En un esfuerzo por promover una alimentación equilibrada y brindar beneficios significativos para la salud, los médicos y expertos en nutrición instan a las personas a incluir frutos secos en su desayuno cada día. Estos pequeños tesoros nutricionales, cargados de nutrientes esenciales, se han convertido en una opción popular para comenzar el día con energía y mejorar la salud general.

Una de las principales razones por las que los médicos recomiendan el consumo de frutos secos en el desayuno es por su perfil nutricional. Estos alimentos son ricos en grasas saludables, proteínas, fibra, vitaminas y minerales, lo que los convierte en una fuente completa de nutrientes.

Además, su contenido de carbohidratos es bajo y se caracterizan por tener un índice glucémico también bajo, lo que significa que no causan un aumento drástico en los niveles de azúcar en la sangre, brindando una liberación de energía más sostenida.

[Estos son los tres frutos secos que los médicos en España piden que elimines de tu dieta]

"Hay muchos frutos secos, todos distintos, sin embargo, por disponibilidad, valor nutricional y sabor, los que mejor encajan a primera hora de la mañana son las almendras y las nueces peladas", destaca Concepción Martínez, dietista-nutricionista.

Almendras

Las almendras son ricas en nutrientes esenciales. Contienen vitamina E, un poderoso antioxidante que protege las células del daño oxidativo. También son una buena fuente de magnesio, calcio, hierro, zinc y vitaminas del grupo B, que desempeñan roles vitales en el funcionamiento del cuerpo. Ingerir este fruto seco a diario se ha asociado con una mejora en la salud cardiovascular. Ya que están cargadas de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas saludables, que ayudan a reducir los niveles de colesterol LDL (colesterol malo) y disminuyen el riesgo de enfermedades del corazón. También contienen arginina, un aminoácido que promueve la dilatación de los vasos sanguíneos, mejorando la circulación.

También son beneficiosas para mantener niveles estables de azúcar en la sangre. Su contenido de fibra y grasas saludables ayuda a reducir la velocidad de absorción de los carbohidratos, lo que evita los picos de azúcar en la sangre y contribuye a una mejor regulación de la glucosa. A pesar de su contenido calórico, este fruto seco puede ser útil para mantener un peso saludable. Su combinación de proteínas, grasas saludables y fibra aumenta la sensación de saciedad y reduce el apetito, lo que puede ayudar a controlar la ingesta de alimentos y contribuir a la pérdida de peso.

[Los cuatro frutos secos que tienen menos grasa: por qué deberías tomarlos a diario]

Los antioxidantes presentes en las almendras, como la vitamina E y los flavonoides, han demostrado tener efectos protectores para la salud cerebral. Se ha observado que estos compuestos ayudan a reducir el estrés oxidativo y la inflamación en el cerebro, lo que puede contribuir a la prevención de enfermedades neurodegenerativas y mejorar la función cognitiva. También los huesos y el sistema digestivo se ve beneficiado de incluirlas durante el desayuno, ya que las almendras son una buena fuente de calcio, magnesio, fósforo y fibra, que previene el estreñimiento. 

Nueces

Las nueces son ricas en nutrientes esenciales como ácidos grasos omega-3, proteínas, fibra, vitaminas (como la vitamina E y el ácido fólico) y minerales (como el magnesio, el cobre y el zinc). Estos nutrientes son importantes para el buen funcionamiento del cuerpo y el mantenimiento de la salud en general.

Este fruto seco es conocido por su impacto positivo en la salud cardiovascular. Ya que los ácidos grasos omega-3 que contienen, como el ácido alfa-linolénico, pueden ayudar a reducir los niveles de colesterol LDL y disminuir el riesgo de enfermedades del corazón. Las nueces contienen esteroles vegetales o fitoesteroles, lo que la otorga propiedades hipolipemiantes, tal y como destaca un estudio que las vincula con la disminución del colesterol malo. También se ha observado que las nueces mejoran la función endotelial, encargada de la circulación sanguínea, y reducen la inflamación, lo que contribuye a la salud del sistema cardiovascular.

[Por qué debes comer siempre los frutos secos sin pelar: el beneficio desconocido]

De igual modo, los ácidos grasos omega-3 presentes en las nueces también son beneficiosos para la salud cerebral. Estos se asocian con la mejora de la función cognitiva, la memoria y la prevención de enfermedades neurodegenerativas, como el deterioro cognitivo y la enfermedad de Alzheimer. También son una buena fuente de antioxidantes, incluyendo compuestos como la vitamina E y los polifenoles. Es por eso que las nueces ayudan a combatir el estrés oxidativo en el cuerpo, que puede dañar las células y contribuir al envejecimiento y al desarrollo de enfermedades crónicas.

Al igual que las almendras, las nueces tienen muchas calorías, pero gracias a su contenido en fibra, proteínas y grasas saludables, ayudan a aumentar la saciedad, reduciendo el apetito, por lo que suelen formar parte de las dietas de pérdida de peso, según señala Martínez. Una acción que complementa con la cantidad de fibra que tienen, que reduce el riesgo de padecer obesidad y problemas intestinales.