El ayuno intermitente ha cobrado renombre como patrón dietético tanto entre las celebridades como la población general. Si bien esta herramienta puede ser útil para evitar el sobrepeso y mejorar el perfil metabólico para ciertas personas, no es para todo el mundo, ni parece ser mejor que las dietas hipocalóricas convencionales según la evidencia más reciente.

La "dieta OMAD" ("one meal a day") es una versión extrema de este ayuno, ya que implica comer solo una vez al día. Artistas como Bruce Springsteen o Chris Martin de Coldplay aseguran seguir este tipo de alimentación para mantenerse en forma, con energía para todo el día y con un peso adecuado. Pero, como es habitual, los extremos no suelen ser la mejor opción.

Esencialmente, la principal diferencia entre el patrón OMAD y el ayuno intermitente es que, en lugar de ayunar ciertos días de la semana o cierto número de horas al día, se consumen todas las calorías de un día en una sola comida de gran tamaño.

[El lado oscuro de la dieta de moda: los 3 riesgos del ayuno intermitente que preocupan a los expertos]

Los partidarios de este tipo de ayuno afirman que les beneficia en muchos aspectos saludables, pero la realidad es que existe muy poca evidencia sobre los efectos que tiene comer una sola vez al día de forma voluntaria. Muy pocos estudios han analizado realmente el método OMAD, y los que hay se han hecho en general en animales.

De hecho, la mayoría de las afirmaciones que se usan para respaldar este tipo de ayuno son anecdóticas, o se basan en extrapolaciones de los beneficios de otras formas de ayuno intermitente.

Así, existe cierta evidencia de que el ayuno intermitente tipo 5:2 -donde se come de forma habitual cinco días a la semana, alternando con dos días de 800 calorías o menos- puede ayudar a mejorar el control del peso. Sin embargo, no es el mejor de los enfoques dietéticos más convencionales.

También se ha demostrado que la restricción temporal en la alimentación ayuda a evitar que engordemos de nuevo, aunque como ya hemos comentado, los estudios más recientes sugieren que en realidad la restricción temporal lleva consigo una restricción calórica inconsciente, lo que lleva a comer menos.

Las revisiones sobre el ayuno intermitente sugieren que esta herramienta mejora varios aspectos metabólicos, incluyendo los niveles de glucosa y colesterol, niveles de inflamación y mejor control del apetito. Esto, a su vez, reduciría el riesgo de sufrir obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.

Respecto al ayuno tipo OMAD, existe un estudio que ha analizado su efecto en humanos: los participantes consumieron la misma cantidad de calorías cada día durante todo el estudio. Pero, durante la primera mitad del ensayo, las tomaron todas a la vez en una sola comida; en la segunda, cambiaron y las ingirieron divididas en las tres comidas convencionales.

Así, pasaron 11 días siguiendo una alimentación OMAD, comiendo solo entre las 17:00h y las 19:00h, y otros 11 días realizando las tres comidas diarias. Cabe destacar que solo 11 participantes completaron todo el estudio.

Según las conclusiones del estudio, el patrón OMAD dio lugar a una mayor reducción del peso corporal y masa grasa. Sin embargo, también produjo mayores reducciones de masa magra o muscular, y a pérdida de densidad ósea, lo que puede dar lugar a un empeoramiento de la función muscular y un mayor riesgo de fracturas si se sigue este patrón a largo plazo.

Respecto a los estudios en animales, los resultados han sido contradictorios. En investigaciones con ratones, OMAD les provocó una ganancia de peso en lugar de pérdida, algo paradójico. Esto sugiere que aún queda mucho por investigar respecto a los efectos de una dieta tipo OMAD.

Por otra parte, el estudio en humanos solo incluyó a adultos jóvenes y delgados, por lo que sería imprescindible estudiar también a otros grupos de población, en periodos más largos y en un entorno de vida real. Así mismo, sería interesante cambiar los momentos de esa única comida, por si la hora también influye.

Para finalizar, llevar a cabo solo una comida al día puede dificultar cumplir con todos los requerimientos nutricionales, tanto a nivel energético como a nivel de macro y micronutrientes. Equilibrar la proporción adecuada de proteína, hidratos, grasas, vitaminas y minerales ya es una tarea compleja de por sí, algo más difícil todavía en una sola comida.

Es algo al alcance de celebridades, las cuales disponen de todo un equipo médico y nutricional a su disposición. Pero para el común de los mortales, este patrón alimentario puede ser insostenible e incluso potencialmente dañino a medio y largo plazo.