En España, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) se ha visto obligada a retirar del mercado algunos productos cárnicos relacionados con brotes de listeria, salmonella y otros tipos de enfermedades asociadas a la intoxicación alimentaria.

Por ello, resulta fundamental conservar correctamente la carne, ya que las posibilidades de enfermarse debido a una intoxicación alimentaria aumentan exponencialmente cuando esta no es fresca o no se ha guardado de manera adecuada. Para que puedas identificar la carne en mal estado y saber cuándo puede suponer un peligro para tu salud, te damos algunas recomendaciones.

Cómo saber si la carne está en mal estado

Para que no sufras por estas enfermedades aquí te damos una serie de pasos a seguir para identificar si la carne está echada a perder.

1. Verifica la fecha de caducidad

Antes de comprar cualquier bandeja de carne, comprueba la fecha de caducidad que se especifica en el envase. En el caso de que la fecha de caducidad ya se haya pasado, entonces no debes comprarla, no importa lo bajo que sea su precio, pues podría estar en mal estado y ser un riesgo para tu salud.

Así mismo, evita comprarla si el envase no tiene fecha de caducidad, lote o fecha de envasado, más que nada por seguridad. Por el contrario, lo mejor que puedes hacer es elegir la carne completamente fresca.

2. Comprueba el color de la carne

El color de la carne es otro de los principales elementos que te alertarán de si esta se encuentra en mal estado o no, y es que no tiene por qué haber pasado de su fecha de vencimiento para estarlo. Toma en cuenta las siguientes indicaciones:

  • La carne de aves de corral puede ser desde un color blanquecino azulado a un tono más amarillo.
  • La carne cruda de cerdo, en condiciones óptimas, debe presentar un color grisáceo-rosado.
  • Normalmente, se asocia la carne picada con un color rojo brillante; sin embargo, debes saber que este no es su color natural y que se produce debido a que está expuesta al aire. Si la carne picada fresca ha sido envasada al vacío y se mantiene a partir del oxígeno, su color debería ser una especie de rojo púrpura. Por otro lado, contrariamente a lo que se cree, cuando la carne picada se vuelve algo marrón, no significa que esté en mal estado, sino que pertenece a animales de mayor edad. Además, en muchas ocasiones la propia iluminación de la tienda puede causar una variación en el color de la carne, dándole un tono marrón-rojizo.

3. Huele la carne

Oler la carne es quizás la forma más fácil de saber si está en mal o buen estado. Así, sea cual sea el tipo de carne, en el caso de que huela mal o a rancio sabrás que no es comestible y que debes deshacerte de ella. Especialmente, la carne de aves de corral desprende un olor muy distintivo que alerta que no se encuentra en buenas condiciones, se trata de una especie de olor pútrido que rápidamente puede identificarse.

4. Comprueba su consistencia

Toma el tiempo que necesites para inspeccionar la carne al detalle y no olvides que la carne podrida, normalmente, presenta una textura viscosa que delata que las bacterias ya han empezado a multiplicarse sobre su superficie. Es posible que la carne en mal estado también esté algo pegajosa y cuente con áreas verdosas o ennegrecidas, signo de que los hongos ya han empezado a proliferar y crecer.

5. Comprueba el sabor

Por último si a pesar de tener sospechas decides cocinar la carne y al probarla notas un sabor que difiere a como debería es evidente que es mejor que no te la comas.

Consejos

  • Dejar la carne en el congelador demasiado tiempo no echará a perder el producto, pero cambiará su color y eliminará sus nutrientes.
  • No confíes en la fecha de venta de la tienda donde compras la carne como un indicio de su frescura, ya que estas fechas son fáciles de manipular. Usa tus sentidos (incluyendo el sentido común) para decidir si la carne es fresca o está en mal estado.

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