En multitud de ocasiones las baterías de los dispositivos portátiles que usamos a diario no llegan a cumplir con las expectativas de uso cotidiano y agotan sus baterías antes de lo esperado. La cosa puede tornar en drama en el momento en el que nos damos cuenta de que no hay un enchufe cerca o que no tenemos una batería externa a mano para poder seguir usándolos y se acaban apagando.

Pensando en los dramas que se nos plantean en el primer mundo, los investigadores de la Universidad Fudan de China han logrado desarrollar un sistema que utiliza el cuerpo humano para recargar baterías. Este nuevo invento aprovecharía la energía hidroeléctrica o electricidad creada por el torrente sanguíneo gracias a nanofibras de carbono, un hito que podría conducir a la fabricación de dispositivos médicos que durasen para siempre -en lugar de los actuales marcapasos, por ejemplo-.

Así lo sugiere el nuevo trabajo publicado por los investigadores asiáticos en la revista Angewandte Chemie. Este generador de energía de poco peso sería capaz de transformar el poder del torrente sanguíneo humano en energía gracias a nanotubos de carbono electroactivos, a los que han bautizado como "nanogeneradores fluídicos en forma de fibra" o FFNG y que se sumergirían en una solución que imitaría al torrente sanguíneo.

El sistema está inspirado en la creación de energía hidroeléctrica a través de turbinas en los embalses. En este caso, el agua sería la sangre. Según los investigadores, este método es capaz de aprovechar el 20% de la energía generada en las pruebas de soluciones salinas, un resultado mucho más eficiente que los anteriores intentos.

Entre las aplicaciones que tienen en mente estarían el mantenimiento de los mencionados marcapasos, que funcionan con baterías de larga duración en la actualidad, pero que requieren un recambio en un máximo de 15 o 20 años si son nuevos, o incluso en menor tiempo si son más antiguos. Con este nuevo método de recarga de batería, dicho cambio de batería sería totalmente innecesario.

Por otro lado, los investigadores destacan otras ventajas de su método, tales como la elasticidad, el ajuste, el peso y o la unidimensionalidad, una característica que permitiría que se aplicase en otros materiales como telas. Entre los inconvenientes se encuentra el hecho de que los generadores flotan en el torrente sanguíneo y podrían aumentar el riesgo de formar coágulos. Por el momento, el invento sólo se ha probado a pequeña escala, por lo que harán falta muchas más pruebas y regulaciones para llegar a su uso en seres humanos.

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