Este jueves, 3 noviembre, Guillermo (55 años) y Máxima de Holanda (51) pusieron fin a su visita de Estado en Grecia, donde cumplieron con un sinfín de compromisos entre Atenas y Tesalónica. Un intenso viaje de cuatro días que obedeció a una invitación de la presidenta Katerina Sakellaropoulou (66) y en el que la argentina se convirtió en la gran protagonista. 

Máxima de Holanda acaparó todas las miradas por sus espectaculares apuestas estilísticas. Manteniendo su esencia, hizo un claro guiño a la cultura helénica y rescató de su joyero algunas de sus piezas más especiales

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    'Look' de confianza

    El pasado lunes, 31 de octubre, Máxima llegó a la capital griega con un look working monocolor. La Reina se bajó del avión con un clásico traje de Natan Couture, una de sus firmas de confianza, formado por pantalones, blazer y blusa en tono beige. 

    La argentina mantuvo la misma paleta de colores en los complementos. Se decantó por unos salones clásicos de Gianvito Rosssi y clutch de Sophie Habsburg. Rompió el monocolor con la elección de sus accesorios: pendientes de plata en forma de flor, varias pulseras y un llamativo colgante. 

    En cuanto a la melena, Máxima prefirió la sencillez y comodidad, dejando su melena suelta y al natural

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    Guiño a Grecia

    Para comenzar su gira, Máxima rindió homenaje a los griegos con un espectacular vestido de estreno bicolor de la firma local Zeus+Dione. El modelo, en tonos tierra, reúne todas las tendencias: mangas largas con puño ligeramente abullonadas y falda con pliegues que le aportaban movimiento ala atuendo. Lo decoró con un broche de perlas que seguía la misma línea de sus grandes pendientes. 

    En los primeros encuentros del día, la Reina se subió a unos salones blancos con transparencia de Gianvito Rossi. Después, en su visita al Partenón, apostó por la comodidad y eligió unas bailarinas que hacían juego con el vestido. 

    Máxima puso el toque final a su look con un tocado blanco con red y clutch a juego. 

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    'Outfit' de gala

    El palacio presidencial de Atenas fue el escenario de la cena de Estado ofrecida por la presidenta Sakellaropoul. Para la ocasión, Máxima estrenó un vestido de la firma griega Costarellos. Se trata de un modelo en color burdeos que combina el terciopelo y el guipur. Lo completó con un clutch a tono y joyas simbólicas. 

    La Reina de Holanda eligió la tiara Mellerio, realizada en 1988 que encargó en rey Guillermo III para su esposa, la reina Emma. Tiene 385 piedras, entre diamantes y rubíes. Máxima, además, llevó el brazalete, los pendientes y el anillo a juego. Completó su atuendo con un devant de corsage en la cintura, que se hizo por encargo de la mencionada monarca. 

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    Vestido tipo capa customizado

    Entre los looks que llevó a Máxima a Grecia también destaca este vestido tipo capa de Claes Iversen que fue customizado para la Reina. La argentina cerró más el escote y lo llevó más largo. El modelo, en tono rosa palo, hacía juego con sus salones de Gianvito Rossi y clutch de Hermès, del que prescindió en determinados momentos. 

    Lo más llamativo de su atuendo fue una diadema de flores, de la misma paleta cromática y de la marca Maison Fabienne Delvigne.

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    Máxima tendencia

    El fucsia se ha posicionado como uno de los colores trendy del año. Máxima, consciente de ello, se decantó por este tono para acudir a un espectáculo de danza en la Sala de Conciertos de Atenas. El modelo también es de Claes Iversen y destaca por su escote asimétrico, otro elemento en tendencia, manga larga y maxi cinturón. La Reina de los Países Bajos lo completó con un broche de diamantes del siglo XIX, que hacía juego cons sus joyas. 

    En cuanto al calzado, Máxima volvió a recurrir a un diseño de Gianvito Rossi. En este caso unos salones burdeos que combinaban a la perfección con su clutch. También llamó la atención su peinado estilo wet.

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    Estilo 'working'

    En su último día en Grecia, Máxima eligió un estilo working en el que combinó un pantalón de cuadros con una camisa básica y blazer negro que, una vez más, decoró con un broche. Esta vez, la Reina dejó a un lado a Gianvito Rossi y se subió a unos salones de charol de Salvatore Ferragamo. 

    Como complementos, escogió un clásico bolso de Chanel y unas gafas de Cartier que le dieron un toque más cosmopolita. En cuanto al peinado, Máxima de Holanda recogió su melena en una coleta baja. 

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