Ha sido la semana grande de Apple. El miércoles pudimos asistir a la presentación de los nuevos productos de la compañía, entre ellos el iPhone 7 y el iPhone 7 Plus y un nuevo modelo del reloj inteligente de la marca, el Apple Watch Serie 2.

Durante la keynote, el máximo responsable de la empresa, Tim Cook, anunciaba con orgullo que Apple se ha situado como la segunda mayor marca de relojes, a nivel de ventas, en todo el mundo. Si bien se trata de un gran logro, los wearables de la manzana mordida no han logrado destronar al fabricante suizo Rolex, que sigue dominando las muñecas. 

Aunque la firma no hace públicas sus cuentas, los expertos calculan que Rolex produce más de un millón de relojes al año, muy por encima del resto de fabricantes de su gama. "Actualmente, Rolex es el rey de los relojes en todo el mundo. En términos de producción en masa de artículos de lujo, el único que puede parecerse es Omega, pero al final la realidad es que ni se acerca", explica Ben Clymer, editor de la prestigiosa publicación de relojería Hondikee.

Las claves del éxito de los suizos hay que buscarlas en el símbolo de estatus y la reputación que han ido forjando durante más de cien años. Es un producto que otorga distinción a los afortunados que pueden conseguir uno. El culto a la marca Rolex, por otra parte, no es casualidad.

Las claves del éxito de Rolex

"La innovación en el campo de la relojería es lo que impulsa a Rolex al lugar en el que están", opina Clymer. La marca ha querido ir siempre un paso por delante. Fue la primera en fabricar un reloj resistente al agua y, poco después, sacó al mercado el primero con cuerda automática, que liberaba al propietario de esta tarea hasta entonces manual.

Rolex inventó también el reloj con fecha y uno de los primeros cronógrafos para medir los tiempos de vuelta en un circuito automovilístico. Todas estas innovaciones tuvieron lugar durante los diez primeros años del S.XX. Desde entonces, la compañía ha demostrado ser una de las más fiables del mundo.

Uno de los últimos modelos del rey de los relojes Rolex

Consciente de la amenaza que representan gigantes como Apple, el fabricante suizo no está dispuesto a dejar que los consumidores olviden su larga trayectoria. Por ello, la historia de la compañía es el hilo conductor de sus últimas campañas publicitarias, que pretenden dejar claro a los clientes que comprarse un Rolex va mucho más allá de hacerse con el último juguete tecnológico. Se trata de vender un legado de calidad e innovación con más de un siglo a sus espaldas.

En un estudio reciente sobre los relojes de lujo, Apple se consagra como la marca de la que más se habla, pero no consigue desbancar a Rolex en el indicador más importante: la pasión que despierta en los consumidores. En este sentido, el Apple Watch se coloca como el reloj que menos gusta, aunque sea el más sonado.

A la luz de estos datos, parece que el componente que le falta a Apple para destronar al fabricante suizo pasa por crear un vínculo emocional con los consumidores capaz de perdurar en el tiempo. Si bien a los de Cupertino no les faltan seguidores, es difícil conseguir en pocas décadas lo que una compañía ha logrado en más de cien años de innovación.

Quizá las mejoras del nuevo Apple Watch Serie 2, como la resistencia acuática o el GPS, sirvan para decantar la balanza del lado de Apple. Parece complicado: el rey suizo sigue sosteniendo la corona con fuerza y el príncipe no logra arrebatársela.

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