Desde que fijaron su residencia en Estados Unidos, Meghan Markle (39 años) y el príncipe Harry (36) se han vuelto más mediáticos. Si bien su huida de la Corona británica estuvo marcada por la presión recibida por la prensa, en América han tenido una mayor exposición pública por su participación en un sinfín de proyectos que no han hecho más que incrementar la fortuna de ambos. 

Según Celebrity Networth, el portal americano especializado en la economía de los famosos, Meghan y Harry cuentan con un patrimonio de 60 millones de dólares -50.900.100 euros, al cambio de la jornada-. Se trata de una cifra más alta a la estimada por la misma plataforma el pasado mes de marzo, cuando se cumplió un año del Megxit. Pero ¿cómo ha hecho la pareja para sumar 10 millones más a su cuenta en tan poco tiempo?

Tras abandonar sus funciones dentro de la Casa Real británica, la pareja comenzó a gestar un patrimonio inmobiliario con la compra de una propiedad en Montecito, California, valorada en unos 16 millones de euros. La vivienda tiene más de 1.300 metros cuadrados, está emplazada en un terreno de casi tres hectáreas de superficie y, además, cuenta con una casa de menores dimensiones, destinada a los invitados. En total tiene nueve dormitorios, una piscina, una pista de tenis, un cine privado, un gimnasio, un spa y una sala de billar.

Meghan y Harry, durante su entrevista con Oprah Winfrey. Reuters

Meghan y Harry, además, han aceptado una gran cantidad de proyectos que les ha permitido y les permitirá ingresar mayor dinero en su cuenta. En septiembre de 2020 ambos firmaron un acuerdo de varios años con Netflix, estimado entre 100 y 150 millones de dólares -85 a 128 millones de euros- y a través del cual tendrán la oportunidad de crear contenido audiovisual. A día de hoy, de hecho, ya se han desvelado dos de esos trabajos: una serie documental sobre los Invictus Games y una serie animada. 

Tres meses después y antes de comenzar un nuevo año, se anunció que los duques de Sussex firmaron un contrato de podcasting de tres años con Spotify por un valor de 18 millones de dólares -15,2 millones de euros-. 

Harry y Meghan, en uno de sus últimos actos en Reino Unido. Gtres

En lo que va de 2021 a Meghan y Harry le han llegado un sinfín de ofertas más. Sobre todo, desde su polémica entrevista con Oprah Winfrey (67), emitida en marzo. El nieto de la reina Isabel II (95) ha fichado como director de impacto de BetterUp, una startup de Sillicon Valley de la que, según se informó en su momento, obtendrá una remuneración muy importante. También se desveló su colaboración Aspen Institute, organización en la que trabajará durante seis meses para combatir la desinformación. Teniendo en cuenta que es sin fines de lucro, podría no obtener ninguna ganancia con este proyecto. 

Al margen de estos trabajos, en los últimos meses Harry se unió a Oprah Winfrey para presentar una serie sobre la salud mental y dio a conocer que se prepara para publicar sus memorias "íntimas y sentidas" en un libro que podría salir a la luz a finales de 2022.

Meghan y Harry junto a su hijo Archie en Sudáfrica. Gtres

En lo que a su patrimonio se refiere, el duque de Sussex también cuenta con una alta suma de dinero que corresponde a la herencia de su madre, Diana de Gales. Así lo desveló él mismo en su conversación con la veterana presentadora estadounidense, en la que afirmó que en el primer cuatrimestre de 2020, cuando él y Meghan decidieron dejar de trabajar junto a la monarquía británica, se mantuvo con el dinero que le dejó la Princesa. "Tengo lo que me dejó mi madre, y sin eso no hubiéramos podido hacer esto", confesó. 

Meghan, por su parte, también se estrenó como escritora el pasado mes de mayo, con un libro para niños, titulado The Bench. Está inspirado en su hijo Archie (2) y su marido, quien se ve reflejado en algunas de las imágenes del texto. La fortuna de la estadounidense, además, procede de su trabajo como actriz. Sobre todo en la serie Suits, donde tuvo un salario estimado de 50.000 dólares por episodio -42.200 euros-. De igual forma, de su blog de lifestyle, denominado The Thig, con el que ganó aproximadamente 80.000 dólares -67.900 euros- por año. 

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