Cada vez es más frecuente observar a personas por la calle que llevan en sus muñecas un smartwatch. Estos relojes inteligentes son, según los expertos, uno de los primeros wearables que llevaremos en el futuro para mejorar nuestra salud. El concepto de wearable se ha intentado traducir al español como tecnología vestible y, aunque no ha cuajado demasiado, expresa bien lo que es. Se trata de dispositivos adheridos al cuerpo y, algunos de ellos, proporcionan información de lo que sucede en él.

Los mejores smartwatches del mercado son capaces, hoy en día, de hacer un seguimiento de nuestro pulso cardíaco, de monitorizar el sueño e, incluso, de realizar electrocardiogramas. Esta última función fue una de las grandes novedades que incorporó la empresa Apple a los smartwatches de las series 4 y 5. Sólo hacía falta abrochar el reloj a la muñeca y colocar un dedo sobre el botón lateral para obtener esta información.

Los datos que aporta este gesto puede ser importantes, pero quizás escasos para compararlos con los que aporta un electrocardiograma realizado en un centro de salud. El electro en su variante más ortodoxa se realiza colocando un total de 10 electrodos en las extremidades y en el tórax. Con ellos se mide la actividad eléctrica del corazón y el estado del miocardio, el músculo que lo forma. Se dice que estos electrocardiogramas son de 12 derivaciones, porque permiten ver el corazón desde diferentes ángulos. 

Descubrimiento en Madrid

El electrocardiograma convencional y el que promociona Apple son, por tanto, diferentes. El primero es capaz de detectar signos de infartos de miocardio y el segundo, no. Ahora, sin embargo, las cosas han cambiado. Un cardiólogo español ha dado con la forma de realizar electrocardiogramas completos con uno de estos relojes. Se llama Miguel Ángel Cobos y trabaja en el Hospital Clínico San Carlos de la Comunidad de Madrid.

Cobos ha explicado este miércoles a la prensa que hizo el descubrimiento jugando con el Apple Watch que regaló a su mujer en Reyes. Se dedicó a colocar la parte trasera de la esfera del reloj, que es donde está el sensor, sobre algunos de los puntos donde se colocan los electrodos del electrocardiógrafo. Es decir, en las muñecas, en las piernas y en el tórax.

Los resultados que obtuvo le sorprendieron y los comparó con lo que se obtenían de una de estas máquinas de diagnóstico convencionales. Las gráficas eran muy parecidas, por no decir idénticas, y, en consecuencia, otorgaban un mismo valor diagnóstico. Cobos plasmó los resultados de su investigación en un estudio que fue publicado en la revista internacional científica Annals of Internal Medicine a finales del pasado mes de noviembre.

Miguel Ángel Cobos, el cardiólogo que hace electrocardiogramas con Apple Watch.

El cardiólogo ha llamado a este método Self-ecg, algo así como auto electrocardiograma. Sin embargo, aunque el método es ciertamente sencillo y todo el mundo podría realizarlo, interpretar los datos que vemos ya es otra historia. "Este tipo de gráficas son muy difíciles de leer incluso para médicos que no están especializados en Cardiología", explica Cobos. Es decir, por el momento necesitaremos a un cardiólogo para saber si nuestros resultados son buenos o malos.

Salvar vidas

A pesar de ello, este descubrimiento hace posible que haya una mayor disponibilidad de instrumentos de diagnóstico en la calle, un aspecto muy importante, según el médico. "Una vez observé a un hombre que me pareció que daba síntomas de estar sufriendo un infarto. Sin embargo, sin el material adecuado no puedes asegurarlo y pedir que el tren se detenga en el lugar con asistencia sanitaria más cercano. Este problema se puede resolver contando con uno de estos relojes que tienen un índice de fiabilidad equiparable a los electros", asegura el cardiólogo que, además, sostiene que con ambos métodos se tarda prácticamente lo mismo en obtener los resultados.

El descubrimiento de este médico español ha tenido una gran repercusión en Twitter, y ha recibido mensajes de usuarios de todo el mundo. Según cuenta, el mismo día que se publicó su artículo se intentaron registrar cientos de patentes en Estados Unidos. Sin embargo, este uso del smartwatch no puede ser patentado. "Lo importante no es el dinero que puedas sacar de esto, sino haber sido quien lo ha descubierto". De hecho, el cardiólogo ha contado que el departamento médico de Apple ha contactado con él para expresar su interés por el estudio.

Sin duda, este descubrimiento se trata de un hilo del que tirar para poder desarrollar una tecnología mejor. ¿Llevará el sello español? Cobos considera que, aunque el hallazgo lo lleva, "depende de otros factores como la inversión y la potencia de la innovación en nuestro país".

El cardiólogo ha probado otros muchos relojes inteligentes y asegura que otras marcas tienen una buena capacidad para realizar electrocardiogramas. Entre ellos está el Move ECG de la marca Withings, especializada en tecnología aplicada a la salud, y que es bastante más económico. Sin embargo, desconfía de algunas marcas de tecnología china: "suelen ser relojes que tratan de imitar las formas y los servicios de los de Apple, pero, aunque no los he probado, no me convence la información que aportan las propias empresas que los producen".

El futuro

Quien no ha querido perderse la presentación del estudio a la prensa ha sido Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Él mismo se ha prestado como voluntario para realizarse uno de estos electrocardiogramas con smartwatch. El político, que se ha mostrado muy orgulloso por este estudio que ha situado en el mapa a uno de los hospitales dependientes de su Gobierno, ha explicado que los datos que se obtienen con esta tecnología pertenecen al paciente y así deberá seguir siendo en el futuro.

Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, haciéndose un electrocardiograma con un smartwatch. Hospital Clínico San Carlos

"Algún día un sistema de inteligencia artificial podrá interpretar las gráficas y facilitar al paciente un diagnóstico sin la intervención de un médico. De momento, no todas las personas llevan uno de estos relojes, pero la tecnología aplicada a la salud avanza rápido y debemos adaptarnos de la misma manera a ella", asegura Ruiz Escudero. En este sentido, el cardiólogo vaticina que en 15 años la mayoría de la población llevará una de estas tecnologías que podrán llegar a salvar sus vidas.

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