Fue el pasado viernes cuando una ilusionada y feliz Eugenia de York (28 años) contrajo matrimonio con el hombre de su vida, Jack Brooksbank. El ya matrimonio se daba el 'sí, quiero' en el emblemático Castillo de Windsor ante sus invitados. Un día después de la emotiva boda, el sábado, Eugenia y Jack quisieron compartir cuatro imágenes oficiales de su enlace. Las instantáneas fueron tomadas por una persona de absoluta confianza para la Casa Real inglesa: el fotógrafo Alex Bramall. 

Bramall, que ha captado distintos momentos y posados de los novios y sus familias tanto de la boda como de la recepción posterior en la que cambiaron sus trajes de ceremonia por otros estilismos, es un viejo conocido de la hija de Sarah Ferguson (58). De hecho, como prueba de esta profunda amistad, en el año 2016 este retratista fue el encargado de inmortalizar a Eugenia para la publicación Harper’s Bazaar. Claro está, en el día más importante y feliz de su vida no podía faltar la presencia de este profesional. 

En concreto, han sido cuatro las instantáneas que el matrimonio ha querido hacer públicas. Unas fotos cuidadas, emotivas y muy íntimas en las que se puede ver a toda la familia en el emblemático salón White Drawing Room del Castillo de Windsor. Se trata de la primera de las imágenes. En ella, alrededor de los majestuosos cuadros que pueblan este palaciego salón, se reúne la numerosa familia.

Por el extremo izquierdo de la imagen, los padres de Jack, George y Nicola Brooksbank y junto a ellos, Thomas, el hermano y best man de la ceremonia. En el otro lado de la imagen, los padres de Eugenia, su hermana Beatriz y sus padres, El Duque de York y Sarah Ferguson. Sentados en sendas butacas, la reina Isabel II (92) y el duque de Edimburgo (96). Cerrando la imagen, las damitas y pajes de honor alrededor de la alfombra. Entre ellos, Jorge (5) y Charlotte (3), muy sonrientes y sentados en un silla. 

En otra de las imágenes que ha cedido la pareja se la puede ver con sus respectivos trajes -él con un chaqué acompañado de una flor en el ojal, y ella con un sencillo vestido a juego con una bella tiara-, posando felices y enamorados en el mismo citado salón junto a sus pajes y damas de honor. Se destaca de esta imagen la cara de felicidad y la carcajada que llega a emitir el pequeño George, una de las anécdotas más divertidas de la jornada.

Sin duda, la instantánea más especial de los novios, por impropia y romántica, es aquella en blanco y negro en la que Eugenia y Jack se dan un tierno beso en la carroza que los trae de vuelta del desfile por las calles de Windsor. La última imagen, la más 'desenfadada' y fresca. Los novios cambiados de ropa -ahora él con esmoquín y ella con un diseño de ensueño de seda-, llegando a la cena ofrecida después de la ceremonia religiosa. Dato importante: la mirada y la sonrisa de enamorada de Eugenia que le dedica a Jack, del que no se suelta de la mano. En definitiva, ha sido una de las bodas más especiales vividas en el Castillo de Windsor. 

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