniones familiares como la de la imagen. Con las puertas del comedor abiertas y la terraza dispuesta para ser testigo de las mejores alegrías.

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    Tonos templados por toda la casa

    El gris es el tono que más presencia tiene en la casa. En la mayoría de estancias se presenta de forma sutil, en alguna mesa, armario o marco, pero en el baño luce todo su esplendor. Un gran bañera preside el aseo, dos lavabos y una ducha de diseño en la que el actor y la modelo se refrescaban cada día tras sus jornadas de trabajo. Tres grandes espejos también son protagonistas en la habitación, porque la coquetería es uno de los puntos en común de Bradley e Irina.

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    Aura minimalista

    Esta es la cama de matrimonio en la que la hasta ahora idílica pareja dormía cada noche. Un cama con dosel en hierro y líneas rectas en el fondo de una habitación propia de una casa de muñecas. Un pequeño sofá a los pies de la cama habrá sido seguro el lugar donde Irina ha anudado sus zapatos de tacón a menudo, y el sillón de en frente habrá sostenido cientos de prendas de ropa de la pareja.

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    Espacios amplios y funcionales

    No podía faltar una cocina americana en una casa de lujo de Nueva York. Aunque en esta estancia también se puede percibir la 'manía' de la pareja por el exceso de luz. Bombillas por doquier y electrodomésticos en plateado exquisitamente cuidados para que brillen más que los mismos halógenos. El gran espacio vuelve a ser el protagonista principal de esta zona de la casa, un lugar diáfano que tiene todo a mano pero con un orden extraordinario.

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    Glamour para una (ex)pareja idílica

    Una sala de cine para un actor de Hollywood y una gran amante del séptimo arte es una zona indispensable en su hogar. Aquí la expareja habrá visto exitosas películas de Bradley y hasta el desfile de Victoria's Secret de Irina.

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    Exteriores del West Village

    Nada menos que 100 metros cuadrados de jardín. Una mini-porción del Central Park al lado de su terraza. En la ciudad de los rascacielos un trozo de vegetación resulta un paraíso en cualquier hogar y más en el que hay una niña pequeña que puede aprender a andar y jugar cayéndose sobre el césped.

JALEOS