El cáncer de colon y recto es el más diagnosticado en España, con una estimación de 42.721 nuevos casos para 2023. También es el segundo más mortal, como demuestra el informe Las cifras del cáncer en España de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Los datos hacen necesario más divulgación acerca de su prevención y su detección, dos factores que salvan vidas. Atendiendo al primero, hay evidencias de que el factor nutricional es determinante.

Algunos estudios han revelado que la dieta mediterránea parece tener cierta influencia positiva sobre la aparición y prevalencia de la enfermedad. En este sentido, el pescado siempre se ha señalado como un alimento con componentes protectores por su contenido en ácidos grasos omega-3.

Sin embargo, no existía hasta el momento la evidencia suficiente que confirmase este beneficio y algunos estudios sugerían que el consumo de pescado frito o ahumado podría desarrollar cáncer por las sustancias químicas que se generan durante su elaboración. Con el objetivo de abordar estas propiedades, un grupo de investigadores italianos repartidos por organizaciones de todo el país ha llevado a cabo un trabajo durante 18 años para determinar si hay una relación directa entre la ingesta de pescado y el riesgo de sufrir la enfermedad, centrándose en este caso en las conservas de pescado.

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En concreto, en el artículo de la revista Nutrients explican que se han centrado en los análisis de las conservas de atún, caballa y sardinas en aceite de oliva, consumidas por tres grupos diferentes de personas: los que toman menos de una ración a la semana, los que consumen una o dos raciones y los que toman más de dos. Los investigadores sostienen que las características del pescado fresco y el enlatado son casi las mismas. Tras estos 18 años, han podido asociar estas latas a una disminución del 23% del riesgo de padecer cáncer colorrectal en comparación con no comer nada de pescado.

Tres conservas muy beneficiosas

Han dejado claro el efecto protector del omega-3 ante la incidencia de este tipo de cáncer. El pescado azul, cuyo principal valor nutritivo reside en esta grasa insaturada, está muy bien representado por una ración de sardinas, que cubrían el 100% de los objetivos nutricionales recomendados para la ingesta diaria de la población", explican desde la Fundación Española de Nutrición (FEN).

En el caso del atún, la forma más sana de consumir esta conserva es al natural, porque los que emplean aceite aportan mayor cantidad de grasa. Si no es al natural, mejor que sea en aceite de olvida virgen extra, evitando a toda costa el refinado, que es de peor calidad.

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Mientras, la caballa es un pescado a veces un poco menospreciado, cuando es una fuente maravillosa de ácidos grasos poliinsaturados, destacando por encima del resto los omega-3. Es el cuarto con más cantidad, por detrás de los dos anteriores y del boquerón, aportando 1,9 gramos por cada 100 gramos, según la FEN.

La comida a evitar

Son varios los factores dietéticos y las rutinas que se relacionan con un mayor riesgo de padecer cáncer de colon. Así, las dietas que abusan de las carnes rojas y procesadas, los alimentos ricos en grasas saturadas y grasas trans, además de los ricos en azúcares y carbohidratos refinados, suponen una auténtica bomba para nuestro organismo, como lo es también un consumo mínimo de frutas, verduras y fibra.

Es importante reducir el consumo de carnes rojas y aumentar el de fibra a través de la fruta, las verduras y los granos enteros. También lo es mantenerse lejos del tabaco y evitar un consumo excesivo de alcohol. Según Lucía Fernández, enfermera en el Hospital Universitario Infanta Sofía de Madrid, "la aparición del cáncer colorrectal es multifactorial: propensión genética, sedentarismo, una dieta inadecuada. Mientras que la genética no podemos controlarla, la alimentación sí y es ahí donde hay que incidir y prevenir".

Así pues, prevenir esta enfermedad nos obliga a llevar una alimentación equilibrada y saludable, practicar ejercicio regularmente y tener un estilo de vida activo, huyendo del sedentarismo.