Comer bien puede suponer la diferencia entre estar sano o estar enfermo, ya que la dieta juega un papel fundamental en el desarrollo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 o la obesidad. Estas últimas semanas se han publicado algunos estudios y revisiones que relacionan directamente el consumo de algunos productos con el cáncer de colon. Una patología que según la American Cancer Society, en EEUU, es la primera causa de muerte por cáncer.

En España, según la Sociedad Española de Oncología Médica, este tipo también ocupa el primer puesto en aparición de nuevos tumores, aunque su incidencia en la mortalidad de la población se ve superada por el cáncer de pulmón.

La reducción de la mortalidad en nuestro país se debe, principalmente, a las potentes campañas de detección temprana y a la concienciación sobre las colonoscopias regulares, que permiten detectar los pólipos, que en muchas ocasiones son uno de los primeros síntomas del cáncer de colon.

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Otra de las causas de una menor tasa de mortalidad en España es la dieta mediterránea, una forma de alimentación que según nutricionistas y estudios, sí puede reducir la probabilidad de padecerlo. Por ejemplo, algunas revisiones sugieren que las verduras, la fruta, una dieta rica en fibra, y ciertos micronutrientes podrían proteger de la aparición de este tipo de cáncer. Además, factores como no fumar, ni consumir alcohol en exceso y mantenerse activo, contribuyen igualmente a su prevención.

Aunque por sí solo ningún alimento promueve el cáncer de colon, los malos hábitos alimenticios, junto a la combinación de ciertos alimentos en conjunto, sí pueden aumentar el riesgo, como consumir alimentos ultraprocesados, como evidencia un nuevo estudio que analiza este artículo de EL ESPAÑOL, o carnes procesadas.

Pescados

En una revisión de varios estudios, llevada a cabo por científicos de la Universidad del País Vasco, se identificaron grupos de alimentos que se relacionan con una menor incidencia de cáncer de colon. En el caso del pescado, se utilizaron tres estudios y tres casos para analizar las asociaciones entre el consumo de este grupos de alimentos y el riesgo de sufrir cáncer colorrectal.

En concreto, en dos de las investigaciones y en uno de los casos, el consumo de pescado se asoció con una reducción significativa del riesgo de padecer esta enfermedad. También, en todos los trabajos reversionados se constató un efecto protector del pescado azul, incluso en conserva.

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Esto puede atribuirse a varios mecanismos biológicos, como los relacionados con los ácidos grasos poliinsaturados, que además se han asociado con una mayor diversidad microbiana intestinal, lo que mejora la función inmunitaria y reduce aún más el riesgo. Al igual que las propiedades antiinflamatorias de estos alimentos, que se relacionan con una menor incidencia.

A su vez, los científicos señalan que la asociación entre el consumo de pescado y el riesgo de sufrir cáncer de colon, también podría deberse, en parte, a un efecto de reemplazo, ya que quienes comen más pescado generalmente comen menos carne roja, cuyo nexo causal con este tipo de cáncer es bien conocido.

Carne blanca

En cuanto a la carne blanca como la de las aves, la revisión se centró en cinco estudios y un caso. De esta forma, evidenciaron que el consumo de aves de corral se asoció inversamente con el riesgo de cáncer en las mujeres, pero de forma positiva en los hombres.

No obstante, señalan que estas diferencias por sexo podrían deberse a una menor incidencia de este tipo de cáncer entre las mujeres y también a un menor consumo de carne en este grupo.

Huevos

Para analizar la incidencia de cáncer de colón y la inclusión del consumo de huevos en la dieta, los científicos analizaron dos estudios. Aunque en uno de ellos se encontró asociación inversa, es decir, se reveló un efecto protector, y en el otro no se encontró asociación.

Algunas de las teorías que mantienen los científicos es que al incluir los huevos varios antioxidantes (incluidos el selenio, los carotenoides y la vitamina E), se reducen los radicales libres que surgen del metabolismo celular. Lo que tiene un efecto protector en el organismo, ya que se ha relacionado el estrés oxidativo con la incidencia de enfermedades crónicas como el cáncer.

Lácteos

En cuanto a los lácteos, esta revisión no encontró ninguna asociación significativa entre el consumo de leche y el aumento del riesgo de padecer cáncer de colon. Incluso, en uno de los estudios se reveló una merma de la incidencia de esta enfermedad.

En el caso de los productos lácteos fermentados, en cuatro de las cinco investigaciones analizadas, no se encontraron asociaciones significativas, a excepción de casos concretos en países como China, donde revelaron que, durante el estudio, los sujetos que bebían leche tenían un 48% menos de riesgo de padecer cáncer colorrectal que los que no lo hacían, independientemente del sexo. Evidenciarían así los efectos protectores de una dieta rica en vitamina D, C y productos lácteos.