Suman ya varios meses desde que la princesa Charlène de Mónaco (43 años) se asentara en la picota mediática para no apearse, y su nombre copa diariamente los titulares de casi todos los medios de comunicación internacionales. Si bien su figura siempre despertó el interés de propios y extraños por su carácter un tanto apocado y discreto -sabiendo estar en la sombra y sortear con maestría los rumores de separación de Alberto de Mónaco (63)-, fue en los primeros meses del año cuando su viaje a Sudáfrica avivó un rumor que nadie consigue silenciar. 

La historia es ya conocida: la princesa viajó a su país natal en una misión para la conservación de la fauna. Allí, sufrió una infección severa de oídos, nariz y garganta que la llevó a meses de observación y, posteriormente, a quirófano. Charlène, alejada de su familia meses y meses. Ahora, tras ser operada con éxito, fecha ella misma su vuelta para el próximo octubre. 

Charlène en una imagen de archivo. Gtres

Tal maremágnum se creó en torno a la posible separación del matrimonio -extremo que muchos medios dan por confirmado, y esgrimen como razón de esa demora en su regreso a Mónaco-, que la propia Charlène intentó desmentir la ruptura a través de sus redes sociales. Su única vía de comunicación con el mundo desde que sufrió este percance que la mantiene alejada de los suyos. En su página personal de Instagram, HSH Princess Charlene, que cuenta con su propio sello azul de célebre identidad, Charlène se muestra muy activa. Es su parcela más desenfadada y auténtica. Antes y ahora, la red es su verdadera conexión con su reducido grupo de seguidores, con los que se muestra muy cercana y llana. En dicha red social parece que la mujer de Alberto de Mónaco pretende desprenderse de todos los oropeles que se le atribuyen por ser quién es: en Instagram se puede ver su lado más humano, ese por el que lucha con denuedo. Porque ella siempre tuvo claro el papel que representa como princesa de Mónaco, la acata y asume, pero también reivindica el de mujer independiente, con identidad propia.

Ahí, su imagen con el cabello rapado, su campaña a favor de los animales en peligro de extinción, o su rompedora y salvaje imagen reciente en contra del maltrato al rinoceronte. Ese afán por separar su mundo personal del institucional se podría apreciar también en el número de personas a las que Charlène sigue en Instagram. Elegidas por ella, a dedo. Un dato sorprendente y que denota, cuanto menos, cuán es el selecto interés de Charlène. Frente a los 291.000 seguidores que suma su cuenta, ella tan solo se ha interesado por devolverle el follow a 71 usuarios.

Casi ninguno de estos perfiles 'privilegiados' pertenece al mundo de su familia política ni monegasco en general, tan solo uno, un lazo muy especial, se entiende, para ella: solo sigue a Princess Grace Fdn, página dedicada a Grace Kelly -madre de Alberto de Mónaco-, e inspirada "por su legado perdurable, apoyando a artistas emergentes en el teatro, la danza y el cine". 

Charlène de Mónaco luciendo una rompedora imagen con parte de su cabellera rapada. Gtres

Nadie más de la familia, ni relacionado con ella, parece ser del interés de Charlène. Ni grupos de fans oficiales ni extraoficiales -solo sigue la fundación que lleva su nombre-, ni tampoco le da un follow a la página oficial del Principado, Monacoprincelyfamily. En la misma línea, la cuñada de Carolina de Mónaco (64) demuestra que sus inquietudes personales -que no institucionales- van por otro lado. Entre los perfiles que le interesan, hay varios de diferente índole.

Desde el deporte hasta la música y el cine, pasando por medios de comunicación y causas solidarias. Algunos ejemplos son los que siguen: Novak Djokovic (34), Rihanna (33), Lewis Hamilton (36), la rapera Nicki Minaj (38), Kate Hudson (42), Robbie Williams (47), Donatella Versace (66), Madonna (63), su cuñada Chantell Wittstock, la página oficial de los duques de Cambridge o a Melania Trump (51), entre otros. No se olvida tampoco de la Rhino Conservation Awards, donde está muy volcada, como se puntualizaba líneas arriba. 

La operación de la princesa 

Para despejar cualquier duda, y tras la dura operación a la que se sometía su mujer el viernes 13 de agosto, el príncipe monegasco quiso emitir un comunicado breve pero muy rotundo: "La operación ha salido bien. La princesa Charlène está descansando y nuestros pensamientos están con ella". Con estas 16 palabras, Alberto de Mónaco explicó cómo se encuentra Charlène después de pasar en quirófano cuatro horas -con anestesia general- a causa de su grave infección.

Charlène y Alberto en una imagen de archivo. Gtres

Un complicado diagnóstico otorrinolaringológico por el cual desde entonces ha tenido que realizarse diversas intervenciones, la última ese viernes -la anterior tuvo lugar el 25 de mayo-. Cuando cayó enferma, Charlène de Mónaco se encontraba en Sudáfrica, su país natal, en un viaje oficial centrado en la conservación de la fauna salvaje y en la lucha contra la caza furtiva. Así lo explicó ella misma en una entrevista con el canal sudafricano News24. La princesa comentó que no se dio cuenta del problema hasta que experimentó un fuerte dolor de oídos que la obligó a visitar a un especialista. El Palacio monegasco también comunicó que el príncipe Alberto y sus dos hijos, los mellizos Jaime (6) y Gabriela (6), irán a verla durante su periodo de recuperación. Alberto II y Charlene cumplieron en julio 10 años de matrimonio.

[Más información: Nuevo escándalo en Mónaco: la misteriosa relación de Charlène con una bruja en su estancia en Sudáfrica]